Felipe Carrillo Puerto: La Traición en Tizimín y el Camino a su Ejecución en 1924
29 Jul. 2025
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El “Apóstol Rojo de los Mayas” huyó a El Cuyo tras la rebelión delahuertista, pero una traición en la costa selló su captura y fusilamiento
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Su gobierno socialista en Yucatán impulsó reformas agrarias, derechos de las mujeres y educación popular, dejando un legado que marcó la Revolución Mexicana
Renan Castro Hernández/ CAMBIO 22
A finales de 1923, Felipe Carrillo Puerto, entonces gobernador socialista de Yucatán, enfrentó la rebelión delahuertista contra el gobierno federal de Álvaro Obregón. El 12 de diciembre de 1923, un motín militar en Mérida obligó a Carrillo Puerto a huir de la capital y dirigirse al oriente del estado. Esa misma noche llegó a Tizimín, donde fue recibido por sus leales. Allí se mostraba preocupado y desanimado, repitiendo:

“nos están pisando los talones”, convencido de que en cualquier momento sus perseguidores llegarían por él.
En Tizimín, el líder local José María Rejón Mena organizó un contingente armado y preparó caballos para apoyarlo, pero Carrillo Puerto le impidió acompañarlo en la huida, encargándole que se quedara para mantener el orden y esperar instrucciones “a mi retorno” un regreso que nunca ocurriría. Carrillo Puerto, para evitar un derramamiento de sangre inútil entre sus partidarios desarmados, continuó su escape con un pequeño grupo de seguidores leales.

Con la esperanza de recibir armas prometidas desde el extranjero, Carrillo Puerto se encaminó hacia la costa norte. Su destino era el puerto de El Cuyo, en el municipio de Tizimín, donde aguardaba un cargamento de rifles gestionado por su representante en Nueva York, Manuel Cirerol Sansores. Sin embargo, dichas armas nunca llegaron a tiempo.
Desesperado por escapar de Yucatán, Carrillo Puerto abordó en El Cuyo un pequeño barco dispuesto por su ayudante Eligio Rosado. La mala fortuna hizo que la embarcación tuviera una avería en altamar, obligándolos a regresar a tierra firme. Este contratiempo selló su suerte, en la madrugada del 17 de diciembre de 1923, Carrillo Puerto y trece acompañantes (incluidos tres de sus hermanos) fueron localizados y capturados cerca de Holbox, en la costa noreste, por las fuerzas rebeldes.

La captura fue posible gracias a la traición de personas del lugar. Un personaje identificado como Mario Ancona Cirerol, quien se presentaba como simpatizante “carrillista” pero pertenecía a la oligarquía yucateca (la casta divina), reveló la ubicación de Carrillo Puerto en El Cuyo. Es decir, un supuesto aliado local entregó al gobernador socialista a sus enemigos.
Las motivaciones detrás de esta traición y de la ferocidad contra Carrillo Puerto radicaban en los temores de la élite regional, los ricos hacendados y empresarios yucatecos resentían las políticas agrarias del gobierno socialista (reparto de tierras, posibles expropiaciones) y conspiraron activamente para eliminarlo.

De hecho, reconocidos miembros de la casta divina como Felipe G. Cantón, Felipe G. Solís, Pastor Campos, Arturo Ponce Cámara, los hermanos Manzanilla, Arcadio Escobedo, Amado Cantón, entre otros habrían reunido 200 mil pesos como recompensa para quien lograra asesinar a Carrillo Puerto. La traición de Ancona Cirerol en El Cuyo respondió a estos intereses reaccionarios, facilitando la aprehensión del líder yucateco.
Tras su captura, Carrillo Puerto y sus compañeros fueron llevados primero a Tizimín bajo custodia militar, y luego trasladados a la penitenciaría “Juárez” de Mérida para ser juzgados sumariamente. Allí se escenificó el trágico final, en la madrugada del 3 de enero de 1924, Felipe Carrillo Puerto –junto a trece correligionarios, incluyendo sus hermanos Wilfrido, Edesio y Benjamín fue fusilado en el Panteón Civil de Mérida. Se dice que sus últimas palabras antes de la descarga fueron: “No abandonéis a mis indios”, en referencia a los mayas cuyos derechos tanto había defendido. Su ejecución, perpetrada por las tropas rebeldes al mando del general Juan Ricárdez Broca (quien se autoproclamó gobernador) con el aval de la oligarquía local, buscó poner fin a uno de los proyectos sociales más avanzados de la Revolución Mexicana.
Cronología de los eventos clave (dic 1923 – ene 1924)
11-12 de diciembre de 1923: Estalla en Yucatán el golpe militar delahuertista. Carrillo Puerto abandona Mérida (tropas federales se amotinan) y huye hacia el oriente. Llega a Tizimín la noche del 12 de diciembre. Ahí organiza su escape final y advierte sentirse traicionado y perseguido.

