Explicar a Trump: Cultura, Bolsillo y Resentimiento
15 Nov. 2024
Erasmo Marín Villegas/CAMBIO22
La libertad no consiste en decir cualquier cosa y en multiplicar los periódicos escandalosos ni en instaurar la dictadura en nombre de una libertad futura. La libertad consiste, en primer lugar, en no mentir: Albert Camus
En uno de los últimos discursos de campaña, Donald Trump se lanzó directo contra los inmigrantes ilegales “tenemos muchos genes malos en nuestro país ahora mismo”., muchos de ellos asesinos que hoy viven felices en EE.UU. Mensajes como “criminales”, “alimañas”, “envenenan la sangre” repetidos millones de veces sirvieron (entre otras estrategias) para abrir las puertas de la Casa Blanca al candidato republicano.
A los 78 años, con un plan de trabajo electoral milimétrico, resentimiento cultural y desinformación -que le dieron oxígeno de último minuto- Donald Trump será otra vez presidente de EE.UU. Hay que tratar de explicar el fenómeno Trump, pues algo debe ocurrir en la cultura estadounidense como para reciclar a quien llegó a decir: “podría asesinar a alguien en la Quinta Avenida de Nueva York y la gente seguiría votando por mí”.
Veamos el factor cultural: un grupo focal organizado por The New York Times para explicar la simpatía ciudadana por Trump arrojó lo siguiente en voz de un gerente de operaciones de Florida: “Necesitas recordar por qué Trump es la opción para millones de personas. Trump representa un shock al sistema. La gente que lo respalda no lo mide bajo los mismos estándares éticos. Es el anti-héroe, el Soprano, el Breaking Bad, el tipo que hace cosas malas, que es un mal tipo, pero que hace esas cosas malas a nombre de la gente que él representa”. La maldad se normaliza y aplaude.
Véase la explicación electoral: fue la tercera vez que contendió Trump y la experiencia de su equipo superaba al equipo de Kamala Harris, que tuvo poco tiempo luego de que en agosto relevó al presidente Joe Biden que intentaba reelegirse por el Partido Demócrata. Tanto los llamados “estados columpio” , como la población rural votó más a Biden 2020 que a Kamala 2024. El trabajo del equipo Trump fue quirúrgico: obtuvo ventajas pequeñas pero suficientes donde la contienda era cerrada y captó el voto entre latinos varones (factor género) de los centros urbanos. Lo mismo ocurrió con la población afroamericana: Trump ganó 14 puntos con relación a la elección presidencial de 2020. Fue la primera vez en dos décadas que un candidato republicano gana el voto popular, además del voto/delegados por Estado. Aquí es donde la formación de negocios de Trump rindió frutos: vio la elección como reto de eficacia y reto empresarial.
Otra es la explicación de desinformación y aceleración cultural. El vértigo mediático estadounidense no permite procesar de manera reflexiva el tsunami de datos virtuales, donde se cuelan las fake news y la prisa urbana. La desinformación domina en medios virtuales y a esto se añade la aceleración cultural, como lo explica Luciano Concheiro (2016): la cultura lucha contra el tiempo. “La visión ya no es hacia delante, sino hacia lo inmediato. El futuro ha dejado de importar”. Bajo ese enfoque acelerado, las tonterías de Trump hacen su agosto.
Finalmente, queda la explicación económica: los bolsillos ciudadanos. El presidente Joe Biden no tuvo buenos números financieros, con inflación creciente (15%) y apenas 3.1% de crecimiento anual en Producto Interno Bruto (PIB). Este déficit de imagen se trasladó a la vicepresidenta Kamala Harris al tomar la estafeta de Biden.
Lo que se desprende de forma global, como problema de la contienda entre lo malo y lo peor, es la decadencia cultural que padece Estados Unidos. ¿Tienen al antihéroe que se merecen? Los jóvenes, en las encuestas reportadas allá, no se sentían representados (60%). No había políticos a la vista que levantaran ámpula social y agenda juvenil. Los latinos tuvieron ante sí la medicina de escoger el mal menor: ¿o muro con patrulla fronteriza (bordel patrol), o retornos no pedidos? El problema no es sólo Trump, es la estrategia política que lo catapultó, y puede replicarse en otras naciones como ejemplo de éxito electoral
“La pseudocracia tiene lugar en la democracia algorítmica. Los líderes emplean las tecnologías de la información digitales para construir sin interferencias su marca digital explorando los sesgos de las redes y plataformas, gestionando así su imagen pública”: Víctor Sampedro Blanco.
Fuente: Xeva
LRE/MA