• Crítica de Joker: Folie à Deux, el musical, la secuela de Joker también dirigida por Todd Philips con Joaquin Phoenix y Lady Gaga como estrellas principales. Estreno el 4 de octubre de 2024.

     

 

Redacción/ CAMBIO22

Hace cinco años Joker causó conmoción demostrando que el mayor antagonista de Batman podía protagonizar una película independiente en la que desarrollar a uno de los personajes más inquietantes de Gotham, un inadaptado social marcado por los abusos cuyo humor solo comprende él mismo. Y verlo convertirse en un sociópata espectacular además. La interpretación de Joaquin Phoenix, actor complicado pero de talento descomunal, hizo el resto. Y le procuró un merecidísimo Óscar.

Una película memorable, en suma, que ahora tiene una secuela mucho menos memorable, por desgracia: Joker: Folie à Deux es una cinta floja a nivel argumental e hipertrofiada en el plano musical, pero al menos no repite fórmula y nos presenta de nuevo a una implicadísima Lady Gaga como partenaire. Más allá de eso, funciona casi como antítesis de la primera, llevándole la contraria en todos los aspectos: aquella nos hizo ver por qué y cómo afloraba el Joker, ahora lo vemos languidecer; la primera nos mostró su soledad, en ésta encuentra a su alma gemela delirante; Joker llevó a la exaltación de las masas, Folie à deux a su desengaño cuando él se quita la máscara.

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Caos, amor, locura, melodía

El desenlace de Joker fue demoledor con Arthur Fleck haciendo realidad su fantasía de sembrar el caos y consiguiendo una oleada de adeptos fieles a su visión. Al comienzo de Joker: Folie à Deux ha dado con sus huesos en el asilo Arkham de Gotham donde ha sido ingresado a la espera del proceso en el que se juzgará su actividad criminal como Joker.

Lidiar con su doble identidad no le resultará fácil, pero será aún más complicado evitar sucumbir a la tentación cuando se cruce en su camino el amor verdadero… y la música que había en su interior se abra paso. Lee Quinzel, alias Harley Quinn, será la encargada que sorberle lo que le quede de seso.

Lo primero, ¿por qué el título de la película? “Folie à deux”se traduce literalmente del francés como “locura en pareja”, pero se utiliza de forma específica para describir un trastorno de ideas delirantes inducidas o trastorno psicótico compartido. Se caracteriza por la presencia de síntomas psicóticos (ideas paranoicas o delirantes) en dos o más personas sometidas a un cierto grado de aislamiento social. Fue descrito por Charles Lasègue y Jules Falret en el siglo XIX y también se conoce por el nombre de “folie communiquée”.

En palabras llanas, Arthur Fleck y Lee Quinzel van a vibrar en la misma sintonía psicótica retroalimentándose el uno al otro. Lo que entra en el terreno de la duda es que los espectadores vayan a acompañarlos en ese derroche de delirio a lo largo de los 138 minutos de metraje. Y no será porque el arranque no sea potente, con una secuencia animada al modo Looney Tunes.

Lady Gaga en Joker Folie à Deux

Artísticamente hay poco que reprocharle a la película, que exuda amor por la música con un sentido homenaje a las películas del género del Hollywood de los años 60, incluyendo todo lo relativo a la segunda era del Rat Pack con Frank Sinatra, Dean Martin, Joey Bishop, Sammy Davis Jr., Angie Dickinson o Peter Lawford.

Los números musicales, que vienen a mostrar en pantalla la interioridad de estos dos parias sociales que viven en su fantasía, son el reverso disociado de sus mentes enfermas. Pero la realidad dista mucho de esas ensoñaciones: Arthur Fleck sigue siendo objeto de agresiones y a Lee solo le interesa su compañero el plano de lo irreal. No hay margen para la cordura ni para aspirar a algún tipo de redención.

En ese sentido, hay varios cracks de la interpretación que nos mantienen atados a la realidad: Catherine Keener en el rol de Maryanne Stewart, abogada defensora de Arthur y ancla a su dramática situación, y Brendan Glesson como el inhumano e impredecible Jackie Sullivan.

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Los problemas de la película no están en el talento del reparto, sino en su guión, concebido casi más como un epílogo que como una película que quiera desarrollar una historia independiente. Joker: Folie à deux comete un grave error: centrarse tanto en el plano musical que no desarrolla al personaje de Lee. Lo que sabemos de ella es a través de otros y no hay margen para comprender el por qué de sus acciones. La cinta termina siendo bastante pesada y finaliza de forma abrupta, rehuyendo abordar el conflicto que se había creado en las calles con ese fenómeno fan moralmente fastidioso.

Lo peor quizás es que no hay vuelta de hoja. Este Joker independiente se va a ver privado de la posibilidad de ser el príncipe payaso del crimen de Gotham y enfrentarse a Batman. La sensación es de desperdicio, cuando es probable que Phoenix se haya transmutado aún más en esta ocasión en su infausto personaje. Él también va a ser víctima de su alter ego ficcional.

 

 

 

Fuente: Hobby Consolas

redaccion@diariocambio22.mx

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