La Escritora Andrea Chapela Explora “el Amor y la Amistad en los Fines de los Tiempos” en su Nueva Novela
21 May. 2025
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La escritora mexicana Andrea Chapela cuestiona las relaciones afectivas en su novela “Todos los fines del mundo”
Redacción/ CAMBIO 22
Un buen día “Angélica”, una estudiante de teatro mexicana, despierta de golpe en su microestudio en Madrid por el sonido de una alerta climática que obliga a todos los ciudadanos, menos a los de trabajos primarios, a refugiarse en sus casas con energía eléctrica limitada para no morir.
Pero ella y sus vecinos “Susana” y “Manu”, tienen el plan de refugiarse en el bar al fondo del edificio para pasar el tiempo que dure la crisis juntos. Ellos son amigos o tal vez más. Lo único que sabe el lector es que después de ese encierro jamás se volverán a ver.
En este ambiente extremo, en el que el mundo ha normalizado las peores condiciones climáticas, sucede la novela de la escritora Andrea Chapela, “Todos los fines del mundo”.

“Yo lo que quise fue escribir un fin del mundo que a mí me diera más terror. Y la respuesta fue la de un mundo estático, cuya única forma de seguir es poniendo parches, no tomando una decisión de cambio, solo sosteniéndolo hasta que se acabe todo”, cuenta en entrevista con El Sol de México.
“Comencé a escribirla en 2019, creo que ese año se consolidaban muchas dudas dentro de mí que son las que dan el origen a este libro, sobre todo en la parte emocional. La gran pregunta sobre en qué se diferencia el amor y la amistad”, relata la autora, a quien la experiencia de la pandemia le ayudó a crear el ambiente de la novela.
El fin del mundo más aterrador no es el colapso, sino la inmovilidad: ese lugar donde todo se sostiene con parches, sin cambiar nada, solo esperando el final
Y es que conforme van pasando las páginas la relación de estos jóvenes, vista desde los ojos de “Angélica”, no se presenta como un mero drama de triángulos amorosos, sino de la reflexión y el descubrimiento de una forma distinta de amar.

“Esta novela lo que propone también es una realidad más fluida, de pensar las relaciones y los afectos desde un lugar distinto. Pero el libro también se pregunta sobre si lo que se siente es real o no, si no es sólo una interpretación, una preocupación muy grande por la línea de lo que imaginamos y lo que queremos”.
La obra tiene similitudes con el contexto actual —crisis de vivienda, olas de calor, además de que es una historia contextualizada en un futuro cercano— un “efecto ‘Black Mirror’” que se nota en varias obras de ciencia ficción, pero, aclara, “para mí el punto no es crear un futuro en el sentido de que estoy tratando de prever algo hacia adelante, sino una especie de mundo paralelo, otra versión, otra posibilidad que nos permite hacer un juego de espejos y poder mirar la realidad con un poco de extrañeza”.

Su visión, agrega, es más optimista que las historias de la serie ‘Black Mirror’. “Hay un movimiento grande de la ciencia ficción en toda Latinoamérica, pero también hay una cosa que para mí es importante y es que siento que la literatura especulativa funciona para pensar el presente. Como dice Kim Stanley Robinson (el escritor estadounidense), la ciencia ficción sirve para contar lo que estamos viviendo ahora”, finaliza.
Fuente: El Sol de México
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