Miguel Ángel Fernández/ CAMBIO 22

CHETUMAL, 22 de noviembre.- El manejo de la deuda pública en México será uno de los principales desafíos económicos para 2025, representando el 14.9% del presupuesto nacional, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

El costo financiero de esta deuda crecerá 8.5%, pasando de 1.23 billones de pesos en 2024 a 1.39 billones en 2025. Este incremento refleja el peso acumulado del endeudamiento reciente y plantea interrogantes sobre su sostenibilidad.

Ante este panorama, el Paquete Económico 2025 propone un ajuste fiscal significativo. El gasto público disminuirá 3.3% en términos reales, pasando a 9.30 billones de pesos. Este recorte afectará principalmente el gasto programable, destinado a bienes y servicios para la población, con una reducción del 7.3%. Particularmente preocupante es el recorte del 12.7% en inversión en infraestructura, que pasará de 932.4 a 848.7 mil millones de pesos, impactando proyectos clave para el desarrollo nacional.

En términos macroeconómicos, la Secretaría de Hacienda proyecta un crecimiento económico entre 2.0% y 3.0% para 2025. Sin embargo, estas estimaciones son optimistas en comparación con las previsiones de organismos internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que sitúan el crecimiento en torno al 1.0%-1.5%. La discrepancia subraya la incertidumbre económica y la necesidad de estrategias más realistas y sólidas.

El ajuste presupuestario también busca mejorar indicadores fiscales clave. Los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), la métrica más amplia del déficit, se reducirán de 5.9% del PIB en 2024 a 3.9% en 2025. Asimismo, se espera un cambio notable en el balance primario, que pasará de un déficit de 1.4% del PIB a un superávit del 0.6%. Estas cifras representan un esfuerzo por estabilizar las finanzas públicas, aunque con un impacto social y económico significativo.

En cuanto a los ingresos, el gobierno planea incrementar la recaudación fiscal en 5.4% en términos reales, alcanzando 8.06 billones de pesos. Este aumento provendrá principalmente del IVA y el ISR, sin introducir nuevos impuestos. Sin embargo, esta estrategia sigue dependiendo del endeudamiento, que representará el 13.4% de los ingresos totales, limitando el margen para reducir la presión fiscal en el futuro.

El IMCO subraya que la sostenibilidad de las finanzas públicas requiere una reforma fiscal integral. La combinación de mayores ingresos y un gasto más eficiente permitirá crear un espacio fiscal que garantice inversiones en infraestructura, programas sociales y proyectos prioritarios sin comprometer la estabilidad financiera del país.

El reto para el nuevo gobierno será equilibrar el ajuste fiscal con el crecimiento económico y el bienestar de la población. Un manejo responsable de la deuda pública y políticas claras de inversión serán fundamentales para evitar que las cargas financieras actuales comprometan el desarrollo a largo plazo.

 

 

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RHM

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