Grupo Inmobiliario Inverco y el Entramado para Defraudar a Cientos de Compradores por Más de 500 Millones de Pesos en Mérida, Yucatán
17 Jul. 2024
Javier Cruz/CAMBIO 22
En el entramado inmobiliario generado por un Presunto Fraude Cientos de compradores de Grupo Inverco México, una inmobiliaria con sede en Mérida, Yucatán, la acusan de cometer un fraude por más de 500 millones de pesos al no cumplir con las fechas de entrega de cientos de terrenos y casas tipo Townhouse, previamente convenidos en el fraccionamiento Pedregales de Misnébalam, ubicado a 12 kilómetros al norte de la capital yucateca.

Clientes y asesores afirman que accionistas y empleados de la empresa les comentaron, reiteradamente, que fue “la mala administración del ingeniero Aguayo” lo que provocó el fracaso, razón por la que el empresario supuestamente salió de la empresa.
A partir de mayo de 2023 Inverco empezó a incumplir masivamente con la entrega de casas pagadas por los clientes, lo que anuló las cláusulas del contrato de promesa de compraventa por parte de la empresa.

Fue hasta principios de 2024 cuando las empleadas de “Atención a Clientes” empezaron a llamar a los compradores que ya estaban por recibir sus casas, o que ya traían un rezago de varios meses, que la entrega sería hasta 2025, 2026 e incluso 2027.
También ofrecían reubicar a los consumidores en otros segmentos (clústers de 7 condominios) o etapas dentro de las 61 hectáreas del fraccionamiento, pero sin otorgar certeza en cuanto al tiempo de entrega.

Así, en las operaciones de venta que los asesores inmobiliarios de la empresa realizaron entre 2023 y este año, se cambió de manera unilateral y con información falsa o incompleta, el lote original que los clientes compraron dentro de la etapa 1 del “Plan Maestro” del fraccionamiento, aunque también hay decenas de casos similares entre los compradores de la etapa 2.
Nada se decía entonces de que Inverco enfrentaba una «crisis financiera».
Inverco cerrado. Ante la creciente inconformidad y presión de los clientes indignados con el silencio y la simulación de la empresa, ésta respondió con este comunicado: atención sólo con citas telefónicas, sin asesores molestos y, por lo tanto, individuales. Pero a muchos consumidores no les contestaron el teléfono para solicitar la famosa cita (Captura de pantalla).
El monólogo
Aguayo de Pau, quien aparece –o desaparece- como accionista en al menos otras cinco empresas diferentes (Edificaciones Chuumuk, S.A. de C.V.; Desarrollos Inmobiliarios en Acción, S.A. de C.V; Agube Ingeniería y Construcción, S.A. de C.V.; Imperia Cholul, S.A. de C.V.; y Embii Coefee Real Estate, S.A. de C.V., algunas creadas incluso con su socio principal, el ahora notario Rolando Bello Mejía, sobrino del exgobernador Zapata Bello, repartió responsabilidades del fracaso del proyecto cuando el 28 de junio recitó su monólogo ante más de 400 clientes silenciados en la videoconferencia porque jamás se les abrió el micrófono.

Culpó a los gobiernos municipales de Mérida y Progreso por “traslapar” los predios de la empresa; a la “burocracia excesiva” de la Comisión Federal de Electricidad porque retrasó la obra de electrificación; a la pandemia de covid-19 por el confinamiento social y económico; a los «exagerados» incrementos de los materiales de la construcción; y al retraso en la regularización del régimen de condominio en las dependencias oficiales.
Aseguró que él, los accionistas y los empleados del consorcio inmobiliario no son culpables de nada y que no tienen la intensión de declararse en quiebra o “faltar a nuestra palabra.” Igualmente dijo que hay clientes a quienes ya se les entregó “su casa” y escritura, pero no identificó casos concretos.

