• Esto dice la ciencia acerca del misterioso mundo de los sueños y por qué a veces resulta inaccesible

 

Redacción/CAMBIO 22

En ocasiones, nos despertamos sin recordar lo que hemos soñado, mientras que en otras, el sueño queda tan arraigado en nuestra memoria que podemos narrarlo hasta con precisión de detalles mínimos ¿A qué se debe esta disparidad?  Una parte de la respuesta la tiene la ciencia del sueño.

Durante la fase REM, el último período del sueño, el cerebro se encuentra altamente activo. El tronco cerebral bloquea las neuronas motrices, impidiendo que nos movamos. En esta etapa, el cerebro además de estar atento a la producción onírica, absorbe gran cantidad de información del entorno debido a la intensa actividad cerebral

Para retener un recuerdo, el hipocampo juega un papel crucial al formarlo y luego dispersarlo por otras partes del cerebro. Sin embargo, durante el sueño, esta sincronización se desvanece, complicando la tarea de recordar los sueños.

Se estima que cada persona tiene entre cuatro y seis sueños por noche, pero olvidamos entre el 95 y el 99%. La razón por la cual algunas personas recuerdan más que otras, o por qué algunos sueños persisten, sigue siendo un misterio.

¿Por qué no recordamos los sueños?

Existen teorías, como la de la represión de Freud, que sugiere que nuestro cerebro bloquea los sueños que percibe como demasiado traumáticos. Otras teorías sostienen que la mente despierta no puede comprender los sueños caóticos, lo que dificulta su recuerdo.

Aunque no existe una teoría definitiva sobre por qué soñamos, la propuesta de J. Allan Hobson y Robert McCarley, sugiere que el cerebro procesa la información diaria a través de los sueños.

Desde el punto de vista neurofisiológico, hay dos tipos de sueños: No REM y REM (movimientos oculares rápidos). La fase REM, donde se sueña intensamente, presenta una desconexión entre las experiencias oníricas y su consolidación en la memoria, lo que dificulta recordar los sueños.

Investigaciones revelan que las personas que recuerdan sus sueños muestran una mayor actividad cerebral espontánea en áreas como la media prefrontal y la unión temporo-parietal. Estas personas también son más sensibles a los estímulos ambientales, lo que contribuye a una mejor codificación de los sueños en la memoria, pero también una tendencia mayor a despertarse.

 

 

Fuente: Informador

redaccionqroo@diariocambio22.mx

HBS

WhatsApp Telegram
Telegram