Exejecutivo de Ultramar Bajo la Lupa por Presunto Desvío de Más de 140 Millones de pesos
3 Nov. 2025
Redacción / CAMBIO 22
Cancún, 3 de noviembre. —Una grave acusación de fraude y desvío de fondos sacude a la naviera Ultramar, una de las empresas más importantes del Caribe mexicano.
La Fiscalía General del Estado (FGE) ha puesto la mira en el exadministrador de la compañía, un hombre que fue la mano derecha y operador financiero del fallecido fundador, Germán Orozco Sarro.
El exejecutivo identificado como Héctor Alejandro N, es investigado por presuntamente haber desfalcado a la empresa por una suma superior a los 140 millones de pesos.
Según la FGE, el desvío se habría orquestado aprovechando el vacío de poder y la fractura interna que surgieron tras la muerte de Orozco en 2021.
Uno de los puntos clave de la investigación es el notorio contraste entre el modesto sueldo del exadministrador —reportado en solo 40 mil pesos mensuales— y su ostentoso estilo de vida.

Las autoridades han identificado:
Un lujoso departamento frente al mar en la Zona Hotelera de Cancún y una residencia en Puerto Cancún, entre otras propiedades en la Riviera Maya.
Vehículos de alta gama como una camioneta Cadillac Escalade, un Porsche Cayenne, un BMW serie 7 y un catamarán, entre otras unidades de luko.
Frecuentes viajes internacionales y gastos que superaban ampliamente sus ingresos declarados.

El presunto entramado de corrupción iba más allá de los gastos personales. La investigación señala una compleja red que incluye:
Creación de compañías para simular operaciones, movimientos bancarios millonarios sin soporte legal, adquisición de terrenos y bienes a nombre de prestanombres para ocultar su patrimonio.
Fuentes cercanas al caso indican que el caos que siguió al deceso de Germán Orozco Sarro fue un factor determinante. La disputa por el control de la empresa entre el hijo y el hermano del fundador generó un desorden operativo que el exadministrador, con más de una década de experiencia y pleno control de las finanzas y contratos, supo explotar.

El exoperador se encuentra ahora en el centro de la pugna familiar y del escándalo empresarial, mientras la FGE continúa reuniendo pruebas sobre sus bienes y vínculos con otros colaboradores.
De confirmarse los hechos, este caso amenaza con convertirse en uno de los mayores fraudes corporativos en la historia reciente de Quintana Roo.
El imputado ya se encuentra vinculado a proceso por un Juez de Control, quien ordenó la prisión preventiva por dos años.

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