• En su época dorada en el narcotráfico internacional, la Revista Forbes hizo uno de sus listados de los hombres más ricos del mundo y estimó la fortuna de Pablo Escobar en 3,000 millones de dólares, y la de la familia Ochoa, muy cerca, en 2,000 millones.

 

  • Los hermanos Ochoa, estuvieron hombro a hombro con el también llamado patrón del mal y se consideraron en su momento los hombres más leales de su círculo más cercano.

 

Redacción/ Sistema de Noticias CAMBIO 22

La familia Ochoa tiene una historia de película. En 1987, cuando la revista Forbes hizo uno de sus listados de los hombres más ricos del mundo, estimó la fortuna de Pablo Escobar en 3,000 millones de dólares, y la de Ochoa, muy cerca, en 2,000 millones. Los hijos de don Fabio Ochoa Restrepo fueron los grandes aliados del líder del Cartel de Medellín y lo acompañaron en todas sus guerras. El menor de ellos, quien lleva el mismo nombre de su padre, Fabio, fue quien terminó de pagar su pena esta semana en una cárcel de Estados Unidos. En ese país estuvo preso por más de 20 años.

El país colombiano recuerda a los Ochoa por muchos de los más sonados episodios de violencia de la década de los ochenta. Los hermanos mayores de Fabio, Juan David y Jorge Luis, estuvieron hombro a hombro con el llamado patrón del mal y se consideran los hombres más leales de su círculo más cercano.

Quizás el momento en que se vio el poder de esa familia y el lugar que ocupaban en el corazón del capo fue cuando el M-19 secuestró a la hija del clan, Martha Nieves Ochoa. La joven, de 26 años para la fecha, iba saliendo de la universidad en Medellín y fue llevada contra su voluntad en un Renault rojo. Pedían por ella 12 millones de dólares. Martha estuvo secuestrada 92 días y al final fue devuelta sin que su familia pusiera un centavo.

La fórmula para lograr su libertad fue paralizar al país. Los Ochoa decidieron no dejarse chantajear y, por el contrario, pusieron una bolsa inimaginable de dinero para quienes ofrecieran información de su paradero. Y crearon una organización armada que muchos registran como el inicio del paramilitarismo en Colombia: MAS (Muerte a Secuestradores). Se cree que alcanzaron a tener 2.230 hombres, según notas de SEMANA de la época. Al grupo le atribuyen decenas de asesinatos y torturas. Fabio, quien debía tener para el momento 25 años, fue miembro de ese MAS que buscaba a su hermana. El menor de los Ochoa, sin embargo, por su corta edad nunca llegó a estar verdaderamente en la cúpula del cartel, pero sí fue un testigo sin igual de la guerra de carteles que se vivió.

Este miércoles, Fabio Ochoa Vásquez volvió a ser noticia. El Bureau de Prisiones de Estados Unidos hizo público que el hijo menor de esa dinastía quedó en libertad tras 26 años privado de la libertad en prisión. El hombre, que actualmente tiene 67 años, fue condenado en territorio norteamericano por los cargos de trata de personas, conspiración, delincuencia y distribución de cocaína, luego de ser extraditado desde Colombia.

Los hechos que lo llevaron a una celda en Estados Unidos no tienen que ver con Pablo Escobar. Aunque Fabio inicialmente aceptó una tregua y entregas voluntarias durante los acuerdos de extradición de los años noventa, posteriormente volvió al narcotráfico. Fue capturado en 1999, en medio de la sonada Operación Milenio, y luego extraditado a Estados Unidos en 2001, donde se le condenó a 30 años de prisión. La mayoría los pagó en una cárcel de máxima o mediana seguridad.

Según dijo la DEA tras su extradición, Fabio Ochoa Vásquez fue clave para el envío de 30 toneladas de cocaína cada mes. Estados Unidos fue, desde siempre, el gran objetivo de los Ochoa. De hecho, su hermano Jorge Luis es considerado en la historia del crimen como el autor de la idea de contratar “narcopilotos” para poner la droga directamente en ese territorio. De acuerdo con los registros criminales, Fabio hijo se había sumado al negocio familiar desde los 24 años y llegó a tener vínculos con carteles mexicanos. El caso que lo llevó a una cárcel en Estados Unidos tenía que ver con Alejandro Bernal Madrigal (Juvenal). Bernal, a su vez, tenía negocios con el capo Amado Carrillo Fuentes, quien era conocido en México como el Señor de los Cielos.

Ochoa fue uno de los primeros casos que llegó a la Corte Suprema, luego de que el país reinstauró la extradición en 1997. De hecho, según registros de SEMANA, se trataba del noveno expediente que llegaba a ese alto tribunal con la petición de enviar a un colombiano a la justicia norteamericana.

