• El fundador de la Ford Motor Company experimentó numerosos fracasos antes de crear el modelo de negocio que revolucionó no solo el sector automovilístico sino todos los sistemas de producción

 

Redacción / CAMBIO 22

Aprincipios del siglo XX, la forma en la que las personas se desplazaban y concebían el trabajo cambió para siempre. Y es que, hasta entonces, al menos en el contexto estadounidense, los automóviles eran un lujo reservado a las élites, y la producción industrial, todavía en estado embrionario, carecía de métodos verdaderamente eficientes.

La revolución llegó de la mano de Henry Ford, quien no solo fundó la Ford Motor Company, sino que además introdujo la cadena de montaje en la fabricación de vehículos, lo que contribuyó a reducir los costos y a hacer posible que millones de personas pudieran acceder a un coche.

henry ford

Este gran empresario murió en 1947, pero dejó una huella imborrable en la historia y se convirtió en un personaje inspirador para aquellos que buscan crear modelos de negocio revolucionarios, sobre todo por ser ejemplo de algunas de las lecciones más poderosas en el mundo de los negocios. Él solía decir que “el fracaso es la oportunidad de comenzar de nuevo, pero con más inteligencia”, y dio sentido a esas palabras con su propia experiencia.

El fracaso no frenó (nunca mejor dicho) a henry ford

Antes de convertirse en uno de los nombres más reconocidos del siglo XX, Henry Ford atravesó varios intentos fallidos. Fue el éxito de su primera creación, el Cuadriciclo en 1896, lo que le impulsó a continuar experimentando con los motores y, convencido de sus ideas, fundar la empresa Detroit Automobile Company junto a otros inventores, en 1899.

Que no saliera como esperaba no significó que dejara de trabajar para hacer realidad su proyecto: su orientación a la investigación automovilística lo llevó a abandonar la visión de negocio necesaria para transformar el sector, y de ello se dio cuenta un año más tarde, cuando llevó a esta primera empresa a la bancarrota.

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Luego llegó otro fracaso: en 1903, nuevamente junto a otros ingenieros de la época, emprendió la Henry Ford Company. Alejándose de su propósito de hacer que la movilidad sea accesible a todos los públicos, centró erróneamente todo su interés en los coches de carrera y de competición. Y por su parte, sus socios contrataron al inventor Henry M. Leland para reemplazar a Ford, quien dimitió con una idea clara: no volvería jamás a ponerse bajo las órdenes de nadie.

los fracasos lo condujeron al éxito

No sería hasta 1908 cuando Henry Ford daría con la clave en su trayectoria: ese año, lanzó el Modelo T, un vehículo que pronto se convirtió en un fenómeno de masas: a raíz de lo que había aprendido en sus experiencias pasadas, logró fabricar un producto accesible, funcional y duradero. Para más énfasis, en el proceso creó un modelo de trabajo que más tarde se aplicaría a sectores más allá del automovilístico: la cadena de montaje, que consiguió reducir el tiempo de producción de un coche de 12 horas a apenas 1 hora y 33 minutos.

Su enfoque transformó, por supuesto, la industria del motor, pero también toda la lógica de producción a nivel global. Desde entonces, ámbitos como el textil, el alimentario o el electrónico adoptaron técnicas similares, convirtiendo a Henry Ford no solo en el la persona que motorizó al mundo, sino también quien le enseñó a trabajar con una nueva mentalidad.

 

 

 

Fuente: National Geographic

redaccion@diariocambio22.mx

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