La Comunidad Católica de Isla Mujeres Celebra el Miércoles de Ceniza
5 Mar. 2025
Yolanda Gutiérrez/CAMBIO 22
ISLA MUJERES, Q.ROO. 05 de marzo-. Con la imposición de la cruz de ceniza durante los oficios religiosos de este 05 de marzo, Miércoles de Ceniza, la comunidad católica de Isla Mujeres se prepara para la Cuaresma, periodo de reflexión, conversión y arrepentimiento.
A las 08:00 a.m. los isleños más madrugadores, que no se sumaron a los festejos del martes de Carnaval o se retiraron temprano de la explanada municipal, recibieron la cruz de ceniza en la capilla de Guadalupe.

A las 10:00 a.m. la misa de imposición se ofició en la Parroquia de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, a las 11:30 horas en la capilla de la Caridad del Cobre y a las 12:30 p.m. en la capilla del Sagrado Corazón.
De acuerdo con el calendario de actividades, habrá misas de imposición de ceniza a las 6:30 p.m. en la Inmaculada Concepción y a las 8:00 p.m. en la capilla del Sagrado Corazón, en las que se presume participarán los feligreses que disfrutaron de las fiestas carnestolendas hasta el final

La imposición de ceniza, que proviene de la quema de las palmas que el año anterior se usaron en el Domingo de Ramos, es una costumbre que recuerda a los católicos que algún día vamos a morir y nuestro cuerpo retornará al polvo del cual surgió.
El Miércoles de Ceniza y la imposición de la cruz en la frente abre el camino hacia la Cuaresma, tiempo que invita a una revisión de nuestras vidas, actitudes y comportamientos, reflexión sobre lo que estamos haciendo mal y oportunidad de iniciar un firme proceso de conversión y purificación, espiritual con la oración y física, con el ayuno y la abstinencia.

El ayuno es obligado el Miércoles de Ceniza, al igual que el Viernes Santo, a los mayores de 18 años y menores de 60 y consiste en hacer solo una comida fuerte al día.
La abstinencia de comer carne es obligada desde los 14 años. Todos los viernes de Cuaresma también lo son de abstinencia obligatoria

La imposición de la ceniza, que nos recuerda nuestra fragilidad y nos invita a renovar nuestro corazón en la fe, marca el final de los festejos dedicados a la carne y el inicio del tiempo de ayuno y reflexión que evoca los 40 días que Jesús pasó en el desierto en oración y ayuno antes de iniciar su vida pública.
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