La Efeméride de Don Javier Rojo Gómez, Que Hace un Llamado a la Unidad Quintanarroense
2 Jun. 2025
Remigio Morales Calles/CAMBIO 22
La efeméride del día de hoy, 2 de junio del 1967, que recuerda Francisco Bautista en su primer tomo “Efemérides de Quintana Roo” y contenida en el portal digital de la Biblioteca del Congreso del Estado, conmemora al estadista Javier Rojo Gómez, Gobernador del Territorio de Quintana Roo, quien, en su primer acto público, exhorta al pueblo trabajar juntos para lograr poder gobernarse.
Una acción que se enriquece con las memorias de Primitivo Alonso Alcocer (QEPD), el cual en su perfil de Facebook al día de hoy aún se conserva y relata en su artículo “La Banca de la Unidad” “Estaban ciertos que si el gobierno de la Republica mandaba a un hombre de la talla de Rojo Gómez a gobernar Quintana Roo, era para sembrar la semilla fertilizadora que germinaría el árbol robusto del estado treinta. Quintana Roo no podía permanecer junto con Baja California como formas inoperantes del caduco colonialismo; un buen gobierno con el alto prestigio de don Javier, era la garantía para proseguir el rumbo iniciado por don Adolfo López Mateos para conducirlo “hacia su alto destino” como en alguna ocasión sentenciara Rojo Gómez”.

El Político y poeta, después de hacer el contexto se avoca al título de su tema: “Hubo una vez una banca pétrea en Chetumal que fue símbolo de la unidad para algunos políticos quintanarroenses. Estaba situada en el Parque Hidalgo, enfrente de la Explanada de la Bandera, y ahí se congregaban los políticos relevantes de aquel entonces, salvo Hernán Pastrana y don Delio Paz que tenían sus propios y legítimos horizontes, a discutir los temas de actualidad tanto del medio local como el nacional. La Banca de la Unidad, como la denominaban, constituía el foro más importante a pesar de su aparente pequeñez, para entablar discusiones que a veces se prolongaban hasta la media noche, por el fervor y el calor de las encendidas peroratas de los protagonistas, duchos en la fraseología política y en la dialéctica más aguerrida. Fue por abril o mayo de 1968 cuando tuve la oportunidad de asistir como invitado a una de aquellas reuniones llevadas a efecto en el espacio público, cuya finalidad radicaba en hacer política a “cielos abiertos” para no provocar la suspicacia del entonces gobernador del territorio don Javier Rojo Gómez, reacio a la política de catacumba o a las reuniones clandestinas”.
El chetumaleño Alonso Alcocer afirma, que para bien de los que ahí se reunían (la banca de la unidad) a cada uno le fue dado su espacio en la administración de Javier Rojo Gómez, quien había nacido en el estado de Hidalgo, con lo que se reafirma el sentido de la efeméride del día de hoy, y dice:
“… el político hidalguense “exilió” a Bacalar, como administrador del aserradero, al profesor Carlos Hoy a quien consideraba el eje de aquellas tertulias políticas, enfiló a Martínez Ross a la Secretaría General del PRI y a Felipe Amaro Santana lo consideró para la Delegación Federal de Industria y Comercio en tanto que a don Pedro Salazar lo nombró administrador del mercado Ignacio Manuel Altamirano. La joya de la corona se la llevaría don José Asencio Navarrete a quien ubicó como timonel de la Federación de Cooperativas, cargo muy importante en aquella época; al arquitecto Villanueva lo había ratificado como director de Catastro y un servidor acompañaría al maestro Carlos Hoy a su nuevo desempeño en la histórica Bacalar; todos estos movimientos se hicieron en diferentes tiempos en un proceso de armonización política para integrar al mayor número de quintanarroenses a la administración pública o política. Cabe recordar que al inicio de su gestión pública don Javier nombró al abogado Miguel Mario Angulo Flota como Secretario General de Gobierno y al Sr. Álvaro Alonso Marín, Tesorero General de su administración, ambos quintanarroenses. Las reuniones en la Banca de la Unidad se fueron haciendo más aisladas, se inició un golpeteo político entre algunos de los protagonistas que no llegó a más, hasta que tarde que temprano volvieron a sentarse en el pétreo blanquecino para significar la conversión de Quintana Roo en un estado más de la federación, su sueño hecho realidad, y volverían a hacerlo para ratificar su adhesión y confianza al candidato del Partido Revolucionario Institucional a la gubernatura de Quintana Roo, don Jesús Martínez Ross uno de los suyos, olvidando sus disputas o sus desencuentros.”
Y pareciere que como buen observador que era (en donde se encuentre) resuena su voz en los actuales tiempos en donde la actual XVIII Legislatura eliminó la residencia de 5 años para poder ocupar un cargo en la administración pública se presenta el siguiente párrafo.
“En las nuevas circunstancias políticas, hace falta algo similar a una Banca de la Unidad en donde se diriman los antagonismos políticos y se desvanezcan las reyertas intestinas pensando siempre que sobre el interés superior de la entidad quintanarroense no hay nada válido; Quintana Roo no es feudo de nadie, es hogar común que debemos fortalecer con el principio de la unidad ante los que anteponen sus intereses personales o de grupo sin importarles la tempestad que pudieran generar. Solo la buena voluntad política para poner un dique a los desenfrenados apetitos personales encontrados en toda la geometría política, puede evitar que nos acerquemos cada vez más hacia el abismo o avizoremos un nuevo horizonte pletórico de oportunidades. No se trata de invocar un trasnochado nativismo: quintanarroenses somos no solo los nativos, sino que también todos aquellos venidos de otras latitudes que han sembrado con amor en esta tierra prodigiosa y han encontrado por su esfuerzo buen fruto en su cosecha o que simplemente con el curso de los años se han asimilado a nuestra idiosincrasia. Pero nadie debe llegar como moderno conquistador a buscar “el plato servido” porque además de mellar los derechos que nos da la tierra y la historia o el haber adoptado este suelo como nuestro, tienden a provocar la irritación popular que asqueada de la corrupción del pasado inmediato en el caso nuestro, busca con desesperación al guía honrado y cercano al pueblo o al hombre providencial que trace un nuevo camino por donde transiten las buenas voluntades y que ponga un dique a los facinerosos oportunistas y a los traidores a la causa quintanarroense anegados de corrupción. El Estado de Quintana Roo se levantó teniendo como sombra tutelar nuestra maravillosa naturaleza y el esfuerzo combinado de hombres y mujeres que sellaron un compromiso singular con la historia; pero no solo es un paisaje nacional o zona de recreo en donde el astro rey despunta para alumbrar a la tierra mexicana, sino frontera de alta importancia geopolítica en donde, como señalara don Adolfo López Mateos, “cada quintanarroense es un centinela alerta que vela por México y sus instituciones”
Estoy completamente seguro y si Primitivo Alonso Alcocer y aquellos hombres que él menciona, estuvieran presente en estos tiempos, jamás hubieran permitido que este gobierno impusiera a los actuales electos magistrados de lo que se va a componer el Poder Judicial del Estado de Quintana Roo. ¡Falta hombres y mujeres que levante la voz y que se tenga esta burla para el pueblo quintanarroense!
Con Información del Sistema de Noticias CAMBIO 22
LRE/RCM




















