“Georg Nicolaus: El Espía Que Puso A Latinoamérica Al Servicio Del Tercer Reich”, Revela Su Historia Oculta

• El periodista Juan Alberto Cedillo narra las arriesgadas misiones de espionaje y sabotaje de un alemán en México y América Latina durante la Segunda Guerra Mundial

Redacción/CAMBIO22

Desde bucear en las aguas de Tampico para colocar bombas en las hélices de un buque británico, hasta escalar el Popocatépetl en busca de ondas de radio de baja frecuencia con la intención de comunicarse directamente con la capital de la Alemania Nazi, el alemán Georg Nicolaus llevó a cabo misiones de espionaje y sabotaje en América Latina y nuestro país durante la Segunda Guerra Mundial.

Aunque pareciese sacada de un libro de aventuras o de una película de acción, su historia es verdadera y es documentada por el periodista mexicano Juan Alberto Cedillo, en su libro “Georg Nicolaus. El espía que puso a Latinoamérica al servicio del Tercer Reich” (Debate, 2024). Una investigación que llevó alrededor de 15 años de pesquisas en el Archivo General de la Nación (AGN), la cual contó, además, con la colaboración de Bernardo Nicolaus, nieto de este militar, quien abrió su archivo familiar.

“Georg Nicolaus fue un personaje muy contradictorio. Por un lado, fue un oficial muy riguroso militarmente, muy dedicado a su labor y por otro, como tenía antecedentes judíos en su familia, sentía que colaboraba con un régimen que no le gustaba y que odiaba, porque no le gustaban los nazis. Esa contradicción fue uno de los grandes distintivos de este hombre”, dice Juan Alberto Cedillo, en entrevista con El Sol de México.

“Él había permanecido desconocido porque la Segunda Guerra Mundial está muy poco estudiada desde esta relación (entre México y la Alemania Nazi), pero que hizo actividades de muy alto nivel en nuestro país, protegido por altos funcionarios del gobierno de Ávila Camacho, principalmente de la Secretaría de Defensa Nacional, y de Miguel Alemán Valdés, que era entonces secretario de Gobernación”, agrega el periodista.

México y su simpatía por Hitler

Esta no es la primera vez que Juan Alberto Cedillo investiga sobre la presencia de espías nazis en nuestro país, pues en 1986 fue de los primeros en tener acceso a los archivos desclasificados por Los Archivos Nacionales y Administración de Documentos de Washington (NARA, por sus siglas en inglés), que revelaron datos sobre estas actividades en nuestro territorio, con los que escribió su libro “Los nazis en México: La operación Pastorius y nuevas revelaciones de la infiltración al sistema político mexicano”, (Debate, 2007).

No sólo fue Nicolaus, había todo un aparato de empresarios y colaboradores alemanes que operó con ventaja en nuestro país, gracias a que México tenía mucha simpatía por Hitler. Al principio (antes de estallido de la guerra y la entrada Estados Unidos al conflicto global) lo veían como un líder muy carismático, pues se le veía como un tipo que estaba cambiando a Alemania.

“Además, como pueblo latinoamericano, siempre hemos tenido la tradición de simpatizar mucho con el pueblo alemán por su cultura, por sus filósofos, por sus músicos, etcétera. Pero todo se volvió fundamental cuando la actriz Hilda Krüger se convirtió en amante de Miguel Alemán”, apunta Juan Alberto, quien sobre esta última mujer escribió el libro “Hilda Krüger: Vida y obra de una espía nazi en México” (Debate, 2016), la cual tuvo gran influencia entre las élites del gobierno mexicano.

Así fue que Nicolaus pudo llevar a cabo con mayor facilidad sus misiones, contribuyendo a que, por ejemplo “se llevaran toneladas de materias primas estratégicas para la industria bélica de Hilter”; se hiciera actividad de espionaje en la frontera sur de Estados Unidos, “para saber sobre avances tecnológicos”, así como la difusión de propaganda Naz; y “misiones sofisticadas de sabotaje”. Además de una operación que contribuyó al aislamiento de Inglaterra, al lograr que en México se pudieran abastecer submarinos alemanes que hundían buques en el Golfo de México.

La tragedia del pueblo alemán

Al leer esta biografía se puede notar que el libro también se detiene a hablar sobre los sistemas de manipulación del Partido Nazi, por los cuales Georg Nicolaus no sentía simpatía. Esto, afirma Juan Alberto Cedillo, hace reflexionar al lector en lo complejo que fueron y siguen siendo para el pueblo alemán aquellos años.

“Estamos acostumbrados que al decir ‘nazi’, acusemos a todo el pueblo alemán del Holocausto. Pero, aunque el desprecio por los judíos fue infundido por Hitler, la operación de matarlos siempre fue una operación secreta de la SS”, razón por la que hay que entender que muchos de los alemanes operando desde Latinoamérica, más que racista, tenían una idea patriota.

Eso lo trabaja muy bien la filósofa Hannah Arendt, autora del famoso libro “La banalidad del mal”. Ella en su libro “Los orígenes del totalitarismo”, explica con mucho detalle, cómo regímenes como el de Hitler buscan controlar todo, incluso el alma, al decidir hasta sobre tus saludos y comportamientos.

“La gran tragedia del pueblo alemán es que desgraciadamente Hitler, que era muy bueno con la oratoria, en un momento avanzó también en sus políticas económicas que lo convierte en el Fhürer que fue. Pero en realidad el tipo era uno de los dictadores más brutales, toda la oposición que tenía, o la mataba o la encarcelaba”, finaliza.

Fuente: El Sol de México

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