Redacción/CAMBIO 22

José María Morelos, 29 de julio. –  Aunque el municipio cuenta con una amplia variedad de cultivos agrícolas, la producción de pitahaya sigue siendo mínima, principalmente por falta de experiencia, asesoría técnica y arraigo cultural en el manejo de esta fruta. Así lo expresó don Miguel Uc Chí, campesino y comerciante de frutas y verduras, al ser entrevistado sobre el bajo aprovechamiento de este cultivo en la zona maya.

“La pitahaya es una planta muy delicada, que requiere condiciones específicas para desarrollarse bien. Es de ciclo largo, tarda alrededor de ocho meses en dar fruto y vive adherida a árboles de los que extrae nutrientes”, explicó don Miguel.

Según su testimonio, en la cabecera municipal apenas se cultiva a pequeña escala y es común que los productores desconozcan cómo manejarla eficientemente.

En contraste, el campo morelense ha estado tradicionalmente enfocado en cítricos como el limón y la naranja dulce, así como en el cultivo de maíz, cacahuate y sandía en las zonas mecanizadas. Uc Chí lamentó que hasta ahora no haya experiencias locales significativas en el cultivo de pitahaya, y mucho menos plantaciones extensivas.

El comerciante destacó que, en los mercados, la fruta se cotiza actualmente entre 400 y 500 pesos por caja de calidad alta, lo que representa una oportunidad rentable para diversificar los cultivos, especialmente ante la caída en los precios del limón. “Antes no se acostumbraba porque no teníamos esa enseñanza de nuestros abuelos o asesoría técnica, pero hoy en día podríamos aprender con apoyo adecuado”, indicó.

Además de la pitahaya, don Miguel sugirió considerar otros productos como el mango, que en este momento también goza de buen precio en el mercado. “Sería bueno tener 2 o 3 hectáreas con distintas variedades de mango como el Tommy, el Ataulfo o el gigante. Con una rotación adecuada, podríamos obtener mejores resultados y estabilidad económica”, opinó.

Finalmente, hizo un llamado a las autoridades y a los productores para apostar por la diversificación agrícola, dejar atrás el monocultivo y realizar estudios de suelo que permitan identificar cultivos viables según las condiciones de cada zona. “No se trata de abandonar los cítricos, sino de tener alternativas para no depender de un solo producto”, concluyó.

 

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM

 

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