Redacción / CAMBIO 22

José María Morelos, 17 de febrero. –  En el corazón de la ruta de las iglesias coloniales de JMM, un testigo de la historia se deteriora mientras las promesas de restauración se desvanecen en el tiempo. La iglesia colonial de Sabán, una de las más emblemáticas de la zona, sigue esperando la llegada del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para una evaluación que parece nunca concretarse.

Desde hace un año, el exalcalde de Sabán, José Héctor Moo Aké, ha esperado respuestas. “El INAH quedó de venir a verificar el estado de la iglesia y, en su momento, restaurarla o rescatarla. Hasta el momento, no han regresado”, lamentó. Mientras tanto, la comunidad observa con impotencia cómo la estructura histórica se deteriora día tras día.

El abandono no solo afecta a la iglesia. A su alrededor, estructuras improvisadas como palapas se han convertido en escombros, un recordatorio del desinterés institucional. “Yo quisiera mover todo esto, pero me dicen que es un delito tocar las cosas. Entonces, uno no puede hacer nada”, agrega Moo Aké.

El deterioro estructural es preocupante. Se reporta que el cañón del techo y las escaleras hacia las torres representan un riesgo para la seguridad de los feligreses y visitantes. A pesar de ello, la iglesia sigue en uso. “Sí, los sábados se siguen celebrando misas, y en marzo habrá gremios en Sabán, porque sigue siendo un lugar de reunión para la comunidad”, explica el exalcalde.

El clamor de Sabán es claro: que el INAH haga su parte. “Si ya tienen un proyecto de rehabilitación, que lo realicen. Sería muy bueno para la comunidad”, insiste Moo Aké. La historia y la cultura de la Sabán dependen de ello.

Mientras tanto, la iglesia colonial sigue en pie, resistiendo el paso del tiempo y el abandono, esperando que las promesas finalmente se conviertan en acciones.

 

 

 

 

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