Invernaderos de la Presumida, un Sueño Agrícola que se Apagó con los Años
18 Nov. 2025
Redacción / CAMBIO 22
José María Morelos, 18 de noviembre. – En La Presumida, los invernaderos que alguna vez dieron vida a cultivos de tomate saladette y chile habanero de calidad de exportación comenzaron a operar en el año 2001, recuerda la actual presidenta de los desaparecidos invernaderos, Lilian Balam Xool. Durante más de una década, aquellas naves agrícolas —La Hondonada, Dos Cerros, Nohoch Be y Sansamal Meyah— sostuvieron empleos, cosechas abundantes y el orgullo de decenas de familias.
El proyecto nació cuando ejidatarios invitaron a un grupo de repobladores a hacerse cargo de cinco hectáreas, bajo la premisa de que el ejido no podía operar los invernaderos. Las trabajadoras aceptaron, levantaron las estructuras, limpiaron el monte y comenzaron a producir. Sin embargo, un malentendido entre ejidatarios llevó a la exigencia de rentas y cobros constantes, situación que marcó el principio del desgaste.

La presidenta de los invernaderos relata que, pese a las dificultades, continuaron pagando lo solicitado para no perder sus cultivos. Con el tiempo, las clausuras de acceso, la presión de algunos ejidatarios y la imposibilidad de trabajar libremente orillaron a las familias a rentar las instalaciones a un empresario, quien también fue obligado a cubrir pagos al ejido, dejando sin rentabilidad a las productoras.
Aun así, el proyecto se mantuvo en funcionamiento hasta 2017. Para entonces, los costos de semillas, fertilizantes y mano de obra resultaban insostenibles sin apoyos externos. La falta de utilidades, los constantes conflictos y los robos de materiales terminaron por vaciar las naves. La infraestructura, ya deteriorada, empezó a ser vendida como chatarra ante la imposibilidad de conservarla.
Lilian Balam Xool recuerda que sus hijos crecieron entre los pasillos de los invernaderos y que gran parte de su juventud quedó invertida en aquel trabajo. Asegura que el cierre no solo significó la pérdida de una fuente de empleo, sino la desaparición de un proyecto que dio identidad y esperanza a la comunidad durante 17 años.
Hoy, los terrenos permanecen sin actividad agrícola y la posibilidad de un nuevo programa ejidal ha sido rechazada por quienes lo vivieron. Para las antiguas trabajadoras, la historia de La Hondonada, Dos Cerros, Nohoch Be y Sansamal Meyah permanece como una memoria viva de esfuerzo colectivo y un recordatorio de lo que pudo seguir floreciendo.
KXL




















