• En la SEDENA los generales especulan que en el Pentágono avanza la idea de conformar una fuerza operativa integrada por elementos de origen mexicano que tendrían la tarea de realizar operaciones contra el narcotráfico en territorio nacional.

  • Una tesis que es factible porque en las filas del Ejército estadounidense, así como en la infantería de Marina y en otros grupos especiales, existe un gran porcentaje de soldados mexicanos.

 

Redacción/CAMBIO 22

Un gran número de generales mexicanos especulan que Donald Trump alista una operación con soldados Mexico-Americanos alistados en su Ejército para enfrentar a los cárteles

Desde mediados de la semana que concluye en la cúpula de la Secretaría de la Defensa circula la teoría de que la aparición de un avión no tripulado perteneciente a Estrados Unidos, y sobrevolando el Edomex, fue una suerte de globo de ensayo para medir el impacto en la opinión pública y luego avanzar en despliegues de mayor impacto.

Los generales creen que en el Pentágono avanza la idea de conformar una fuerza operativa integrada por elementos de origen mexicano que tendrían la tarea de realizar operaciones contra el narcotráfico en territorio nacional.

Una tesis que es factible porque en las filas del Ejército estadounidense, así como en la infantería de Marina y en otros grupos especiales, existe un gran porcentaje de soldados mexicanos.

En la Sedena creen que sería un atajo muy similar al del avión no tripulado, fabricado en EU, controlado desde el país vecino, pero al servicio del Gobierno de Claudia Sheinbaum.

Otra cuestión ineludible es que un comando de fuerzas mexicanas preserva a la 4T de la situación más temible detrás del injerencismo de EU: que elementos extranjeros tengan participación en la vida de civiles. Los llamados daños colaterales que han marcado las diversas incursiones militares de Washington en las últimas décadas.

En la Sedena existen reparos porque se tratan de estrategias en las cuáles el Ejército mexicano observa a lo lejos. El Pentágono discute estas situaciones con la Secretaría de la Marina y con el secretario de Seguridad Omar García Harfuch. La Guardia Nacional, en tanto, está fuera de la ecuación porque EU todavía no la entiende como una fuerza a la altura del conflicto frontal que se pretende.

En las Fuerzas Armadas es cada vez mayor el registro de la influencia del secretario. Las cifras de seguridad presentadas esta semana revalidan su estrategia e instalan una discusión ineludible sobre su horizonte político.

El efecto fue inmediato: a las pocas horas de que se conociera el descenso en los homicidios, García Harfuch no tuvo mayores inconvenientes para quitarle a la Sedena el control del abasto de combustibles y asignárselo a Pemex Logística, donde despacha un hombre de su staff.

Los generales además observan que, frente a la centralidad de García Harfuch, el obradorismo permanece en silencio y poco o nada se queja de los acuerdos con Washington. Es obvio: mientras el secretario desmonta la política de seguridad del sexenio anterior, las principales figuras allegadas al expresidente atraviesan todo tipo de escándalos y tribulaciones.

En el gabinete de seguridad se menciona en voz baja: toda la avanzada de Trump contra Venezuela tiene una terminal indiscutible en México a través de la operación del Cártel de Sinaloa en el Caribe.

El limite para los acuerdos militares en curso se encuentra no tanto en la política mexicana, sino, más bien en la Casa Blanca, donde Donald Trump volvió a tener esta semana un exabrupto cuando dijo que él decidía “lo que México debe hacer“. Esas situaciones dificultan los acuerdos subterráneos y por eso tuvo que aparecen, a los pocas horas, el embajador Ronald Johnson para dar cuenta de la “buena coordinación” con México.

Hay que recordar que estas especulaciones han surgido tras las medidas reveladas el pasado 9 del mes en curso cuando dos influyentes periódicos de origen estadounidense adelantaron los planes del presidente Trump.

«Queremos proteger nuestro país», confirmó el viernes 11, el presidente Donald Trump quien, según medios estadounidenses, ordenó a las fuerzas armadas combatir los cárteles latinoamericanos designados por Estados Unidos como organizaciones «terroristas» globales.