Para el papel que tuvieron en la historia del narcotráfico, la vida de los Ochoa ha tenido un muy bajo perfil en las últimas décadas. No se trató de narcotraficantes llenos de excesos, si se comparan, por ejemplo, con los Escobar o con Carlos Lehder. De ellos, muchos recuerdan el amor del patriarca por criar y competir con caballos de paso fino, incluso en círculos internacionales. Su devoción por estos animales no conocía límites, y no escatimaba en gastar pequeñas fortunas para adquirir los ejemplares más exclusivos o para organizar competencias ostentosas en su finca, donde mezclaba negocios y entretenimiento. Era el dueño del criadero La Margarita del 8 y del estadero Las Margaritas, dedicados a su pasión equina.

“Yo me gastaba hasta diez millones de pesos en cada feria a la que iba. También invertía mensualmente 200 millones o 300 millones de pesos en mantenimiento y compra de caballos”, aseguró en 1995 al diario El Tiempo, Fabio Ochoa Restrepo. En el punto más alto de la familia, se estima que tenían 500 pesebreras, 250 empleados trabajaban para la familia en el mundo de los caballos. Esto entre operarios, administradores, veterinarios, chalanes y auxiliares.

Durante su tiempo en prisión en Estados Unidos, se dice que Fabio Ochoa Vásquez se dedicó a investigar y desarrollar innovaciones tecnológicas enfocadas en energías renovables. Estos proyectos incluyen la propuesta de varios dispositivos bajo el sistema denominado Hopes (Harnessing Oceanic Pressure for Energy Storage).

Fabio Ochoa, si bien tenía una imagen discreta, también tuvo una vida de lujos, especialmente en el mundo de los caballos.

“El primer invento es una vejiga, un lugar de almacenamiento que se puede usar en profundidades para aprovechar la presión de la atmósfera que tenemos en el agua y realizar un almacenamiento de gases, principalmente hidrógeno. El otro invento es una batería, la cual brindaría la posibilidad de aprovechar esa energía acumulada —por la vejiga— para la generación de nueva energía”, explicó el abogado de Ochoa Vásquez, Julián Mesa, a W Radio en 2023.

El medio cuenta que “la SIC hizo la publicación de petición de dos patentes en la gaceta y quienes consideren pueden hacer oposición”. Y el abogado narró en esa entrevista: “Hace tres años hicimos el depósito de una obra literaria de contenido científico ante la Dirección Nacional de Derechos de Autor. Esta obra está inédita y cuenta con 250 páginas escritas a mano donde hay varios inventos documentados”.

SEMANA contó al inicio de este año cómo la defensa de Ochoa había pedido que lo dejaran libre por haber cumplido su pena. Sus abogados solicitaron que “Ochoa Vásquez fuera enviado a una cárcel de migración para prepararse de cara a una deportación en Colombia, donde —es de recordar— no tiene procesos en su contra, a pesar de que el Gobierno colombiano lo capturó en 1999 y lo extraditó un par de años después, sin que rindiera cuentas con la justicia nacional”.

Los días previos a su liberación, SEMANA confirmó que “como parte de su proceso de salida de prisión, fue movido de cárcel, ya que durante ese año estuvo encarcelado en la Federal Correctional Institution Jesup en Georgia, una prisión de seguridad media. Pero ahora, como también se atestigua en las plataformas de las prisiones federales de Estados Unidos, el excapo del narcotráfico se encontraba en la Federal Correctional Institution Milan, un centro penitenciario de mínima seguridad”.

Todavía no se ha confirmado la fecha en la que Fabio Ochoa Vásquez regresará al país. Si decide contar lo que sabe, podría abrir uno de los más interesantes y crueles capítulos de la historia del país.

Fabio Ochoa Vásquez fue uno de los capos del Cártel de Medellín y en su momento socio de Pablo Escobar, el mayor narcotraficante de la historia en Colombia. Después de pasar 26 años en prisión en Estados Unidos por tráfico de cocaína y otros delitos, el miembro del clan Ochoa salió en libertad esta semana.

El diario El Tiempo indicó que las autoridades de Estados Unidos le informaron a las de Colombia que Ochoa quedó en libertad y bajo custodia de una agencia federal mientras se decide el proceso de deportación al país sudamericano y se verifica si tiene procesos pendientes.

Fabio Ochoa fue condenado a 30 años de cárcel por traficar toneladas de cocaína hacia Estados Unidos, pero logró una reducción de la pena por colaborar con la justicia de Estados Unidos.

El clan Ochoa

Fabio Ochoa Vásquez nació el 2 de mayo de 1957 en Medellín, departamento de Antioquia. Es el menor de los hijos de Fabio Ochoa Restrepo, el patriarca de la familia de narcotraficantes conocida como los Hermanos Ochoa.

De acuerdo con El Tiempo, Fabio Ochoa ha contado que inició su actividad delictiva en 1974, con la introducción de medio kilo de cocaína a Estados Unidos. Dieciséis años después, en el momento de mayor apogeo de su negocio ilícito, enviaba 30 toneladas mensuales.

