Engañados y Explotados: Rescatan en Cancún a Tres Menores Chiapanecos Forzados a Trabajar en una Taquería

Redacción/CAMBIO 22

Cancún, 28 de julio.— Tres adolescentes originarios de San Juan Chamula, Chiapas, fueron rescatados en Cancún tras ser víctimas de explotación laboral en una taquería ubicada en la supermanzana 66.

Los menores, de entre 14 y 15 años, fueron traídos bajo falsas promesas de una vida mejor.

De acuerdo con las autoridades, un supuesto comerciante convenció a las familias de los menores para enviarlos a Quintana Roo, asegurándoles que tendrían acceso a empleo digno, atención médica, alimentación y vivienda.

Pero al llegar a Cancún, los adolescentes fueron obligados a trabajar jornadas extenuantes de más de 15 horas diarias, recibiendo apenas 800 pesos a la semana por sus labores.

El caso fue denunciado ante el Ministerio Público, lo que derivó en una orden de cateo en un domicilio de la supermanzana 67, donde los menores eran alojados en condiciones inadecuadas.

Durante el operativo fue detenido Mario “N”, de 31 años, también originario de Chiapas, señalado como el responsable de la explotación.

El sujeto fue puesto a disposición del Ministerio Público y enfrenta cargos por corrupción de menores con fines de explotación laboral y el local comercial donde se encontraban trabajando los adolescentes fue asegurado.

La carpeta de investigación detalla que los menores no solo cocinaban, cortaban carne, picaban verduras y limpiaban, sino que también atendían a los clientes, hacían cobros y no podían retirarse hasta terminar todas las tareas. Si no se vendía todo lo producido, eran castigados.

Además del abuso laboral, los adolescentes vivían con alimentación insuficiente, sin acceso a la educación y bajo amenazas constantes. Todo esto fue documentado en el expediente ministerial.

Actualmente, las víctimas están bajo resguardo del DIF Municipal, donde reciben atención médica, psicológica y alimentación adecuada.

Las autoridades de Cancún ya se coordinan con sus homólogos en Chiapas para localizar a sus padres y facilitar el retorno seguro de los menores a su lugar de origen.

Este caso revela una vez más las redes de explotación infantil que operan con impunidad en zonas turísticas, y la urgencia de reforzar los mecanismos de vigilancia laboral para proteger a niñas, niños y adolescentes del abuso y la trata disfrazada de oportunidad.

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