Inseguridad, Contaminación y Caos en Desarrollo Urbano Dañan la Afluencia Turística en Tulum

• Necesariamente Incómoda

Graciela Machuca Martínez/CAMBIO 22

Mientras el presidente municipal de Tulum, Diego Castañón Trejo, continúa presumiendo su estrecha amistad con el diputado federal de Morena, Ricardo Monrreal Ávila, como sucedió este 9 de julio a través de redes sociales, al agradecerle su apoyo brindado a Tulum y a Quintana Roo, la afluencia turística al municipio más joven de Quintana Roo sigue a la baja a consecuencias de la negligencia e ineficacia de su gobierno.

Tulum es conocido internacionalmente por la belleza de sus playas, sus aguas cristalinas, su exuberante selva, su gastronomía y zonas arqueológicas, sin embargo, desde que llegó la 4T a la administración municipal, la inversión ha crecido, pero el municipio se enfrenta a un grave retroceso en la afluencia de visitantes a consecuencia de la inseguridad, el caos en el desarrollo urbano, la destrucción del entorno ecológico, la grave contaminación que provoca el arribo del sargazo, así como la falta de playas públicas.

Los asesinatos, las extorsiones, la desaparición de personas, así como la corrupción de agentes de vialidad y policía municipal convierten las vacaciones de muchos turistas en experiencias desagradables, ya que se vive y se viaja con el temor de recibir una bala perdida o ser víctima de un robo.

La corrupción en el gobierno municipal que encabeza Diego Castañón Trejo está llevando al municipio a la debacle porque el caos administrativo está permitiendo el crecimiento de los desarrollos inmobiliarios sin respetar la ley.

Castañón Trejo insiste en que tiene futuro en la carrera política y por ello viaja constantemente a la Ciudad de México, a Cancún y a Chetumal para continuar con sus amarres políticos, a cambio de que la clase política de MORENA a nivel nacional, tenga todas las facilidades para invertir en Tulum, sin cumplir con los requisitos de ley, pues en este municipio el presidente municipal es el principal promotor para violentar el estado de derecho.

Rafael Barajas, director del Observatorio Ciudadano de Tulum, añadió que a todos estos problemas que se enfrentan en Tulum, ahora se agregó la militarización del Parque del Jaguar, cuyas playas eran las únicas que no estaba privatizadas.

Ahora, todos los turistas extranjeros y nacionales tienen que pagar el acceso, así como a la zona arqueológica y al área protegida, por lo que la afluencia turística se ha disminuido considerablemente.

La Guardia Nacional es la que opera el referido parque público con una normatividad que se aleja de los requerimientos de las población civil que va a Tulum a disfrutar de sus bellezas naturales, de su clima y no someterse a una serie de revisiones molestas y burocráticas, que atentan contra los derechos humanos.

Ante el auge del desarrollo turístico en 2019, inversionistas nacionales e internacionales decidieron traer sus capitales a Tulum, pero ante la falta de ordenamientos claros en materia de desarrollo urbano, el otorgamiento de permisos de construcción municipales ha terminado en corrupción, a lo que se suma que dependencias federales como la SEMARNAT y la PRPFEPA no tienen la capacidad para realizar los estudios de impacto ambiental requeridos, por lo que se están construyendo grandes desarrollos inmobiliarios perjudicando el entorno ecológico.

Este desorden de las autoridades municipales, federales y estatales, genera que tanto las vialidades, los servicios de agua potable, drenaje y alcantarillado, sean insuficientes en perjuicio de la población residente, así como de los visitantes, porque los costos de operación aumentan al tener que comprar los prestadores de servicios turísticos pipas de agua, extraer las aguas negras de sus establecimientos también con camiones cisternas para ir a tirarlas a parajes en la selva o cenotes, ya que las plantas de tratamiento son insuficientes e ineficaces.

Otra de las razones por las que el turismo a disminuido en Tulum es la contaminación en las playas producida por el sargazo que por toneladas arriba todos los días al litoral quintanarroense.

Desde luego que es un fenómeno de la naturaleza, pero desde el año 2018 cuando se tuvo la primera crisis, los tres niveles de gobierno no han podido poner en marcha políticas públicas y estrategias eficaces para su control.

El gobierno federal ha destinado presupuesto para que la Secretaría de Marina atienda el problema, pero todas las acciones han sido insuficientes, porque el sargazo se sigue acumulando a lo largo de los más de mil kilómetros del litoral de Quintana Roo.

Las barcazas que construyó la Marina para recolectar el sargazo retenido en las mallas, están sin utilizar, porque las autoridades no han resuelto el problema de cómo trasladar los miles de toneladas del alga marina a lugares de depósito.

El sargazo acumulado en las playas, no solo en Tulum, sino en diferentes lugares de Quintana Roo se encuentra en estado de putrefacción lo que origina malos olores, la presencia de moscas lo que representa un grave problema de salud pública, el cual las autoridades no quieren reconocer, pero las evidencias las documenta la ciudadanía y todos los días las exhibe a través de redes sociales.

El desgobierno de Castañón Trejo no solo se observa en la cabecera municipal y la principal área turística, sino en todas las localidades del municipio.

Por ejemplo, el Francisco Uh May, los habitantes se quejan que los postes de alumbrado público se encuentran oxidados, las lámparas fundidas, por lo que las calles se encuentran en total oscuridad, a pesar que en múltiples ocasiones se ha pedido la intervención del presidente municipal, quien se niega sistemáticamente a resolver sus demandas.

Un asunto que ha ido escalando desde hace meses entre los activistas por el derecho a un ambiente sano, es la autorización que el gobierno de la 4T otorgó a la transnacional Cementos Mexicanos (CEMEX) para deforestar 4,5 kilómetros cuadrados o 650 hectáreas cerca de Tulum para poder extraer material pétreo como ya lo está haciendo la empresa que opera el Tren Maya en toda la Península de Yucatán.

La devastación de la selva no solo en Tulum, sino en toda la región es uno de los legados de la 4T a las nuevas generaciones de México.

redaccionqroo@diariocambio22.mx

HTR