En caso de que no procedan de México, los productos enfrentarán aranceles del 25 por ciento, informó la Oficina de prensa de la Casa Blanca.
De manera similar, aquellas importaciones de aluminio de México que contengan “aluminio primario fundido o moldeado en China, Bielorrusia, Irán o Rusia” recibirán un arancel del 10 por ciento.
Estas acciones conjuntas “ayudarán a garantizar la viabilidad a largo plazo de nuestras industrias del acero y el aluminio y la integridad de la integración del mercado del acero y el aluminio en América del Norte”, dijo por su parte en un comunicado la representante comercial de EE.UU., Katherine Tai.
Estados Unidos trata con este acuerdo de poner freno a la entrada de acero y aluminio procedente de China a través de México, una acción que burla los aranceles que Washington aplica sobre esos materiales.
“Las políticas y prácticas no de mercado de China son todo menos justas y han conducido a la crisis global de exceso de capacidad no de mercado que plantea una amenaza existencial para nuestras industrias de acero y aluminio orientadas al mercado”, sentenció Tai.
La decisión de trabajar con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador para impedir que China introduzca acero y aluminio en Estados Unidos a través de México, burlando así los aranceles que Washington impone sobre esos materiales, había sido avanzada por el presidente estadounidense, Joe Biden, a mediados del pasado abril.