Redacción/CAMBIO 22

Quiero salir un poco de la tragedia en Guerrero para hacer ver —en otro contexto— a qué nos hemos enfrentado y nos seguiremos enfrentando como país con el gobierno de la Cuarta Transformación. Retomo, entonces, lo que López Obrador anunció en la mañanera del jueves. Dijo que México, a partir de finales del mes de noviembre, ya contará con la vacuna Patria contra el covid.

Independientemente de si esto será tan real como que el próximo año —ahora sí— seremos como Dinamarca en materia de Salud, habría que cuestionar la utilidad de esta vacuna (efectividad, seguridad, pertinencia, actualidad) administrada a estas alturas…

Son tantas las burlas que ha habido en el desarrollo de la vacuna Patria que anunciar que ya está próxima a ver la luz del día debería de dar pena al gobierno federal. A menos, claro está, que la idea sea burlarse de todos nosotros.

De las burlas, una de las principales es el legado de destrucción que dejará María Elena Álvarez-Buylla, directora del CONACYHT, bajo el aval de Andrés Manuel y del gobierno de la transformación. No se puede subestimar la forma en que esta administración ha aniquilado el ámbito científico en México.

Bajo su égida el CIDE ha quedado arruinado. Dinamitó lo que era una escuela seria donde se podía estudiar a precios accesibles con un claustro de profesores de primer nivel.

Las becas que se dan para estudiar al extranjero, se están otorgando no bajo el principio del mérito y del esfuerzo de quien consiguió ser aceptado en universidades de prestigio internacional. Ahora las becas están limitadas a los estudios en ciertas naciones y a gente ligada al régimen.

No se puede soslayar tampoco la destrucción de centros de investigación del país, la persecución de científicos e investigadores (al grado que buscó encarcelarles), y el dar por bueno material plagiado para con ello otorgar incorporaciones al Sistema Nacional de Investigadores.

Todo lo anterior es apenas un esbozo de la burla que supone el ventilador Ehcátl que nunca sirvió, y al que ahora se suma la vacuna Patria.

Los laboratorios del planeta entraron en una carrera formidable para salvar la vida de millones (de paso ganar millones) y lograron en un año ponerle freno a una enfermedad que como humanidad nos tenía paralizados y que cobró millones de vidas (tan solo en nuestro país unas 800 mil). México, que pudo estar en esa competencia de naciones, en cooperación con los esfuerzos de otras latitudes, optó por politizar sus acciones. El resultado es que quizá a finales de año se pueda contar con una vacuna mexicana, mas esta será ya obsoleta.

Duele que quienes se dicen científicos (Álvarez-Buylla, Hugo López-Gatell, entre otros) renunciaron al saber para cumplir con las ocurrencias de alguien que no sabe.

Han impedido que otros estudiaran en el extranjero como sí lo pudieron hacer ellos. No permitieron que la salud llegara a las familias.

Lanzar una vacuna tres años después de que fue requerida, cuando además ya existe una nueva fórmula polivalente en el mercado internacional, es una burla. Una que no tiene nada de austera pues nos saldrá en millones y millones de pesos. ¿Y todo para qué? Para decir en una mañanera que nuestro país ha desarrollado finalmente una propia…

El título de este artículo no es tanto una pregunta, sino una afirmación. Una herida que lleva por respuesta: sí. Sí, la burla es adrede. Y las raras veces en que no lo es no importan, pues mismo entonces la 4t juega a burlarse.

 

Fuente: EL HERALDO

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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