La Avaricia Tras el Estadio Nachan Ka’an
22 May. 2025
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Se perfila una operación que busca intercambiar este terreno valioso por la construcción de un nuevo estadio en los márgenes de la ciudad
Ricardo Jesús Rivas/ CAMBIO 22
CHETUMAL, 22 de mayo. – El emblemático estadio de béisbol Nachan Ka’an, ubicado en una zona estratégica de Chetumal, encendió las ambiciones de diversos grupos de poder. Entre ellos, empresarios, dirigentes de cámaras empresariales y figuras del sector inmobiliario que se muestran especialmente interesados en que el inmueble sea demolido y vendido. Su cercanía con el Aeropuerto Internacional de Chetumal y la estación del Tren Maya lo convierte en uno de los predios más codiciados del sur del estado, donde el valor comercial supera con creces los 100 millones de pesos, pese a que su remodelación costaría alrededor de 50 millones, según información periodística.
Detrás de este interés se perfila una operación que busca intercambiar este terreno valioso por la construcción de un nuevo estadio en los márgenes de la ciudad, cerca del conocido “elefante blanco” Parque Quintana Roo. El sitio propuesto, además de alejado y de difícil acceso, carece de infraestructura adecuada y servicios de transporte, lo que implicaría un retroceso en términos de conectividad y funcionalidad para la población local. Todo esto ha sido justificado por representantes empresariales como una medida de reordenamiento urbano, aunque los beneficios parecen inclinarse hacia intereses privados.

El antecedente más preocupante se remonta a 2014. De la información periodística consultada, se desprende que, durante la administración de Roberto Borge Angulo, cuando se vendieron más de dos mil 500 metros cuadrados colindantes al Nachan Ka’an a precio de ganga. La transacción, realizada a través del desaparecido IPAE, benefició a la inmobiliaria Cigarra S.A. de C.V., cuyos propietarios enfrentaron señalamientos por operaciones con recursos de procedencia ilícita. En su momento, el valor real del metro cuadrado era más de cinco veces superior al precio pagado.
Cabe recordar que este predio formó parte de los bienes que el gobierno del “Cambio” prometió recuperar como parte del combate a la corrupción borgista. La exfiscal anticorrupción Rosaura Villanueva Arzápalo señaló públicamente que terrenos como el del estadio, junto con otros en Cancún e Isla Mujeres, eran parte del patrimonio estatal despojado de manera ilegal. Sin embargo, los intentos actuales por reactivar su venta y uso comercial indican que los mecanismos de despojo podrían estarse reeditando bajo nuevas justificaciones y actores.

Apenas esta semana, llamó la atención la instalación de estructuras metálicas en el estadio, pertenecientes a la empresa Full Colors Display, donde figuran nombres vinculados con Movimiento Ciudadano. La acción, ejecutada sin claridad institucional, ha sido interpretada por algunos sectores como un intento de tomar ventaja política o comercial del predio. Todo apunta a una estrategia silenciosa que pretende disfrazar como renovación una operación que, de concretarse, podría repetir los patrones de opacidad y privilegio que tanto han lastrado al sur de Quintana Roo.

LRE






