13-16 de diciembre de 1923: Carrillo Puerto se refugia en poblados orientales. Llega al puerto de El Cuyo, donde espera un embarque de armas para resistir. Ante la falta de armamento, intenta huir por mar con unos cuantos leales.

17 de diciembre de 1923: La embarcación sufre una avería y deben volver a tierra. Traicionados por el supuesto aliado Mario Ancona Cirerol, Carrillo Puerto y su comitiva son capturados por los rebeldes en las inmediaciones de El Cuyo/Holbox. Son trasladados bajo custodia a Tizimín y posteriormente a Mérida.

3 de enero de 1924: Tras un juicio militar sumario, Felipe Carrillo Puerto es fusilado en Mérida junto a 11 compañeros (entre ellos sus hermanos). Con su muerte, los enemigos políticos (militares sublevados y hacendados) buscaban “poner fin a uno de los proyectos de transformación económica, política, social y cultural más importantes” de la época revolucionaria.
Gobernador de Yucatán y reformas socialistas (1922–1923)
Felipe Carrillo Puerto fue electo gobernador de Yucatán en noviembre de 1921 y tomó posesión el 1 de febrero de 1922. Desde un inicio marcó un estilo distinto: pronunció su discurso inaugural en lengua maya y proclamó que encabezaría el primer gobierno socialista de América. Bajo su mandato se emprendió uno de los procesos reformistas más profundos en la historia de Yucatán y del país, orientado por los ideales del Partido Socialista del Sureste que él lideraba.

Durante sus dos años de gobierno, Carrillo Puerto impulsó transformaciones políticas, sociales, educativas y culturales de gran calado:
Reformas agrarias y económicas
Promovió la restitución y reparto de tierras a los campesinos mayas, combatiendo el latifundio henequenero. Se repartieron más de 664 mil hectáreas entre unas 30 mil familias campesinas, devolviéndoles tierras para trabajo libre. Esta política agraria generó la hostilidad de los hacendados de la casta divina, que veían amenazados sus latifundios. En lo económico, su gobierno estableció el salario mínimo en la ciudad de Mérida y promulgó leyes laborales y de previsión social avanzadas para proteger a los trabajadores.

Leyes progresistas: Carrillo Puerto modernizó el marco legal yucateco con normas de corte social. Entre las nuevas leyes destacaron la Ley de Expropiación por utilidad pública, leyes de inquilinato (protección a arrendatarios), de divorcio (innovadora en su tiempo), así como reglamentos laborales que garantizaban derechos obreros y el derecho de huelga. Estas medidas buscaban la justicia social y enfrentaron la oposición de los sectores conservadores.
Educación y cultura
Convencido de la importancia de la educación popular, estableció la educación racionalista inspirada en modelos socialistas. Fundó la Universidad Nacional del Sureste (antecedente de la Universidad Autónoma de Yucatán) e inauguró cientos de escuelas rurales y urbanas, tan solo en el primer año de su gobierno se abrieron 417 escuelas públicas en Yucatán, ampliando enormemente la cobertura educativa. Impulsó la alfabetización bilingüe español-maya, llegando incluso a traducir la Constitución de 1917 al maya para difundir los derechos entre los indígenas. También fomentó la cultura y el orgullo maya, protegió zonas arqueológicas (inició la restauración de sitios mayas) y promovió la preservación de la lengua maya y las tradiciones locales.

