La Encrucijada Estadounidense (y de Occidente)
31 Oct. 2024
/ CAMBIO 22
En 2020 la fórmula que le dio el triunfo a Joe Biden y al Partido Demócrata fue el voto en contra de Donald Trump. Pero repetir la receta quizá no haya sido la mejor opción y nos habla además de un problema mayor: si tu estrategia para ganar elecciones es votar en contra de algo o de alguien, quiere decir que como organización política no estás haciendo muy bien tu trabajo. El It’s the economy, stupid!, el lema de campaña de Bill Clinton, resume una lógica infalible, casi siempre, para el votante estadounidense. Y para muchos de ellos, pese a la estridencia del discurso Trumpista, y aunque no necesariamente coincidan con todos sus puntos de vista, el país estuvo mejor durante la administración del neoyorkino y eso lo convierte en la mejor opción para el país. No importa lo cuestionable o políticamente incorrecto que pueda llegar a ser Donald Trump en sus intervenciones públicas, su narrativa le sigue siendo rentable.
Después del momentum que vivió la candidata demócrata -que sin duda le dio vida a una elección que a mediados de este año se percibía como definida- las cosas ya no pintan tan bien para Kamala Harris, y muchos en Estados Unidos están considerando seriamente una posible segunda administración del republicano. La economía y la inmigración, dos asuntos en los que, para ojos de muchos estadounidenses, la dupla Biden-Harris lo hizo fatal y el nerviosismo de cierta elite empresarial dueña de medios, como Jeff Bezos y la decisión del Washington Post de no apoyar abiertamente a ningún candidato, son síntoma de lo que se puede esperar la noche del 5 de noviembre.
Ahora bien, hay que decir que estamos hablando de especulaciones y estimaciones dado que se trata de una competencia muy cerrada, que no se veía desde hace más de 20 años, cuando George W. Bush y Al Gore compitieron por la Casa Blanca en el año 2000. Recordemos que el resultado de esa elección fue impugnado por el demócrata y fue la Suprema Corte, en una decisión histórica, quien finalmente le dio el triunfo a Bush. Lo que arrojan las encuestas al momento en que escribo estas líneas, y dudo mucho que cambien de aquí al 5 de noviembre, es prácticamente un empate técnico, así que la posibilidad de un escenario como el del 2000 es posible o que el triunfo de uno u otro candidato sea por un margen estrechísimo.
Fuente: El Heraldo de México
GPC/MA