La Cruz: De Instrumento de Tortura Romana a Símbolo Supremo del Cristianismo
20 Abr. 2025
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Los romanos perfeccionaron la crucifixión como castigo público para infundir miedo entre los pueblos sometidos
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Los cristianos transformaron el símbolo de muerte en una señal de esperanza, redención y victoria espiritual
Renán Castro Hernández/ CAMBIO 22
La crucifixión no fue inventada por los romanos, pero ellos la perfeccionaron como método de ejecución pública, era una forma lenta, dolorosa y humillante de morir, usada sobre todo para esclavos, rebeldes y criminales peligrosos.
Aunque no se sabe con certeza quién construyó la primera cruz utilizada para ejecuciones, se tiene registro de que civilizaciones antiguas como los persas, asirios y babilonios ya aplicaban métodos similares, como el empalamiento o la suspensión de cuerpos. Posteriormente, Alejandro Magno introdujo estas prácticas en el mundo mediterráneo tras conquistar territorios orientales.
Fueron los romanos quienes perfeccionaron y estandarizaron la crucifixión como un método de castigo público. No fue implementada por una sola figura, pero existen registros del uso sistemático bajo líderes como Lucio Cornelio Sila y Marco Licinio Craso, este último conocido por ordenar la crucifixión masiva de seis mil esclavos tras la rebelión de Espartaco en el año 71 a.C.
En el caso de Jesús de Nazaret, su crucifixión fue autorizada por Poncio Pilato, gobernador romano en Judea, durante el reinado del emperador Tiberio. En ese contexto, la cruz ya se había consolidado como el castigo más severo y humillante dentro del sistema penal del Imperio Romano.
¿Por qué usaban la cruz para crucificar?
La cruz era una herramienta de tortura y escarmiento público, diseñada para infundir miedo y controlar a las poblaciones sometidas.
Jesús de Nazaret fue crucificado porque las autoridades romanas lo vieron como un posible agitador político (recordemos que se le acusaba de proclamarse “Rey de los Judíos”), y para ellos, esa figura representaba una amenaza al orden imperial.
La forma de la cruz —particularmente en su disposición en forma de “T” (crux commissa) o en forma de cruz latina “†” (crux immissa)— no era casual.
Fue diseñada para maximizar el dolor, prolongar la agonía y causar humillación pública, lo cual la convertía en un instrumento altamente eficaz para el escarmiento.
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Prolongación del sufrimiento por gravedad y postura
La posición forzada con los brazos extendidos y elevados, clavados o atados al patíbulo (la viga horizontal), y el cuerpo colgado sobre el stipes (viga vertical), generaba una compresión del tórax. Esto dificultaba la respiración, provocando una asfixia progresiva. -
Cada vez que la víctima quería inhalar aire, tenía que impulsarse dolorosamente hacia arriba, usando los clavos en los pies o sus piernas rotas, lo que provocaba dolor extremo y aceleraba el desgaste físico.
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Punto de tensión anatómica
Al mantener los brazos extendidos y elevados, la cruz obligaba al cuerpo a una tensión constante en los músculos del pecho, los hombros y el abdomen. Esa tracción constante afectaba nervios y articulaciones, provocando espasmos musculares, parálisis parcial y dolor nervioso intenso. -
Duración controlada de la agonía
La víctima no moría de inmediato. Dependiendo del castigo previo (azotes, deshidratación, etc.), un crucificado podía vivir entre 6 horas y 3 días. Esta duración prolongada de agonía era visible para la multitud, lo cual reforzaba el efecto psicológico de disuasión pública. -
Exposición total y humillación
La forma elevada y abierta de la cruz obligaba a que el cuerpo quedara expuesto completamente, muchas veces desnudo. Esto permitía que todos vieran al castigado desde lejos, multiplicando el impacto del castigo como espectáculo de control social. -
Fijación estable y reciclable
La forma en “T” permitía que el patíbulo fuera desmontable y reutilizable. El poste vertical solía estar fijo en el suelo y se usaba múltiples veces, facilitando la ejecución en serie de condenados.
La cruz era una “máquina de muerte” simple, pero extremadamente eficiente. Su diseño aprovechaba las leyes físicas del cuerpo humano para inducir dolor prolongado, agotamiento, asfixia e indignidad total, logrando no solo eliminar físicamente al condenado, sino también destruirlo moral, emocional y simbólicamente ante la sociedad.
¿Por qué se adoptó luego como símbolo del cristianismo?
Lo que antes era un símbolo de muerte y derrota, fue transformado por los primeros cristianos en un símbolo de vida, redención y esperanza.
Esa es la paradoja central del cristianismo: Jesús, al morir en la cruz, vence al pecado y a la muerte.
El uso de la cruz como símbolo no fue inmediato, al principio, los cristianos usaban símbolos más discretos, como el pez (Ichthys), por temor a persecuciones.
Fue hasta después del siglo IV, con la conversión del emperador Constantino y el Edicto de Milán, que la cruz empezó a ser mostrada abiertamente como el símbolo máximo del cristianismo.
Así, lo que fue un instrumento de tortura se convirtió en el mayor ícono espiritual de la fe cristiana:
una cruz vacía que representa la victoria sobre el sufrimiento y la muerte.
Fuentes consultadas para esta publicación:
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National Geographic Historia, “La cruz: de castigo ejemplar a símbolo del cristianismo”.
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BBC Mundo
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Azusa Pacific University – “The Science of the Crucifixion”
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Catholic Productions – “Crucifixion: The Cruelty of the Cross”
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Vanguard Nigeria – “The Anatomical and Physiological Details of 6 Hours of Pain and Death by Crucifixion”
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Encyclopedia Britannica – “Pontius Pilate”
Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22
redaccionqroo@diariocambio22.mx
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