Redacción/CAMBIO 22

Primer autorretrato al óleo de Frida Kahlo, 1926. De la colección familiar de Alejandro Gómez Arias. Esta obra sólo salió tres días de la casa de don Alejandro.

Sobre su relación con Frida, Alejandro Gómez Arias narra en una entrevista que forma parte de un libro de memorias: “Entre Frida y yo había una enorme intimidad; de aquí la existencia de las cartas que usted seguramente ha visto publicadas aquí o allá. No me gusta decir -y creo que a ella tampoco le gustaría- que éramos novios. Creo que sería más correcta otra expresión: éramos amantes jóvenes que no tenían los propósitos ni el proyecto que da el noviazgo, como casarse y esas cosas. Esto no estaba dentro de nuestra mentalidad. Esa era nuestra relación, que el accidente del autobús destruyó…”

El choque fue en 1925, época en que ella ya había empezado a dibujar algunas cosas. Poco después hizo el primero de sus autorretratos, el cual me regaló y conservo. Entonces pintaba con un estilo más sencillo y no tan atormentando como lo será en épocas posteriores. Naturalmente no tenia la maestría que alcanzaría más tarde, pero ya estaba más que el germen de ese gran talento.
Su estilo, he de decirlo, posee cierto tono poético y cierta elegancia que ya no aparecerá en sus cuadros posteriores. Así, a falta del tremendo dominio técnico que alcanzaría, sus primeros trabajos poseían la sencillez de una expresión sensible.

Aunque Frida Kahlo murió en 1954, su vida sigue siendo objeto de interés y estudio no sólo entre los mexicanos, sino en el mundo. La plataforma de streaming Star+ lanzó un documental sobre la artista, varios de los episodios más importantes que atravesó volvieron a ser tema de conversación. Tal es el caso de Alejandro Gómez Arias, el primer novio de la pintora que estuvo con ella cuando sucedió el accidente del tranvía y la abandonó. Convertirse en Frida es la apuesta que hizo Disney para enseñar algunos datos inéditos, entrevistas y análisis de la mexicana que se transformó en un referente cultural por sus pinturas crudas y autobiográficas.

 

Cómo fue la historia entre Frida Kahlo y Alejandro Gómez Arias

En 1922, cuando la Revolución Mexicana tenía poco de haber terminado, Frida era una de las 35 mujeres entre 2 mil estudiantes que estaba en la Escuela Nacional Preparatoria de la CDMX. Aunque la mujer quería dedicarse a la medicina, durante esos años conoció a varios jóvenes que formaban parte de un grupo llamado Los Cachuchas.

Estos, pese a ser sumamente inteligentes, decidían no ser muy aplicados en sus clases y divertirse en otras cosas. Ahí fue donde Kahlo frecuentó a Alejandro Gómez Arias, quien destacaba por ser un gran orador y movilizador estudiantil.

Ambos comenzaron a salir y, aunque parecía un romance bastante tradicional, no se esperaban lo que pasaría después.

Según lo señalado por el documental de Star+, un día de 1925, la pareja decidió ir al Zócalo Capitalino pues había una verbena. Ahí, Frida encontró varios juguetes que se llevaría con ella. Así, después de una romántica cita, ambos se dispusieron a regresar a sus casas.

A Kahlo se le habría olvidado uno de sus juegos, razón aparente por la que los dos jóvenes se subieron a un camión posterior del que tenían planeado. El famoso accidente de tranvía habría sucedido entonces.

Tras el fuerte impacto, Gómez Arias habría buscado a Frida y se percató de la seriedad de sus lesiones. Así, cuando llegaron las ambulancias y se la llevaron, la artista esperaba que durante su recuperación su novio estuviera para ella.

Esto no sucedió así, ya que después de las largas operaciones y severas lesiones que tuvo la mexicana, el joven cada vez fue desapareciendo más de su vida, hasta el punto en que la abandonó.

 

Quién fue Alejandro Gómez Arias

Según el archivo histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), después de que abandonó a la pintora tras el accidente, Alejandro Gómez Arias fue presidente del Consejo de Huelga y de la Confederación Nacional de Estudiantes durante el movimiento estudiantil en 1929.

El hombre hizo sus estudios en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, es decir, la actual Facultad de Derecho. La UNAM señala que a los 18 años se le nombró catedrático de Literatura e Historia del Instituto Literario del Estado de México. Asimismo, fue profesor de Literatura Mexicana en la EPM y maestro de Historia del Arte en la Escuela de Artes Plásticas y varias más.

Con el paso de los años se convirtió en subdirector y director de la revista de Derecho y Ciencias Sociales y fue fundador de Radio Universidad en 1937.

Tras una amplia trayectoria, en 1977 se le otorga el premio nacional José Joaquín Fernández de Lizardi y también colaboró con la revista ¡Siempre!

Murió el 3 de marzo de 1990 en un hospital de la Colonia Roma, de la CDMX, debido a una neumonía.

 

 

 

Fuente Apuntes Jorge González Durán/Agencias/ Sistema de Noticias CAMBIO 22

redaccion@diariocambio22.mx

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