Redacción / CAMBIO 22

Michelle Sky Hayward, influencer y ex campeona de kitesurf, protagonizó un video viral tras nadar entre aguas contaminadas con heces fecales en una playa de Ciudad del Cabo, Sudáfrica. La creadora de contenido compartió en redes sociales su experiencia en una de sus playas favoritas sin saber que estaba expuesta a posibles bacterias como la E. coli.

“Me estoy divirtiendo tanto que literalmente ni siquiera siento el frío”, dice en la cámara.

Lo que parecía un día idílico en la costa sudafricana se convirtió rápidamente en una situación de alarma sanitaria.

  • Fue la propia comunidad en redes quien la alertó. En los comentarios comenzaron a aparecer advertencias:

  • “¡Esa espuma son excrementos!”

  • “Estás nadando en aguas residuales”

  • “¿Alguien puede decirle que eso es agua sucia, agua de alcantarillado?”

Ante las reacciones, Michelle respondió preocupada: “Temo haber cometido un grave error”.

Debate sanitario y ambiental

La polémica se amplificó cuando medios internacionales como el Daily Mail y East Coast retomaron la historia. Además de la preocupación por la salud de Hayward, el incidente cuestionó la seguridad ambiental en playas sudafricanas, especialmente en zonas turísticas como Ciudad del Cabo y KwaZulu-Natal.

Captura de pantalla.

Estas áreas han enfrentado reportes recurrentes sobre altos niveles de E. coli en el agua, bacteria proveniente de desechos humanos o animales, capaz de causar infecciones graves al ingerirse. Las autoridades han llegado a cerrar temporalmente playas por estos motivos, pero los avisos no siempre son visibles para los visitantes.

Aguas contaminadas vs percepción pública

El caso de Hayward evidencia una brecha entre la percepción pública de los riesgos ambientales y la información que ofrecen las autoridades locales. Muchos turistas y residentes desconocen el nivel real de contaminación en las playas y se enfrentan a situaciones potencialmente peligrosas por falta de información clara.

En el video, Michelle se muestra nadando con entusiasmo, incluso tragando pequeñas cantidades de agua mientras se tumba boca arriba, sin sospechar la posible presencia de bacterias. En una parte de la grabación, incluso menciona con naturalidad: “¡Sabe a sal!”, sin imaginar que el sabor salado podría ocultar la presencia de aguas negras contaminadas.

Al recibir los comentarios, explicó que hasta el momento no había presentado síntomas, aunque se mostró reflexiva y algo preocupada por lo ocurrido.

Consecuencias e implicaciones

El esposo de Michelle también expresó su preocupación y se unió a los comentarios que cuestionan la gestión sanitaria en las playas de Sudáfrica. El incidente, que inicialmente parecía anecdótico, ha levantado críticas sobre la transparencia de las autoridades respecto al estado del agua y el riesgo que representa para la salud pública y el turismo.

Captura de pantalla.

Aunque Michelle Sky Hayward no ha desarrollado síntomas hasta ahora, el debate en redes y medios continúa creciendo. Algunos la defendieron diciendo que no tenía cómo saber, mientras otros insistieron en la importancia de verificar la calidad del agua antes de nadar.

 

 

 

Fuente: Julio Astillero

redaccion@diariocambio22.mx

KXL/DSF

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