Se sabe, en cambio, que los bienes entregados no llegan a dos decenas; que la construcción de la mayoría está inconclusa; que decenas de clientes ya pagaron, pero no se han hecho trabajos de desmonte y compactación en sus terrenos; que no todos cuentan con los servicios públicos prometidos ni pueden escriturarse por omisiones administrativas y de gestión imputables a la empresa.
Pero Aguayo afirmó que en este mes (julio) se entregarán 50 «casas», aunque tampoco precisó las fechas de entrega, y que los terrenos que se vendieron “están ahí”. Sí, pero sin desmontar y sin servicios públicos, en espera de cumplir un trámite administrativo: ¡escriturarlos a nombre de los nuevos dueños!
Luego, informó las cuatro posibles soluciones que los accionistas analizaron de manera unilateral: 1.- generar ingresos a través de nuevos desarrollos; 2.- revender las propiedades que los clientes adquirieron y ya no les interesan; 3.- obtener créditos inmobiliarios; 4.- que los clientes apoyen a la empresa promocionando nuevos desarrollos que generarán ingresos para el cumplimiento de las obligaciones patronales.

Como la compañía no consultó ni escuchó la opinión o sugerencias de sus clientes, desechó la acción más justa y honesta: solicitar créditos inmobiliarios con garantía de pago a cargo de sus múltiples y valiosas propiedades.
Decidió por sí misma crear dos fideicomisos bancarios (uno de administración y otro de garantía y pago) que algunos clientes consideran serán inembargables si se crearon como irrevocables y el fideicomitente (la empresa que transfiere bienes y activos al banco fiduciario) no es el único beneficiario, como es el caso en Misnébalam.
Los Fideicomisos, dijo Aguayo, se alimentarán con la venta, a partir del 15 de julio, de los dos mil 500 lotes, con un valor en promedio individual de 500 mil pes

os, del Rancho Káaxnah que se ubica 50 minutos al oeste de Mérida, rumbo a Celestún, y serán efectivos una vez que los clientes decidan firmarlos.
De todo eso habló el polémico ingeniero civil, pero no tuvo al menos un minuto para pedir perdón, disculpas a nombre de los accionistas del consorcio inmobiliario que fundó, por el grave daño emocional, patrimonial y moral que Inverco les ocasionó con su cuestionable proceder.
El problema, según la compañía, del cual Inverco es ajeno porque «terceros» lo provocaron .Mientras Aguayo imponía su monólogo, clientes frustrados pedían en zoom que les permitieran la palabra, cosa técnicamente imposible porque el administrador de Inverco bloqueó para los más de 400 asistentes a la sala virtual esa posibilidad. Uno de ellos encontró la forma de protestar: «Te odio Inverco», sentimiento que sin duda hoy comparten cientos de ellos .

Tómalo o déjalo

La propuesta del «asesor externo» Aguayo y de los accionistas de Inverco, es el clásico “lo tomas o lo dejas”.
Los clientes solo tienen tres opciones, a cumplirse en plazos que van de dos a tres años y condicionado a la venta de los terrenos de Káaxnah:
A.- Aceptar y continuar con la entrega de condominios o lotes; B.- pedir, para muchos por segunda ocasión, la devolución de su capital; C.- inscribirse en un padrón de clientes que demandarán a la empresa.
Esta última alternativa varios compradores la consideran una burla porque la compañía no puede administrar o conocer previamente las denuncias o demandas penales y civiles que se entablarán contra ella.
De momento, Inverco abrió un periodo de citas, que pueden ser por vía digital, desde el 2 de julio, para que los clientes se apunten en alguna de las opciones, lo que permitirá que sean atendidos de manera «individual y personalizada» por la vía digital.
El periodo de citas quedará cerrado en septiembre de este año, sin importar si el cliente conoció y aplicó o no las medidas unipersonales que impuso la compañía para negociar.
Continuará…

Fuente: Escuela de Periodismo
LRE




















