• La insistencia en proteger los estromatolitos en Bacalar podría responder a intereses de control y explotación financiera, indica la especialista María Luisa Villarreal.

 

  • La iniciativa de crear la Ley en la Laguna de Bacalar, similar al caso de Cuatro Ciénegas en Coahuila, donde también existen estromatolitos, abre la puerta al despojo, lucro y deterioro del ecosistema.

 

Miguel Ángel Fernández/CAMBIO 22

CHETUMAL, 25 de octubre.La especialista María Luisa Villarreal Sonora alza la voz en torno a la iniciativa de una legislación federal para proteger los estromatolitos de Bacalar, que, según ella, responde a intereses económicos más que a una genuina preocupación ecológica. En un contexto en el que los estromatolitos, estructuras microbianas formadas en ambientes acuáticos, son promocionados como “únicos” y “en peligro de extinción”, Villarreal advierte sobre una distorsión de la información para impulsar una legislación que beneficiaría a ciertos investigadores y empresarios.

La investigadora critica la intervención de académicos y legisladores que defienden la exclusividad y antigüedad de los estromatolitos de Bacalar. Entre los nombres que menciona se encuentra el de la doctora Luisa Falcón, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien, según Villarreal, aprovecharía los recursos de la nueva Ley de Ciencia y Tecnología para financiar investigaciones y patentes de cianobacterias que le generarían beneficios económicos personales. La biotecnología derivada de estas bacterias representa un mercado potencialmente lucrativo, una realidad que plantea, según Villarreal, “un trasfondo económico detrás del supuesto conservacionismo”.

 

¿Patrimonio único o fenómeno común?

 Para la entrevistada, la creación de leyes estrictas y regulaciones adicionales carece de sustento, pues considera que el discurso en torno a la exclusividad de los estromatolitos de Bacalar es “un mito”. A su juicio, la narrativa sobre la antigüedad y escasez de estas estructuras se ha basado en verdades a medias que han “romantizado” su valor científico. Si bien los estromatolitos son estructuras fascinantes, explica Villarreal, son comunes en hábitats acuáticos de todo el mundo, incluyendo lugares como Australia y Rusia.

Por otro lado, Villarreal apunta que se ha afirmado, de manera errónea, que los estromatolitos de Bacalar tienen millones de años cuando en realidad las estructuras actuales no superan el milenio. “En este contexto, los estromatolitos no son piedras vivientes; son formaciones sedimentarias”, afirma, aclarando que las cianobacterias, organismos microscópicos que habitan en su superficie, son lo único vivo de estas formaciones. Estas “babas” microbianas, junto con el sedimento atrapado en ellas, terminan formando las rocas a lo largo de extensos períodos geológicos.

 

El mito del peligro de extinción

Bajo la supuesta preocupación por el deterioro ambiental en Bacalar grupos con intereses económicos han impulsado propuestas de proteccionismo a ultranza como la creación de un Área Natural Protegida (ANP) o la designación de la Laguna de Bacalar como hábitat crítico. Sin embargo, Villarreal asegura que la actividad turística no representa una amenaza significativa para los estromatolitos. Según sus investigaciones, estas estructuras son altamente resistentes, capaces de sobrevivir a condiciones adversas.

En cuanto a la calidad del agua, la especialista asegura que las zonas en las que se encuentran los estromatolitos, ubicadas al sur de la Laguna de Bacalar, muestran uno de los mayores índices de pureza en la región, según estudios de la asociación local Agua Clara. Villarreal considera que los discursos catastrofistas sobre la contaminación y la destrucción de estas formaciones se utilizan para alarmar a la población y justificar un marco legal de protección sin el sustento científico necesario.

 

El Foro Nacional: visión opuesta y acciones en curso

Este año, durante el Foro Nacional para la Protección de los Estromatolitos celebrado en la Cámara de Diputados, diversas figuras del ámbito académico y legislativo expusieron la importancia de proteger estos organismos. La doctora Luisa Falcón y otros académicos promovieron la necesidad de una legislación específica para la preservación de estos organismos en México, basándose en su supuesta exclusividad y fragilidad. El foro concluyó con propuestas para reducir el uso de agua y la contaminación en áreas que albergan estromatolitos, además de plantear el establecimiento de un “Día Internacional de los Estromatolitos” para sensibilizar a la población.

El debate en torno al aprovechamiento económico

Según Villarreal, la insistencia en proteger los estromatolitos en Bacalar podría responder a intereses de control y explotación financiera. Además afirma que la iniciativa de crear esta Ley en la Laguna de Bacalar, similar al caso de Cuatro Ciénegas en Coahuila, donde también existen estromatolitos, abre la puerta al despojo, lucro y deterioro del ecosistema.

Ejidatarios, empresarios, propietarios de tierras y especialistas locales han manifestado su preocupación siendo que una legislación apresurada podría derivar en restricciones desproporcionadas que afecten el turismo, mientras otros sectores obtienen financiamiento público y beneficios económicos.

 

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM

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