Política social y derechos de la mujer
El gobierno de Carrillo Puerto emprendió campañas de salud y bienestar. Combati ó el alcoholismo y el fanatismo religioso, promoviendo una sociedad más laica y sana. En un hecho pionero, apoyó decididamente los derechos políticos de las mujeres. Durante su administración se crearon ligas feministas y, por primera vez en la historia de México, mujeres ocuparon cargos de elección popular.
En 1923, tres maestras yucatecas Rosa Torres, Genoveva Pérez y Elvia Carrillo Puerto (hermana de Felipe) se convirtieron en las primeras diputadas mujeres del país, gracias a las reformas electorales y el ambiente progresista propiciado por el gobernador. Asimismo, su gobierno promovió la planificación familiar y la educación sexual: en 1922 la Liga de Resistencia editó el folleto La brújula del hogar (de Margaret Sanger) sobre métodos anticonceptivos, una iniciativa revolucionaria que generó polémica pero evidenció la postura vanguardista de su régimen en temas de salud reproductiva.
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Cultura secular y reformas anticlericales, Fiel a su ideario socialista, Carrillo Puerto buscó debilitar la influencia del clero en la vida pública y familiar. Instituyó “bautizos socialistas” y bodas colectivas laicas, alternativas a los rituales religiosos tradicionales, para restar poder al control eclesiástico sobre la gente. Estas medidas, junto con su abierto ateísmo, formaron parte de su esfuerzo por la emancipación ideológica del pueblo maya-campesino, combatiendo la superstición y los privilegios históricos de la Iglesia aliada a la oligarquía. Por estas acciones, Carrillo Puerto fue duramente atacado por los sectores conservadores, que lo tildaban de “Apóstol rojo de los mayas” apelativo que él se ganó como orgullo, por su defensa de los oprimidos indígenas bajo una bandera socialista.

En síntesis, el bienio 1922-1923 en Yucatán bajo Carrillo Puerto representó un experimento único de socialismo regional. El propio gobernador afirmaba estar cumpliendo no solo la Constitución, sino también los postulados de los congresos obreros del sureste. Su administración construyó carreteras, estableció cooperativas de producción y consumo, e integró a las comunidades mayas en el proceso político como actores centrales. Estos logros hicieron de Yucatán una referencia nacional de reforma social, aunque provocaron a la vez la reacción violenta de quienes vieron amenazados sus privilegios.
Impacto en el resto de México y reivindicación histórica
Aunque el gobierno socialista de Carrillo Puerto fue derrocado brutalmente en 1924, su ideario e impacto trascendieron con el tiempo los límites de Yucatán. En el contexto posrevolucionario mexicano, muchos de los principios que Carrillo Puerto defendió serían retomados años más tarde a nivel nacional. Su énfasis en la justicia agraria y el reparto de tierras anticipó las grandes reformas agrarias que se consolidarían en el país durante el gobierno de Lázaro Cárdenas en la década de 1930. Del mismo modo, sus políticas laborales (salario mínimo, derechos sindicales, jornada laboral reducida) se adelantaron a la legislación social que posteriormente adoptaría el Estado mexicano para proteger a los trabajadores.
Felipe Carrillo Puerto es recordado como un pionero del socialismo mexicano. Se le considera un mártir de la causa socialista por haber llevado los ideales de la Revolución Mexicana a su expresión más radical en Yucatán buscando la emancipación de los indígenas, la igualdad para las mujeres y la justicia para los obreros. Su trágico final, a manos de militares reaccionarios coludidos con oligarcas locales, convirtió su figura en símbolo de la lucha contra la opresión. Sus enemigos de 1924 lo asesinaron “pretendiendo poner fin, con su muerte, a uno de los proyectos de transformación económica, política, social y cultural más importantes en la historia de la Revolución Mexicana”. Sin embargo, lejos de ser olvidado, Carrillo Puerto fue reivindicado por la historia, hoy se le reconoce como “el apóstol rojo de los mayas”, un héroe popular que dio su vida por los desfavorecidos.

Con el paso de las décadas, su legado ha sido objeto de homenajes y estudios. En 1974, al cumplirse 100 años de su nacimiento, el Congreso de la Unión realizó una sesión solemne en su honor, resaltando sus contribuciones al pueblo yucateco y a México. Localidades, calles y escuelas llevan su nombre (por ejemplo, la ciudad de Felipe Carrillo Puerto en Quintana Roo) como tributo a su memoria, Historiadores y políticos han resaltado la vigencia de sus ideales, la justicia social, la educación popular, la dignidad indígena y la equidad de género son causas que aún resuenan en la sociedad mexicana contemporánea, y en todas ellas Carrillo Puerto fue un precursor.
Finalmente, su figura ha sido integrada al panteón de los grandes reformadores de México. Organizaciones campesinas y sindicatos lo veneran como modelo de liderazgo íntegro y comprometido con el pueblo.
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Cada aniversario luctuoso (3 de enero) es recordado en Yucatán como el día en que murió “el Dragón rojo de los ojos verdes” sobrenombre que le dieron sus detractores, pero también el día en que nació un mártir inmortal de la causa social. A cien años de su fusilamiento, Felipe Carrillo Puerto sigue simbolizando la posibilidad de un México más justo e igualitario, y su vida y obra inspiran a nuevas generaciones a no “abandonar a los humildes” en la lucha por sus derechos.
Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22
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HTR/GCH




















