Redacción/CAMBIO 22  

Manuel Rocha, exembajador de EEUU ante Bolivia, fue sentenciado a 15 años de cárcel en Miami por trabajar como agente secreto para el gobierno de Cuba.

Un exdiplomático estadounidense de carrera fue sentenciado el viernes a 15 años de prisión federal después de admitir que trabajó durante décadas como agente secreto para el gobierno de Cuba, un acuerdo de culpabilidad que deja muchas preguntas sin respuesta sobre una traición que sorprendió al servicio exterior estadounidense.

Manuel Rocha, de 73 años, también pagará una multa de 500.000 dólares y cooperará con las autoridades tras declararse culpable de conspirar para actuar como agente de un gobierno extranjero. A cambio, los fiscales desestimaron más de una docena de cargos, incluidos fraude electrónico y realizar declaraciones falsas.

“Sus acciones fueron un ataque directo a nuestra democracia y a la seguridad de nuestros ciudadanos”, dijo a Rocha la jueza del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, Beth Bloom.

Rocha, vestido con ropa carcelaria color beige, pidió perdón a sus amigos y familiares. “Asumo toda la responsabilidad y acepto la sanción”, según recogió The Associated Press.

La sentencia coronó un caso penal excepcionalmente rápido y evitó un juicio que habría arrojado nueva luz sobre qué hizo exactamente Rocha para ayudar a Cuba, incluso cuando trabajó durante dos décadas para el Departamento de Estado de Estados Unidos.

Los detalles, dijeron los fiscales, siguen siendo secretos y ni siquiera le dijeron a Bloom cuándo el gobierno determinó que Rocha estaba espiando para Cuba.

Hace seis meses Rocha fue arrestado en su casa de Miami, acusado de participar en “actividades clandestinas” en nombre de Cuba desde al menos 1981, el año en que se unió al servicio exterior de Estados Unidos.

Rocha, de 73 años, apoyó en secreto al gobernante Partido Comunista de Cuba y ayudó a la recopilación de inteligencia del país contra Washington durante todo ese tiempo.

“La declaración de hoy pone fin a más de cuatro décadas de traición y engaño por parte del señor Rocha”, dijo David Newman, un alto funcionario de seguridad nacional del Departamento de Justicia de Estados Unidos, durante una conferencia de prensa en Miami. “Durante la mayor parte de su vida, el señor Rocha vivió una mentira”.

Rocha admitió sus décadas de trabajo para Cuba y se jactó de su capacidad para evitar ser detectado en una serie de reuniones en 2022 y 2023 con un agente encubierto del FBI que se hizo pasar por representante del servicio de inteligencia exterior de Cuba, según una denuncia penal presentada en el tribunal federal de Miami. corte.

“Lo que hemos hecho… es enorme. Más que un grand slam”, le dijo Rocha al agente encubierto, según la denuncia.

Un abogado de Rocha no respondió a las solicitudes de comentarios por parte de Reuters. Rocha acordó declararse culpable como parte de un acuerdo con fiscales federales que le exige divulgar detalles de sus interacciones con la inteligencia cubana.

Según funcionarios estadounidenses, tal vez nunca se conozca el alcance total de la cooperación de Rocha con La Habana.

En sus dos décadas de trabajo en el sector público, Rocha sirvió al Departamento de Estado de 1981 a 2002. E incluso como miembro del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca de 1994 a 1995, según documentos judiciales.

El caso puso de relieve la sofisticación de los servicios de inteligencia de Cuba, que han logrado otras penetraciones dañinas en altos niveles del gobierno estadounidense. La traición de Rocha pasó desapercibida durante años, dijeron los fiscales, cuando el diplomático educado en la Ivy League se reunió en secreto con agentes cubanos y proporcionó información falsa a funcionarios estadounidenses sobre sus contactos.

Sin embargo una investigación reciente de Associated Press encontró señales de alerta que se pasaron por alto en el camino, incluida una advertencia que recibió un antiguo agente de la CIA hace casi veinte años de que Rocha estaba trabajando como agente doble. Información de inteligencia independiente reveló que la CIA sabía ya en 1987 que el líder cubano Fidel Castro tenía un “súper topo” escondido en lo más profundo del gobierno de Estados Unidos, y algunos funcionarios sospechaban que podría haber sido Rocha, informó AP.

 

 

 

 

Fuente:  Voz de América

redaccionqroo@diariocambio22.mx

MRM

 

 

 

WhatsApp Telegram
Telegram