Irán negó este lunes su implicación en el ataque en el que murieron tres soldados estadounidenses en una base militar en la frontera entre Siria y Jordania y que fue reivindicado por milicias proiraníes.
El Gobierno de Irán ha insistido en que los miembros del llamado Eje de la Resistencia no reciben órdenes de Teherán, después de que una milicia proiraní reivindicase el ataque.
“Irán no se entromete en las decisiones de los grupos de la resistencia sobre cómo apoyar a la nación palestina o defenderse a sí mismos”, dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí, en una rueda de prensa en Teherán.
Irán lidera el llamado Eje de la Resistencia, una alianza informal formada por organizaciones militantes como Hizbulá, los rebeldes hutíes del Yemen, el movimiento islamista Hamás, la Yihad Islámica y una miriada de milicias en Irak y Siria.
Aunque Teherán niega que los actores de esta alianza informal, profundamente antiisraelí y antiestadounidense, actúen bajo sus órdenes, sí reconoce que los apoya.
Por su parte, la Misión Permanente de la República Islámica de Irán ante la ONU también ha asegurado que Irán “no tiene conexión ni nada que ver con el ataque contra una base de EE.UU”, según declaraciones recogidas por la agencia estatal iraní.
¿Dónde se produjo el ataque?
Hay versiones diferentes sobre la ubicación exacta del ataque: Estados Unidos afirma que ocurrió en una base militar en el noreste de Jordania, cerca de la frontera con Siria.
No obstante, el Gobierno jordano señaló que la acción, en la que también resultaron heridos 34 soldados estadounidenses, se produjo fuera de su territorio y tuvo como objetivo la base de Al Tanf, en Siria.
Jordania es uno de los principales aliados de EE.UU. en la región, pero la presencia de cientos de tropas estadounidenses en su territorio es un tema sensible porque la mayoría de la población jordana rechaza la ayuda que Washington está proporcionando a Israel para su ofensiva sobre la Franja de Gaza.
Según un comunicado del Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM), el ataque se produjo contra una base militar en Jordania llamada ‘Torre 22’, que se encuentra estratégicamente situada en el punto más al noroeste del territorio jordano, donde sus fronteras se encuentran con las de Siria e Irak.
En esa base, hay desplegados unos 350 militares de EE.UU. que tienen como misión lograr la “derrota duradera” del grupo terrorista Estado Islámico (EI), detalló el CENTCOM.
Además, ‘Torre 22’ se encuentra cerca de otra guarnición militar estadounidense llamada ‘Al Tanf’, ubicada en Siria muy cerca de la frontera con Jordania y que, desde 2016, ha sido clave para las operaciones contra el EI, según detalla la organización International Crisis Group en su web.
La milicia Al Nujaba, una de las más prominentes de la Resistencia Islámica en Irak, celebró en un comunicado varios ataques contra posiciones de EE.UU. en Siria e Irak, entre ellos uno dirigido contra la base de Al Tanf, en Siria, “que causó la muerte y heridas a más de 50 soldados norteamericanos”.
¿Como responderá Estados Unidos?
El presidente de EEUU, Joe Biden, que estaba este domingo haciendo campaña en Carolina del Sur, prometió en un comunicado que los responsables rendirán cuentas ” en el momento y de la manera” que Estados Unidos elija.
Más tarde, durante un evento en una iglesia de Carolina del Sur, Biden afirmó: “Hemos tenido un día difícil anoche en Oriente Medio. Hemos perdido a tres valientes en un ataque contra una de nuestras bases”. Después, pidió un momento de silencio y lo rompió con dos palabras: “y responderemos”.
Ante la inminencia de una respuesta estadounidense, diversos grupos proiraníes en el este de Siria están “reubicándose”, mientras varias milicias han desplegado camiones con lanzaderas de cohetes para contrarrestar posibles bombardeos estadounidenses, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
La muerte de los tres soldados estadounidenses agrava aún más la ya frágil situación en Oriente Medio, donde la tensión se ha disparado a raíz del ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre.
Desde el inicio de ese conflicto, las milicias proiraníes de Irak han llevado a cabo más de un centenar de ataques contra las fuerzas estadounidenses en Irak y Siria, causando al menos 70 heridos.
Además, los rebeldes hutíes en Yemen, respaldados por Irán, han estado atacando a buques en el Mar Rojo y dos “navy seals”, como se conoce a los miembros del cuerpo de élite de la Armada de EE.UU. murieron en uno de ellos frente a las costas de Somalia.
El ataque a la base cercana a Siria es el primero en Oriente Medio donde ha habido provocado víctimas mortales entre las filas estadounidenses.