Falso Progreso: el Gobierno Federal Devastó el Medio Ambiente en Quintana Roo
4 Mar. 2025
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El instructor de buceo destaca que, desde el inicio de la construcción del Tren Maya, diversas organizaciones ambientalistas advirtieron sobre las consecuencias, pero el gobierno ignoró todas las alertas.
Redacción/CAMBIO 22
Tulum a 04 de marzo.- Bajo el pretexto del desarrollo, el gobierno federal impuso proyectos que resultaron en la destrucción del medio ambiente en Quintana Roo, dejando a su paso daños irreversibles.
Pepe Urbina, conocido como “Pepe Tiburón”, instructor de buceo y explorador de cuevas en el estado, denuncia que obras como el Tren Maya y el Parque del Jaguar no trajeron el progreso prometido, sino deforestación, contaminación y una crisis ecológica sin precedentes.
“Nos vendieron la idea de desarrollo, pero lo que dejaron fue devastación. Reemplazaron cenotes con albercas, selva virgen con palmeras y pasto artificial que requiere productos químicos para mantenerse. Esto nos afecta a todos”, lamenta Urbina. A lo largo de los años, junto con otros activistas, ha denunciado el impacto ambiental de estos megaproyectos, que hoy exhiben sus consecuencias.

La selva maya ha sido una de las principales víctimas. “Intentamos salvar los árboles y se talaron más de 10 millones solo en el tramo 5 del Tren Maya”, señala Urbina. “Quisimos detener Calica y en vez de frenar la devastación, vimos con horror cómo se multiplicaron las excavaciones para abastecer de materiales al tren y a los desarrollos parasitarios que surgieron alrededor de él”.
El instructor de buceo destaca que, desde el inicio de la construcción del Tren Maya, diversas organizaciones ambientalistas advirtieron sobre las consecuencias, pero el gobierno ignoró todas las alertas. “No les importó la opinión de la ONU, ni la de especialistas, ni la de la familia Cousteau, que pidió detener esta barbarie. Tampoco consideraron las regulaciones del T-MEC, que establecen lineamientos ambientales estrictos”, señala.

Organizaciones como Greenpeace han participado en la lucha para denunciar los efectos negativos de estas obras. Sin embargo, Urbina señala que, aunque la respuesta de estos grupos fue positiva, la amenaza que enfrentan los ecosistemas de Quintana Roo requiere un compromiso mayor de toda la sociedad. “Demandábamos más de Greenpeace, más de cualquier asociación ambientalista, porque la amenaza que veíamos era terrible. Las consecuencias que hoy sufrimos lo prueban”.
Los efectos de esta política destructiva ya son palpables: contaminación del acuífero, destrucción de manglares, pérdida de biodiversidad y deforestación masiva. “Le fallamos a la naturaleza, a los jaguares, a los monos y a nosotros mismos. Es nuestra agua la que está siendo contaminada, nuestros árboles, nuestro aire lo que está siendo destruido”, denuncia Urbina.

Pese a la indiferencia del gobierno, la lucha por la protección del medio ambiente en Quintana Roo sigue en pie. Activistas y organizaciones continúan denunciando las consecuencias de las políticas federales y exigiendo un verdadero progreso, uno que respete la riqueza natural de la región. “El progreso es íntegro o es un fraude”, concluye Urbina.
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