Funcionario de Quintana Roo Defiende a Activista y Ordena Clausura del Predio del Cuarto Muelle en Cozumel
10 Sep. 2025
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El funcionario que intervino por el colectivo Sélvame del Tren ordena también el cierre del predio del cuarto muelle
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Conflicto entre desarrollo federal y ambientalismo local se intensifica en la isla
Gabriel Hernández/ CAMBIO 22
Cozumel, 10 de septiembre de 2025. — En una jornada cargada de contradicciones políticas, el secretario estatal de Ecología y Medio Ambiente de Quintana Roo, Óscar Rébora, saltó de respaldar al movimiento ambientalista a tomar medidas contundentes contra un ambicioso proyecto turístico en la isla.
Primero exigió la liberación del activista José Urbina Bravo, integrante del colectivo Sélvame del Tren, y horas después respaldó la clausura del predio donde se pretendía construir una terminal de mega cruceros en Cozumel.
Durante el fin de semana, Urbina conocido como “Pepe Tiburón” fue detenido por ingresar sin autorización al terreno de Muelles del Caribe.
La intervención de Rébora fue decisiva, advirtió a las autoridades municipales sobre una posible violación de derechos, al no existir una orden judicial ni flagrancia, lo que derivó en su liberación inmediata .
No pasaron muchas horas después del incidente para que la Procuraduría de Protección al Ambiente de Quintana Roo clausurara el predio.
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La medida, que se aplicó sin previo aviso y antes de que iniciaran trabajos, contradice el permiso ambiental otorgado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en 2021, tras evaluar el proyecto como viable.
El conflicto deja al descubierto una paradoja política, mientras el gobierno federal promueve megaproyectos turísticos como motores de desarrollo, el gobierno estatal en Cozumel parece alinearse con colectivos ambientalistas para detenerlos.
Este episodio no solo subraya la creciente fuerza de grupos civiles como Sélvame del Tren, sino también una posible alianza tácita entre autoridades estatales y activistas en defensa del entorno local.
Entre las protestas y clausuras, abundan acusaciones sobre el riesgo ambiental producto de los planes para construir un cuarto muelle de cruceros, se ha mencionado en varios foros la existencia de un “arrecife Villablanca”, no identificado en registros oficiales ni estudios científicos, pero suficiente para alimentar la narrativa ecologista y sostener movilizaciones y suspensiones temporales.
El impacto de la clausura va más allá de Cozumel, la isla, reconocida como uno de los puertos de cruceros más transitados del mundo, podría ver afectada su competitividad turística y los ingresos fiscales durante su recuperación post-pandemia.
En resumen, la doble intervención de Rébora primero protegiendo a un activista, luego clausurando el predio resume un conflicto más amplio, el choque entre el desarrollismo federal y la preservación ambiental local, con Quintana Roo atrapado en medio de ese debate.
Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22
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