• El cambio no siempre llega en forma de un tsunami; a veces, es la persistencia de las pequeñas olas lo que moldea la costa.

 

Redacción/CAMBIO 22

Muchas acostumbramos a utilizar el último mes del año para planear a futuro, sentar bases para un nuevo año, ver qué falta por hacer. En el mundo del activismo por los derechos humanos, este momento sucede desde el 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre, periodo donde hacemos un llamado a la acción global. En estas fechas tan simbólicas para muchos y muchas hacemos un llamado a encender el cambio y luchar por el cambio social.

A este periodo lo conocemos como los “16 Días de Activismo” e inician con el Día Mundial por la Eliminación de la Violencia contra la mujer, el llamado “Día Naranja”. El término “activismo” a menudo evoca imágenes de manifestaciones y protestas, y ciertamente, estas son herramientas poderosas, pero los “16 Días de Activismo” nos instan a explorar dimensiones más profundas de la lucha: la conexión humana, el apoyo mutuo y la empatía. Nos recuerdan que, aunque la violencia de género puede manifestarse de manera individual, su erradicación requiere un esfuerzo colectivo.

Durante estos días, no solo debemos recordar a las niñas, adolescentes y mujeres que sufren violencia y discriminación. Quiero hacer una invitación a también elevar las historias de resiliencia y valentía. Cada historia compartida nos ayuda a visibilizar lo extenso del problema, los sesgos y brechas a superar. Nos recuerda que la violencia de género es algo que se vive día a día. Es tiempo de romper el silencio que ha permitido que la violencia persista en las sombras. El silencio no es solo la ausencia de palabras; es la censura de las historias que necesitan ser contadas, de las voces que necesitan ser escuchadas.

En este espacio de 16 días, debemos comprometernos a escuchar, a aprender y a apoyarnos mutuamente. La violencia de género no conoce fronteras; clases sociales ni idiomas. Pero nuestra respuesta también debe trascender barreras. Debemos abrazar la diversidad de experiencias y luchar juntos y juntas por un mundo donde todas las formas de violencia contra las niñas y mujeres sean inaceptables.

La tarea es monumental, pero cada pequeño acto de resistencia contribuye a la construcción de un mundo más seguro y equitativo. Puede ser una conversación difícil que decides tener, una donación a una organización local, o simplemente educarte a ti mismo o misma y a otros sobre las sutilezas de las violencias de género. Sí, a veces hay que tener conversaciones incómodas, pero necesarias. Recuerda, el cambio no siempre llega en forma de un tsunami; a veces, es la persistencia de las pequeñas olas lo que moldea la costa.

Mientras nos sumergimos en estos 16 días de activismo, recordemos que cada una y uno de nosotros tiene un papel vital en esta lucha. Así que tomemos este desafío con fuerza y determinación. Pintemos el mundo de naranja, no solo en la pantalla de nuestro dispositivo, sino en los rincones más oscuros de nuestras comunidades. Rompamos el silencio y encendamos la llama del cambio hacia un futuro sin violencia de género. Estos 16 días son más que un intervalo en el calendario; son un recordatorio de que juntos y juntas, somos imparables.

Paz y Bien.

 

Fuente: La Lista

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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