Escuela Pública Convertida en Negocio

• Acusan que corrieron a vendedora por intereses económicos, no por salud escolar

Ricardo Jesús Rivas/ CAMBIO 22

CHETUMAL, 11 de diciembre. – Padres y madres de familia de la escuela primaria José Guadalupe Valencia denunciaron públicamente un conflicto interno que, aseguran, derivó en burlas y denostaciones contra una mujer que durante años vendió desayunos escolares y otros artículos frente al plantel. De acuerdo con los testimonios, la situación se detonó tras la puesta en marcha de una nueva tiendita escolar, cuyos responsables —la dirección del plantel y el comité de padres— habrían impulsado feroces acciones para retirar a la vendedora externa, a quien consideran competencia directa, llegando incluso a involucrar a las autoridades del ayuntamiento de Othón P. Blanco.

Las madres denunciantes afirman que la medida no obedeció a criterios de salud o regulación, sino a intereses económicos. Señalan que la tiendita escolar estaría ofreciendo productos fuera de la normativa, como alimentos con alto contenido de azúcar, chocomilk y hotcakes en malas condiciones, mientras que la vendedora retirada ofrecía opciones “más económicas y de mejor calidad”. Según su versión, se interpuso una denuncia para impedirle seguir vendiendo, en un contexto de hostigamiento que incluyó descalificaciones personales.

Las acusaciones apuntan directamente a la directora del plantel, Carolina Eduviges Márquez Beltrán, a quien las madres señalan como la promotora de la estrategia para “sacar de competencia” a la vendedora y motivados por conflictos personales anteriores. Aunque se trata de señalamientos ciudadanos que deberán ser verificados por la autoridad educativa, el caso vuelve a poner sobre la mesa un problema recurrente en escuelas públicas, la opacidad en el manejo de recursos, la falta de supervisión sobre los comités escolares y el uso discrecional del poder directivo.

La denuncia revela una falla institucional más amplia entre la regulación de los alimentos escolares, la convivencia entre comunidad educativa y la economía informal que requieren reglas claras, así como, vigilancia constante, no decisiones unilaterales ni prácticas que vulneren la dignidad de terceros. 

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AFC