¿Es Cierto que Cada Año de un Perro Equivale a Siete Años Humanos?
21 Jun. 2024
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Es creencia popular que cada año de un perro equivale a siete años humanos. En realidad esto es un promedio y el ritmo de crecimiento disminuye progresivamente con la edad.
Redacción/ CAMBIO 22
Seguramente habrás escuchado que cada año de un perro equivale a siete años humanos. Esto tiene algo de cierto, pero no es del todo así: esta supuesta equivalencia se refiere a la esperanza de vida total de los canes comparada con la de las personas, y la realidad es más complicada.
Los perros tienen un ritmo de crecimiento distinto al de los seres humanos y envejecen con más rapidez durante los primeros meses de vida, pero a partir de los dos años este crecimiento tiende a estabilizarse a un ritmo más sostenido. El motivo es que nuestra especie tarda bastante más que otras en alcanzar totalmente la edad adulta, mientras que muchos otros animales tienden a crecer rápidamente para alcanzar la madurez sexual y poder reproducirse cuando aún son jóvenes.

CÓMO ENVEJECEN LOS PERROS
Se suelen identificar cuatro etapas en la vida de un perro, cada una con su propio patrón de envejecimiento: cachorro, adolescente, adulto y senior. El ritmo de crecimiento se va ralentizando a medida que crecen:
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Los cachorros crecen a un ritmo de 15 años humanos por cada año de vida aproximadamente.
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Los adolescentes, a un ritmo de 10 años humanos aproximadamente.
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Los adultos, a un ritmo de 7 años humanos aproximadamente.
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Los senior, a un ritmo de 4 o 5 años aproximadamente.
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Pero de nuevo, esto es una media ya que el ritmo de crecimiento es distinto según el tipo de perro. Las razas más pequeñas suelen tener una etapa de cachorro más corta y envejecer más lentamente, mientras que con las más grandes sucede lo contrario: su etapa de cachorro y adolescente es más larga y su etapa senior llega antes. Cuanto más grande sea un perro, más tarda en llegar a adulto y antes se hace viejo, o lo que es lo mismo: las razas pequeñas tienen una etapa adulta más larga y son más longevos.
Este cálculo se basa en el análisis de los cambios en los grupos metilo, un marcador químico que afecta a la actividad del ADN y que puede leerse como una especie de “calendario biológico”. Al ser un sistema que se puede usar con cualquier especie, permite comparar el envejecimiento entre ellas y también entre variedades de una misma especie (lo que denominamos razas).
Sin embargo, una cosa es el envejecimiento en términos cronológicos y otra es el estado de salud del perro. No es raro que individuos que sobrepasan el equivalente a 70 años de edad humana gocen aún de una salud comparativamente mejor que el de las personas de esa edad. Generalmente, a menos que padezcan alguna enfermedad importante, los perros viejos pueden tener una buena calidad de vida hasta edades bastante avanzadas.

¿POR QUÉ LOS PERROS MÁS GRANDES VIVEN MENOS?
Por norma general, los perros de mayor tamaño suelen vivir menos que aquellos de talla más pequeña: las llamadas razas gigantes, a partir de los 50 kg de peso, tienen una esperanza media de vida de 10 años o menos. Esto parece ir en contra de lo que suele suceder en la naturaleza, ya que las especies más pequeñas suelen tener un ciclo de vida más rápido y viven poco tiempo.
Desde un punto de vista evolutivo, esto parece explicarse por el hecho de que los perros gigantes han sido criados a un ritmo demasiado rápido para la adaptación natural de su sistema inmunitario: simplificándolo, se podría decir que tienen unas defensas propias de un perro de menor tamaño y que, por lo tanto, resultan insuficientes para un individuo de su talla. Cuando un animal sobrepasa el tamaño para el cual su sistema inmunológico está preparado, se vuelve más susceptible a padecer enfermedades como el cáncer, especialmente cuanto más viejo es.
Esto se debe a que durante la mayoría de la historia de la especie han predominado los perros de tamaño mediano, por lo que su sistema inmunitario es el adecuado para un animal de ese tamaño. Además, hay un segundo factor: los perros gigantes tienen cachorros de un tamaño similar al los de los perros de menor tamaño, pero proporcionalmente crecen mucho más y esto hace que su sistema inmunológico no se pueda desarrollar igual de bien.
Sea cual sea su esperanza de vida, un perro siempre vive demasiado poco para nosotros, pero supone un cierto consuelo saber que aun siendo mayores no pierden ni un ápice de ganas de disfrutar de la vida a nuestro lado.
Fuente: National Geographic
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