Miguel Ángel Fernández/ CAMBIO 22 

CHETUMAL, 29 de marzo.- La senadora Anahí González enfrenta una nueva polémica luego de que los comentarios negativos en una publicación de Facebook, donde invitaba a una función de cine en Majahual, fueron eliminados por orden suya. La desaparición de las críticas ha generado indignación entre ciudadanos y usuarios de redes sociales, quienes consideran que esta acción es una estrategia para evitar el debate y proyectar una imagen artificialmente positiva.

Censura y Manipulación Digital

El hecho de borrar comentarios críticos en una plataforma pública ha sido señalado como una práctica cuestionable, especialmente cuando se trata de una representante electa. Para muchos, esto demuestra una falta de apertura al diálogo y un intento de controlar la percepción pública.

Expertos en comunicación política advierten que eliminar comentarios negativos en lugar de responderlos con argumentos puede interpretarse como una actitud evasiva y poco democrática. “Las redes sociales son un canal de interacción con la ciudadanía. Cuando un funcionario solo deja opiniones positivas, está manipulando la percepción pública y negando el derecho de los ciudadanos a expresar sus inconformidades”, señaló un analista consultado.  

El Silencio en Redes y el Descontento Persistente

Lo más llamativo es que, tras la ola de críticas, no solo se borraron comentarios, sino que tampoco existe ninguna publicación sobre la actividad de cine que la senadora organizaba en Majahual para el viernes 28 de marzo. Este hecho refuerza la percepción de que la legisladora intentó minimizar la controversia sin ofrecer explicaciones.

Los ciudadanos de la Costa Maya, quienes han expresado su frustración por la falta de atención a problemas clave como la inseguridad y la infraestructura, ven en esta situación un reflejo del distanciamiento de la senadora con las verdaderas preocupaciones de la comunidad.

Mientras las críticas continúan en otros espacios digitales, la senadora Anahí González guarda silencio. Sin embargo, el intento de borrar las opiniones de los ciudadanos podría generar un efecto contrario al buscado: aumentar la desconfianza y la percepción de que su gestión está más enfocada en la imagen que en la solución de los problemas reales.

 

 

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM

 

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