Erik Borges Yam: La Caridad como Estrategia Política y la Exposición de la Pobreza como Mérito
31 Ene. 2025
Redacción/CAMBIO 22
José María Morelos, 31 de enero. – En una muestra más del uso político de la necesidad y la miseria de los morelenses, el presidente municipal Erik Borges Yam ha recurrido nuevamente a la exhibición de la pobreza como un acto de autoalabanza. Esta vez, en la conmemoración de sus 100 días de gobierno, la administración municipal no encontró mejor forma de resaltar sus supuestos logros que publicando la imagen de una caja de muerto en redes sociales, asegurando que el Ayuntamiento apoya a la población con este tipo de donaciones.
Sin embargo, la realidad detrás de esta publicación es que la caja exhibida no corresponde a las que se otorgan comúnmente a las familias de escasos recursos, sino a una de mayor costo, lo que genera dudas sobre la intención del mensaje. Este acto es inédito en la historia del municipio, ya que en administraciones anteriores se ha brindado apoyo a la población sin la necesidad de exhibir su situación económica o utilizarlo como propaganda política.
Pero esta no ha sido la única ocasión en que Borges Yam ha recurrido a la caridad pública como herramienta de imagen. En una transmisión en vivo en la página oficial del Ayuntamiento, el presidente municipal entregó 37 mil pesos en efectivo a un ciudadano cuyo hijo de 10 años necesita medicamentos costosos. Lo hizo frente a los regidores y las cámaras, subrayando que su aportación era personal y no con cargo al erario, mientras invitaba al cabildo a sumarse a la causa. Sin embargo, solo el regidor Venancio Abán respondió al llamado, mientras los demás permanecieron indiferentes.
Más allá de la aparente nobleza del gesto, lo que resulta evidente es la estrategia de Borges Yam para posicionarse como un líder generoso y solidario, mientras expone públicamente las necesidades de los ciudadanos como si se tratara de trofeos políticos. En lugar de establecer programas efectivos de apoyo social, el alcalde se encarga de dramatizar la miseria con transmisiones en vivo y publicaciones en redes sociales, intentando hacer pasar su caridad como una solución a problemas estructurales que su administración ha sido incapaz de atender.
El trasfondo de estos actos es claro: sin acciones de gobierno que realmente impacten en el bienestar de la población, Borges Yam se aferra a la limosna pública como su única carta para sostener su imagen. Mientras tanto, los morelenses siguen enfrentando carencias, pero ahora con el agravante de ser utilizados como piezas en una estrategia política basada en la exhibición de la pobreza y la desesperación.
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