Escuchar También es Justicia: Consultorios Psicológicos Escolares, Una Urgencia en Todos los Niveles y Territorios
10 Jun. 2025
Dra. Candy Raygoza / CAMBIO 22
Psicoterapeuta, tanatóloga y abogada.
La detención de Juan Carlos “N” en Puerto Morelos, por el delito de violación en contra de su hija menor de edad, ha sacudido la conciencia colectiva. El abuso, que se extendió por al menos cuatro años, solo fue revelado cuando la menor, en una clase de educación socioemocional en la secundaria, preguntó si la violación era una forma de violencia emocional.
Esa pregunta fue un grito de ayuda. La intervención inmediata del docente, el DIF y la Fiscalía General del Estado permitió activar los protocolos de protección. Sin embargo, este caso expone algo más profundo: la ausencia de estructuras escolares permanentes para el acompañamiento emocional y psicológico de niñas, niños y jóvenes en México.

La Salud emocional es un derecho, no un privilegio
El artículo 3º Constitucional establece el derecho a una educación integral. La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes exige entornos seguros y protectores dentro del sistema escolar. Pero esa protección no se garantiza solo con reglamentos, sino con profesionales presentes y capacitados para escuchar, orientar y prevenir.
Hablar de salud mental en las escuelas no es solo una propuesta pedagógica, es una necesidad ética y una deuda social. No puede haber una escuela segura si no existe una escucha activa.

La urgencia también es rural
Esta medida no debe limitarse a planteles urbanos o a niveles medios y superiores. Las infancias y juventudes en comunidades rurales, indígenas o de alta marginación también viven violencias que rara vez se denuncian. En esos contextos, los centros de salud pueden ser aliados estratégicos para que psicólogos y psicólogas brinden atención periódica en coordinación con las escuelas, a través de un esquema itinerante.
La salud emocional debe ser accesible para todos, sin importar su código postal.
Casos que se repiten, sistemas que no responden
Desde mi experiencia como terapeuta, he acompañado a estudiantes víctimas de violencia, acoso sexual, depresión, autolesiones y duelos que no han sido contenidos ni reconocidos en el ámbito escolar. Muchos maestros tampoco cuentan con herramientas emocionales para sostener a sus alumnos, y a menudo también requieren apoyo.
¿Hasta cuándo vamos a seguir actuando solo cuando el daño ya está hecho?

Lo que sí se puede hacer
Propongo que el Estado mexicano considere con seriedad:
-Instalar consultorios psicológicos en todas las escuelas públicas, desde preescolar hasta universidad.
-En zonas rurales, firmar convenios con centros de salud para brindar atención psicológica semanal en las escuelas.
-Formar al personal docente en primeros auxilios emocionales y protocolos de prevención de violencias.
Otros países ya lo hacen. Finlandia, Noruega, Canadá y Chile integran la salud mental en su estructura escolar. En Colombia, en zonas rurales se ha implementado la figura del “docente orientador” con acompañamiento psicológico desde el sistema de salud.
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Escuchar también es justicia
El silencio prolongado de muchas víctimas no es elección: es falta de condiciones para hablar. La escuela debe ser refugio, no escenario de abandono institucional.
Porque escuchar a tiempo puede evitar una tragedia.
Porque proteger el alma de una niña o un joven, también es hacer justicia.
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GPC/RCM





















