• Especialistas aclararon que se trata de fibromas cutáneos, una afección común en la fauna silvestre estadounidense, la cual no implica peligro ni para las personas ni para otros animales, tal como informaron medios como Fox News y NBC.

 

  • Diversas publicaciones en redes sociales amplificaron temores sobre enfermedades zoonóticas, mientras que los expertos insisten en la importancia de evidencias contundentes para comprender estos casos.

 

Redacción/CAMBIO 22

La multiplicación de imágenes de ciervos con bultos inusuales en la piel generó preocupación entre los usuarios de redes sociales en Estados Unidos durante los últimos días. Fotografías virales en plataformas como Facebook y X mostraron animales con grandes crecimientos en la cabeza, el cuerpo y las extremidades, acompañadas de mensajes alarmistas de tono sensacionalista.

Especialistas aclararon que se trata de fibromas cutáneos, una afección común en la fauna silvestre estadounidense, la cual no implica peligro ni para las personas ni para otros animales, tal como informaron medios como Fox News y NBC.

El tema ganó notoriedad a partir de la difusión de imágenes en las que los ciervos exhiben protuberancias descritas como “burbujas de carne” o “verrugas monstruosas”. Los casos fueron reportados principalmente en Nueva York, Pensilvania y Wisconsin, aunque la presencia de la enfermedad se extiende a nivel nacional.

   

Riesgos para personas y contexto ambiental

Respecto al impacto para humanos y otras especies, los especialistas fueron contundentes: el papilomavirus que origina los fibromas en ciervos es específico y no infecta a otros mamíferos.

Tanto el Departamento de Conservación Ambiental de Nueva York, como el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Maine ratificaron que el contacto con animales infectados o el consumo de su carne no implica riesgos, siempre que se respeten las prácticas habituales de manipulación y cocción.

Por su parte, la Universidad Estatal de Mississippi destacó que este tipo de tumores se localiza en la piel y no afecta los músculos, por lo que la carne infectada puede consumirse como la de cualquier otro ciervo.

La historia ambiental e investigadora respalda que los fibromas cutáneos no son nuevos. Estudios sobre el papilomavirus en fauna estadounidense se remontan a los años 50. Sin embargo, el cambio climático permitió la proliferación de insectos vectores y su desplazamiento hacia regiones en las que antes eran menos frecuentes, extendiendo así la presencia del virus.

El doctor Omer Awan, de la Universidad de Maryland, explicó a Daily Mail que el aumento de temperatura prolonga la supervivencia de estos insectos y abre la puerta a enfermedades, como la de Lyme, en áreas anteriormente libres.

La viralización en redes sociales modificó la percepción pública. Ante la facilidad para compartir imágenes y relatos se magnificó la alarma, a pesar de que no existe evidencia de un incremento real de la enfermedad. De esta manera, más personas conocen la existencia de los fibromas, ampliando la discusión y la inquietud.

También se presentan fenómenos análogos en otras especies silvestres. Los conejos y ardillas pueden desarrollar enfermedades similares, provocadas por virus específicos. El Shope papilomavirus, por ejemplo, produce crecimientos que asemejan tentáculos o “cuernos” en conejos, pero, como en los ciervos, estos virus no amenazan a los humanos ni otras especies animales.

 

 

Fuente: Infobae

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM/DSF

 

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