En 1981, cuando tenía 24 años, formaba parte del Cártel de Medellín, junto a sus hermanos Jorge y Juan David. Ellos son considerados como los hombres más leales del círculo más cercano de Pablo Escobar.

La revista colombiana Semana recordó que en 1987, cuando Forbes hizo uno de sus listados de los hombres más ricos del mundo, estimó la fortuna de Fabio Ochoa Restrepo en 2.000 millones de dólares, mientras que la de Pablo Escobar era de 3.000 millones de dólares.

Muerte a Secuestradores

Los hermanos Ochoa acompañaron a Pablo Escobar en todas sus guerras desatadas en la década de los 80, no solo contra sus enemigos en el narcotráfico como el Cártel de Cali, sino también contra el Estado Colombiano para evitar la extradición de narcos a Estados Unidos.

Fabio Ochoa Vásquez también fue parte del grupo MAS (Muerte a Secuestradores), que se creó en Colombia en la década de 1980 tras el secuestro de su hermana Martha Nieves Ochoa por parte de la extinta guerrilla M-19, plagio que ocurrió el 12 de noviembre de 1981.

De acuerdo con Semana, la joven, entonces de 26 años, iba saliendo de la universidad en Medellín y fue obligada a entrar en un auto Renault rojo. Los secuestradores pedían 12 millones de dólares por su liberación.

Martha Ochoa estuvo secuestrada 92 días y al final fue liberada sin que su familia pagara por el rescate.

“La fórmula para lograr su libertad fue paralizar al país. Los Ochoa decidieron no dejarse chantajear y, por el contrario, pusieron una bolsa inimaginable de dinero para quienes ofrecieran información de su paradero. Y crearon una organización armada que muchos registran como el inicio del paramilitarismo en Colombia: MAS (Muerte a secuestradores). Se cree que alcanzaron a tener 2.230 hombres. Al grupo le atribuyen decenas de asesinatos y torturas. Fabio, quien debía tener para la época 25 años, fue miembro de ese MAS que buscaba a su hermana”, recordó Semana.

Detención y extradición a Estados Unidos

El Centro de Memoria Histórica de Colombia consigna que en diciembre de 1990, Fabio Ochoa se entregó a las autoridades cerca de Medellín, poco después de emitido un decreto del presidente César Gaviria que garantizaba la no extradición a Estados Unidos para quienes se entregasen. Sus hermanos Jorge Luis y Juan David hicieron lo mismo.

Fabio Ochoa quedó en libertad en 1996 tras purgar una condena de casi seis años en la cárcel de alta seguridad de Itagüí.

Sin embargo, volvió a ser arrestado en octubre de 1999 en la denominada Operación Milenio, una investigación conjunta de la DEA y la Policía Nacional de Colombia que permitió detener a decenas de presuntos capos del narcotráfico.

Según la DEA, tras salir de prisión Fabio Ochoa continuó sus operaciones de tráfico de drogas, ya no con Pablo Escobar, sino con Alejandro Bernal-Madrigal, alias ‘Juvenal’, y otros narcos.

La Operación Milenio realizó interceptaciones electrónicas que mostraron “el funcionamiento interno de la industria de la cocaína y se centraron en los narcotraficantes más importantes y sus respectivas organizaciones tanto en Colombia como en México”, informó CNN basada en documentos de la DEA.

Fabio Ochoa fue extraditado a Estados Unidos en el 2001. Se convirtió en el colombiano número 30 en ser entregado a ese país desde la reintroducción de la extradición en 1997.

Según la DEA, Fabio Ochoa fue pieza clave para el envío de 30 toneladas de cocaína cada mes hacia Estados Unidos.

El socio de Ochoa, Alejandro Bernal-Madrigal, tenía negocios con el capo Amado Carrillo Fuentes, quien era conocido en México como El Señor de los Cielos y lideraba el Cártel de Juárez, explica Semana.

En agosto del 2003, Fabio Ochoa fue condenado en Miami a 30 años y cinco meses de cárcel y al pago de una multa de 25.000 dólares al ser declarado culpable de participar en una organización que ingresó un promedio de 30 toneladas mensuales de cocaína al país entre diciembre de 1997 y octubre de 1999.

Richard Gregorie, un fiscal federal retirado que formó parte del equipo de la fiscalía que condenó a Fabio Ochoa en Estados Unidos, dijo a la agencia AP que las autoridades nunca pudieron confiscar todas las ganancias ilícitas de la familia Ochoa obtenidas gracias al narcotráfico.

“No se jubilará como un hombre pobre, eso es seguro”, manifestó Gregorie.

 

 

 

Fuente Semana/Sistema de Noticias CAMBIO 22

cambio22oficial@gmail.com

HTR/MA

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