El presidente republicano libra una guerra contra los cárteles desde que regresó al poder en enero, sobre todo para intentar frenar el tráfico de fentanilo, un opioide sintético.

En febrero designó como organizaciones «terroristas globales» a ocho grupos del crimen organizado de América Latina, incluido el mexicano cártel de Sinaloa, el venezolano Tren de Aragua y la pandilla MS-13. En julio añadió a la lista el Cártel de los Soles, liderado, según Washington, por el presidente venezolano Nicolás Maduro.

«Latinoamérica tiene muchos cárteles, tienen mucho tráfico de drogas así que, ya saben, queremos proteger nuestro país. Tenemos que protegerlo», declaró Trump a una periodista que le preguntó en la Casa Blanca si cree que vale la pena enviar a militares a combatir los cárteles de la droga latinoamericanos.

«Amamos a este país como ellos aman a sus países. Tenemos que protegerlo», afirmó el presidente durante un acto con los dirigentes de Azerbaiyán y Armenia.
«Estamos jugando un partido difícil, pero pronto tendremos más que decir al respecto», añadió, sin entrar en detalles.

Varios medios estadounidenses aseguran que Trump ha firmado en secreto un decreto para implicar al ejército en la lucha.

El New York Times, citando a fuentes anónimas, asegura que el presidente ha ordenado al Pentágono que comience a usar la fuerza militar contra los cárteles designados como organizaciones terroristas.
El Wall Street Journal, que cita a un funcionario cuya identidad tampoco revela, sostiene que por el momento Trump se ha limitado a pedir al Departamento de Defensa que prepare opciones.

Una de ellas consistiría en usar fuerzas especiales y unidades de inteligencia, aunque cualquier operación se coordinaría con los países involucrados, añade este periódico.

A finales de febrero la Casa Blanca amenazó con «abrir las puertas del infierno» contra los cárteles para garantizar la seguridad en la frontera con México, pero este país descarta una invasión.

– «No va a haber invasión» –

«Fuimos informados que venía esta orden ejecutiva y que no tenía que ver con la participación de ningún militar o ninguna institución en nuestro territorio», dijo este viernes la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, en su habitual rueda de prensa matutina.

«Estados Unidos no va a venir a México con los militares; cooperamos, colaboramos, pero no va a haber invasión, eso está descartado, absolutamente descartado y, además de que lo hemos manifestado en todas las llamadas, no está permitido, ni es parte de ningún acuerdo», añadió.

Más tarde, la cancillería mexicana reiteró en un comunicado que ese país «no aceptaría la participación de fuerzas militares estadounidenses» en su territorio.

De esa manera, la Secretaría de Relaciones Exteriores respondió a una publicación en la que la embajada estadounidense en México aseguró acerca de ambos gobiernos: «Usaremos todas las herramientas a nuestra disposición para proteger a nuestros pueblos (…) como dos aliados soberanos» frente a las bandas narcotraficantes.

La designación de organizaciones «terroristas» globales permite utilizar «elementos del poder estadounidense, como las agencias de inteligencia, el Departamento de Defensa, etc., para atacar a estos grupos si tenemos la oportunidad», declaró el jueves el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, en una entrevista con EWTN.

«Tenemos que empezar a tratarlos como organizaciones terroristas armadas, no simplemente como organizaciones de narcotráfico», declaró Rubio.
En su opinión «ya no es un asunto de aplicación de la ley. Se convierte en un tema de seguridad nacional».

Varios congresistas republicanos presionan desde hace tiempo para aplicar mano dura al narcotráfico y la violencia.

El jueves el gobierno de Trump aumentó a 50 millones de dólares la recompensa por «información que conduzca al arresto» del presidente venezolano, Nicolás Maduro, acusado formalmente en 2020 de «narcoterrorismo».

La fiscal general Pam Bondi dijo que el líder chavista usa «organizaciones terroristas extranjeras como el Tren de Aragua, (el cartel de) Sinaloa y el Cártel de los Soles para introducir drogas letales y violencia» en Estados Unidos, una acusación calificada por Caracas de «cortina de humo».

 

 

 

Con Datos del Sistema de Notícias CAMBIO 22/La Política On Línea/Swissinfo.ch

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