Olivia Vázquez/CAMBIO 22

CANCUN, Q. ROO, 23 de marzo.-La inseguridad no permite que Cancún logre recuperar el rítmo económico que mantenía el destino en años anteriores. La pandemia de covid-19 remató a los pocos comerciantes que se atrevían a tener un local o un pequeño negocio a la vista del consumidor, pues además de la crisis económica, ahora no se atreven a abrir nuevos negocios por temor a ser víctimas de la delincuencia. Hechos que se han reportado en Cancún como el recién asesinato de un hombre en el mercado de autos usados que antes operaba toda la semana, ahora lucen vacíos en tanto otros espacios como locales comerciales, siguen sin postor para renta.

Datos de inmobiliarios que operan en el destino refieren que rentar un local para oficina o negocio se ha convertido en Cancún en una meta casi inalcanzable derivado de factores más que económicos, por inseguridad, pues los pequeños inversionistas prefieren operar en la informalidad o dentro de casa o fraccionamientos con vigilancia las 24 horas, que exponerse en alguna avenida principal al derecho de piso.

La crisis económica, sin duda, refieren, ha sido determinante en esta etapa de post covid-19, pero es una realidad que muchos de estos pequeños negocios que se vieron obligados a cerrar temporalmente han evaluado los riesgos y decidieron no volver a operar a la vista del público. Ahora lo hacen por medio de redes sociales o de plano han buscado otras opciones de ingreso.

Esto se refleja en las mismas plazas comerciales del destino donde más del 30% de los locales sigue vacío a pesar de que la reactivación se ha dado y en los locales de las regiones es más notoria la falta de empresas y cada vez van quedando más locales vacíos por factores de inseguridad y no de economía.

Los negocios que siguen operando, refieren algunos de estos propietarios como consultorios médicos, tiendas de servicios y abarrotes y demás, ahora lo hacen bajo candado y cita, para evitar tener la puerta abierta y este factor cada vez es más evidente, pues aunque se tenga la tienda o el consultorio, la puerta no se abre sin previa cita.

En el caso de las pequeñas tiendas, el miedo y temor de los empleados y propietarios siempre está presente y aseguran que prefieren perder una venta o un producto a exponerse a defender unos cuantos pesos y casos como el lote de autos usados que por años se mantuvo operativo toda la semana, ahora lucen vacios y  cada vez son más frecuentes y revelan la realidad en inseguridad que se está enfrentando.

o.vazquez@diariocambio22.mx

RAM

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