• Es urgente un comité o institución que de seguimiento y vele por la preservación de este ecosistema.

 

 

  • La construcción del Puente Nichupté marca programas de restauración que deben ser vigilados para que se cumplan.

 

Olivia Vázquez/CAMBIO 22

CANCÚN, Q. ROO, 18 de Febrero.- A pesar de que la laguna Nichupté, es uno de los sistemas lagunares más estudiados del país, por ahora, no hay o no se conoce un programa permanente de mantenimiento y conservación, y aunque al ser una laguna costera, tiene cierta resiliencia y aguanta la gran cantidad de impactos derivados del desarrollo turístico y urbano, lo cierto es que falta una institución que dé continuidad al monitoreo y verificación de la salud de este sistema que pierde y pierde cada día. Al día de hoy, en su laguna interna Bojórquez muestra ya agua eutrofizada, es decir de color verde porque ha perdido sus pastos marinos y aunque esta condición puede ser recuperable en cuanto se tenga un sistema hidrometeorológico que la vuelva a oxigenar, finalmente se va impactando.

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Gerardo Gómez Nieto, director General de Sylvática, consideró que este cuerpo lagunar, uno de los más estudiados del país, debe tener un monitoreo preciso y una vigilancia para preservarlo.

Ahora con el desarrollo de obra del puente de la Laguna Nichupté, es fundamental que se retome este tipo de comités o instituciones que velen por la salud del sistema y vigilen que se cumplirán con las condiciones marcadas en el proyecto, donde se contempla zonas de recuperación de mangle y precisamente de pastos marinos, mismos que ya se perdieron en el sistema interno Bojórquez, y no es por la construcción del puente, sino por el constante deterioro que va teniendo.

El entrevistado señaló que la Laguna Nichupté se ha quedado ahí, sin más acción ni vigilancia.

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Dijo que en los años 90as, principios de los dos mil, contó hasta con un Subcomité de protección y vigilancia del Sistema laguna Nichupté donde se hicieron una serie de acciones que derivaron incluso en un Ordenamiento ecológico del sistema por la preocupación que se tenía del desarrollo turístico, marinas y una serie de servicios que podrían impactar de manera negativa.
Este interés, sin embargo, reconoció, se fue perdiendo y aunque la Conagua prometió un programa de aguas cristalinas y se pusieron aereadores, estos esfuerzos no sirvieron para nada, “se ha dejado esta observación y en la actualidad hay pocas acciones de conservación del sistema”. dijo.

En este sentido, reconoció que a pesar de que no hay un programa permanente de mantenimiento y conservación, aún así, al ser laguna costera, tiene una gran resiliencia, que puede aceptar una gran cantidad de impactos y absorberlos de mayor a menor medida, pero ha hecho falta contar con una institución que se haga cargo de monitorearla y verificarla.

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Algo que si se constata ahora, reportó, es que la laguna interna Bojórquez que antes estuvo llena de pastos marinos, ahora tiene agua eutrofizada, es decir esta verde, prácticamente desapareció la cubierta de pastos marinos, igual algo similar podría pasar en el resto de los cuerpos marinos, si avanza la degradación producto de la carga turística y de las descargas de drenaje que brotan en la zona.

Referente a la más reciente información sobre que la Conagua traía siete puntos de monitoreo del sistema lagunar, el especialista refirió que si se está haciendo este monitoreo es importante conocer cuáles van siendo los resultados, cómo se comportan los parámetros de contaminantes, a lo largo del periodo anual y como están tomando decisiones para corregir y mejorar alguna situación, pues falta difusión como la que se daba antes cuando la Conagua tenía una red de monitoreo que se podría consultar.

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En relación a la obra del puente y el impacto consiguiente que traerá la obra a este sistema lagunar refirió que de las autorizaciones que se tienen, se ven una serie de programas de restauración de pastos marinos y mangle impresionante.

“Lo que se tiene que lograr es que se cumplan esos programas, creo son 169 hectáreas, un área enorme de recuperación al igual de pastos marinos, en la cual hay poca experiencia de generar nuevas experiencias para el manejo de estos recursos y es una oportunidad para que los expertos puedan trabajar y se pueda vigilar”.

 

o.vazquez@diariocambio22.mx

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