• “Muchos éramos médicos, otros eran biólogos, unos más químicos…” Adolfo García Sáinz, investigador emérito del IFC, rememora los primeros tiempos de esta entidad

 

Redacción / CAMBIO 22

En 1979, cuando fue creado el Centro de Investigaciones en Fisiología Celular (CIFC), Adolfo García Sáinz, investigador emérito del hoy Instituto de Fisiología Celular (IFC), cursaba su posdoctorado en Estados Unidos y no regresó para incorporarse a dicho Centro hasta 1980.

“En esa época, Antonio Peña, quien luego sería el primer director del IFC, investigaba el transporte y la homeostasis de iones en levaduras; Victoria Chagoya, el metabolismo intermediario hepático por adenosina; Armando Gómez Puyou, las mitocondrias y la fosforilación oxidativa; Ricardo Tapia, la participación del calcio en la liberación de neurotransmisores, sobre todo el ácido gamma-aminobutírico (GABA); y Herminia Pasantes, la taurina en la retina y su relación con el cerebro”.

El investigador se ha dedicado al estudio de la regulación de los receptores acoplados a proteínas G (GPCRs), trabajo que ha tenido un impacto significativo en el campo de la bioquímica y la fisiología celular (los GPCRs integran una de las familias más abundantes de proteínas de membrana y juegan un papel crucial en la transducción de señales celulares; son responsables de detectar una amplia variedad de señales externas como luz, olores, sabores, hormonas, neurotransmisores y factores de crecimiento).

Además, ahí estaban los que entonces eran estudiantes, entre ellos García Sáinz; los llamados “chícharos”, que día con día se iban entrenando bajo la tutela de esos eminentes investigadores.

“Muchos éramos médicos, otros eran biólogos, unos más químicos. Así, el CIFC alcanzó cierto renombre, gracias a ello en 1985 se transformó en el IFC. Por supuesto, en su creación también colaboraron otros destacados científicos universitarios, como Marietta Tuena, René Drucker, Miguel Pérez de la Mora, Edmundo Chávez, Alfonso Cárabes, Jesús Manuel León y José Luis Molinari…”

Investigador: tipos, objetivos, cualidades y características

A decir del investigador emérito, con la dirección de Antonio Peña, el IFC tuvo un gran desarrollo en cuanto a su capacidad para formar recursos humanos y generar artículos científicos.

“En ese momento, el Instituto contaba con gente que hacía investigación de frontera muy importante, por lo que se convirtió en uno de los institutos más productivos de la UNAM, y comenzó a participar en el concierto internacional de las publicaciones”, añadió.

A lo largo de los años, los especialistas del IFC han llevado a cabo investigaciones fundamentales para estar en condiciones de combatir algunas enfermedades.

“Por ejemplo, José Luis Molinari fue el primer científico que en México intentó bloquear la cadena de transmisión de la teniasis, actuando sobre los cerdos con una primera vacuna experimental. Tiempo después, varios grupos del Instituto de Investigaciones Biomédicas retomaron este trabajo para desarrollar una vacuna contra la cisticercosis porcina. Asimismo, no puedo dejar de mencionar los trabajos sobre mapeo de la corteza cerebral que, ya en una etapa posterior, realizó Ranulfo Romo y que adquirieron una enorme relevancia tanto nacional como internacional”.

De acuerdo con García Sáinz, cada investigador del IFC tiene su historia y ha aportado su granito de arena “a esta playa que es la investigación científica”.

Claro, dice, “hay unos granitos de arena más grandes que otros, aunque en general todos estamos contentos con lo que vamos haciendo. Conformamos un grupo que ha trabajado muy bien en este instituto, donde impera un compromiso total con la investigación, pero también con la docencia”.

En efecto, el IFC participa en licenciaturas como la de Neurociencias y la de Investigación Biomédica Básica; y con las facultades de Medicina, de Química y de Ciencias ha emprendido diversas investigaciones con mucho éxito.

“Si yo dijera que somos el mejor instituto en el área biológica, seguramente molestaría a otros que piensan lo mismo de su propio instituto, pero estamos por allí. Los institutos de esta área somos grandes amigos competidores. En suma, aquí hacemos investigación biomédica del mejor nivel que podemos. Es maravilloso estar en el IFC y, para los que hemos permanecido en él desde el principio, representa un inmenso orgullo cumplir 45 años trabajando fuerte por México y la UNAM”, finalizó.

 

 

 

 

 

Fuente: Gaceta Unam

redaccion@diariocambio22.mx

OSM/DSF

WhatsApp Telegram
Telegram