• Documentación de la destrucción: Fotografías revelan el impacto en monumentos prehispánicos por el Tren Maya

 

  • Monumentos vulnerables: La vulneración del patrimonio arqueológico en la ruta del Tren Maya

 

Redacción/CAMBIO 22 

Este registro fotográfico es parte de la evidencia de destrucción de un gran número de monumentos prehispánicos por la construcción del trazo donde correrán todas las vías del llamado Tren Maya. Se trata del patrimonio arqueológico de los mexicanos, a través del cual la sociedad mantiene y refuerza su identidad.


Los monumentos y las zonas de monumentos arqueológicos que están bajo densas capas de tierra, selva o bosque requieren trabajos de investigación y estudios científicos. Incorporarlos a una perspectiva simplemente turística es insertarlos sólo en el circuito mercantil de la cultura.

El registro fue elaborado por el historiador Felipe I. Echenique March y el antropólogo Juan Manuel Sandoval Palacios (profesores de Investigación Científica y Docencia del INAH), luego de haber recorrido 4 mil kilómetros de toda la ruta del Tren Maya en Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo en varias temporadas de trabajo: enero-mayo y julio-diciembre de 2019, así como de julio de 2021 a mayo de 2023.

Además forma parte de una ampliación a la denuncia de hechos presentada ante la Fiscalía General de la República en mayo de 2020 por un centenar de académicos del INAH y diversas universidades e institutos de México y el extranjero, así como por organizaciones sociales y medioambientales, para que investigara la destrucción de un indeterminado número de monumentos arqueológicos y paleontológicos, y zonas de monumentos arqueológicos.

En la ampliación de la denuncia, presentada el 18 de enero pasado, se establece:

“Podemos ya mostrar fehacientemente con fotografías la destrucción, alteración y lo que podríamos llamar saqueo institucionalizado, dado el desmonte y tendido de vías, abertura de bancos de materiales, caminos, construcción de estaciones y ahora hasta de un hotel construido por la Secretaría de la Defensa Nacional en medio de la Reserva de la Biosfera de Calakmul en Campeche, a unos cuantos kilómetros de la zona arqueológica del mismo nombre, y en la propia selva de Quintana Roo”.

En su reporte oficial, Diego Prieto, director general del INAH, ha señalado que los “trabajos de salvamento” descubrieron más de 20 mil basamentos, 59 mil bienes inmuebles y un millón 423 mil 524 fragmentos cerámicos. Esas extracciones muestran la riqueza de monumentos arqueológicos y paleontológicos que irremediablemente perderán buena parte de su carga informativa e histórica al quedar aislados de su contexto cultural original.

Estos monumentos y zonas de monumentos arqueológicos afectadas en el sureste mexicano quedarán fraccionadas, mutiladas, saqueadas,dejando constancia de un quehacer institucional totalmente desapegado de las leyes que protegen el patrimonio arqueológico para realizar investigación científica sobre antropología e historia relacionada con las culturas originarias del país.

Tren Maya: las fotos de la destrucción

En el tramo 7 de la ruta Tren Maya Bacalar–Escárcega (Quintana Roo-Campeche) concentramos el registro etnográfico y fotográfico de la mayor destrucción de monumentos arqueológicos.

En estas imágenes se pueden observar las retículas marcadas con listones de color rojo y naranja que los arqueólogos hacen en los montículos para tratar de extraer los vestigios que se puedan antes de ser arrasados por las máquinas de trascabo.

Exploración en montículos arqueológicos a la altura del km 183.5 de la carretera federal Chetumal–Escárcega. Esta brigada está formada por un arqueólogo del INAH y ayudantes locales, entre los que se encuentran dos militares que realizan labores arqueológicas sin ser especialistas en la materia. Como los montículos no eran mayores a tres metros de altura, la empresa constructora sólo les dio tres días para explorar y rescatar los vestigios que logren encontrar porque, atrás de la brigada, avanzan con velocidad las máquinas excavadoras y de trascabo que arrasan las estructuras prehispánicas y aplanan el terreno por donde correrá el tramo 7 del Tren Maya.

La Zona Arqueológica de Chakanbakan, en Quintana Roo, abarca 30 kilómetros cuadrados de superficie con representaciones del jaguar en escultura monumental. La superficie de uno de sus montículos (pirámide sin excavar) de seis metros de altura fue despojada de árboles y vegetación porque se ubicaba exactamente en medio del trazo marcado como Tramo 7 del Tren Maya Chetumal-Escárcega. Este montículo fue arrasado por máquinas de trascabo y no existe más.

Hotel en plena zona de Calakmul

A menos de 15 kilómetros de la Zona Arqueológica de Calakmul y en pleno núcleo de la Reserva de la Biosfera, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) construye un hotel como parte del proyecto Tren Maya. La obra está cercada con alambre de púas y un plástico negro que impiden ver el interior; afuera, máquinas excavadoras y de trascabo arrasan todo.

La Zona Arqueológica de Calakmul ocupa una superficie de 35 kilómetros cuadrados y tiene una triple protección: por la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, por estar dentro de la Reserva de la Biosfera de Calakmul declarada Área Natural Protegida, y por estar dentro de la Lista de Patrimonio Mixto de la Humanidad declarada por la Unesco, al ser la segunda reserva natural más grande de América y una de las ciudades prehispánicas más extensas de la cultura Maya, con más de 300 estructuras piramidales en su núcleo.

La Sedena dice que construye su hotel “en una zona que ya estaba impactada por los chicleros”. La única forma en que puede mostrar que esa parte ya estaba afectada es a través de un dictamen realizado por el INAH sobre esa área, ubicada dentro de una zona protegida por leyes nacionales e internacionales. A la fecha, la secretaría no ha mostrado ese dictamen del INAH ni los trabajos arqueológicos realizados para constatar que no hay vestigios prehispánicos en el lugar. La construcción de ese hotel viola todos los preceptos legales.

Destrucción de caminos prehispánicos

Destrucción de dos plataformas prehispánicas y dos kilómetros del Sacbée (camino prehispánico) Izamal-Kantunil de la Sección II de la Zona Arqueológica de Akumal (entre Playa del Carmen y Tulum, Quintana Roo), que una empresa constructora cubrió con piedras similares a la grava y lo compactó con maquinaria para que pasaran camiones de carga de ocho toneladas, llevando y trayendo material para el terraplén del tramo 5 del Tren Maya.

La destrucción de las plataformas y del Sacbée violó la ley federal que protege este tipo patrimonio, porque las obras del Tren Maya afectaron de forma severa e irreversible el trazo original de la zona arqueológica de Akumal.

Arrasan con más de 20 estructuras arqueológicas

Reserva Forestal del Ejido de Laguna Om, municipio de Othón P. Blanco, Quintana Roo. En un trecho de 1.5 km de largo por 50 metros de ancho había más de una veintena de estructuras arqueológicas medianas y pequeñas separadas por un camellón prehispánico. Este camellón se encontraba totalmente destruido y compactado por camiones cargados de escombros y materiales, que también pasaban encima de montículos más pequeños para continuar con el tramo 7 del Tren Maya. Las imágenes muestran la destrucción de estructuras que se ubicaban a un lado del camino por donde pasan los camiones.

 

 

Fuente: fabricadeperiodismo

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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