Redacción/CAMBIO 22 

Un investigador encontró nueva información sobre el ADN de los mayas prehispánicos tras analizar un entierro masivo.

El proyecto de investigación El descenso, los descendientes de Kukulcán, análisis arqueo genético de un entierro masivo-ritual en Chichén Itzá arroja resultados sobre este pueblo antiguo.

“El estudio sobre la genética de los mayas comenzó en 2017 en Alemania”, explicó a EFE el investigador Rodrigo Barquera, del Departamento de Arqueo genética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Sajonia.

“Hay cierta continuidad genética entre los habitantes de Chichén Itzá y la población maya actual”, agregó respecto al estudio que hizo sobre el ADN de los mayas de Chichén Itzá.

Entrevistado al término de la ponencia Aproximaciones interdisciplinarias en el estudio de Mesoamérica, que ofreció en la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Yucatán, explicó que uno de los resultados es la resistencia a la salmonella no solo en la población maya, sino en México en general.

“Somos más resistentes que los mayas del pasado”, aseguró sobre su investigación de un entierro masivo con carácter ritual encontrado en un chultún (cisterna prehispánica) cercano al Cenote Sagrado de Chichén Itzá, en el sur de México, donde se construyó un aeropuerto en 1967.

En ese chultún encontraron huesos de más de 100 individuos, en su mayoría niños, y “al parecer se trataba de un ritual relacionado con la cosmogonía maya”.

“Lo interesante de ese entierro masivo es que encontramos restos óseos de gemelos idénticos, como Hunahpú e Ixbalanqué”, los hermanos mellizos que fueron retados por los dioses del Xibalbá (inframundo maya) a un juego de pelota, como se relata en uno de los pasajes del Popol Vuh, el libro sagrado de esa civilización mesoamericana.

Dijo que aún falta mucho por investigar en Chichén Itzá y en varias zonas arqueológicas de Yucatán.

“Cada que alguien da un paso estamos obligados a replantear, a seguir las pistas, porque eso ayuda a divisar cosas que quizá estaban cubiertas”, comentó.

El trabajo del mexicano que estudia restos óseos de mayas prehispánicos y ADN de los actuales habitantes de Yucatán en Alemania continúa.

 

 

Con información de EFE

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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