En Venezuela la Delincuencia Rebasa a sus Autoridades; Delincuentes se Hacen Pasar como Funcionarios
24 Sep. 2025
Redacción / CAMBIO 22
Desde principios de 2025, al menos siete personas han sido detenidas en Venezuela por fingir ser funcionarios de organismos judiciales, policiales y administrativos, dejando en evidencia cómo la profunda corrupción local ha convertido a la administración pública en una forma de crimen organizado.
El caso más reciente se registró en el estado Carabobo, en el centro del país, donde un abogado fue arrestado luego de usurpar funciones como fiscal del Ministerio Público. El detenido cobraba altas sumas de dinero a ciudadanos a cambio de entregar información sobre causas penales y acelerar trámites judiciales. A raíz de este hecho también fueron imputados el fiscal superior y otros diez fiscales de la región, señalados de estar en connivencia con el detenido.

A comienzos de septiembre, el director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), Douglas Rico, también advirtió que criminales estarían suplantando la identidad de funcionarios de ese organismo para estafarlas.
“Hemos detectado una modalidad de estafa, donde personas inescrupulosas están usurpando la identidad de nuestros comisarios del CICPC para engañar y captar víctimas”, afirmó.
También resalta el arresto de una mujer en julio, luego de presentarse falsamente como alcaldesa del Esequibo, una región en disputa entre Venezuela y Guyana. La detenida ofreció contratos y participación en proyectos mineros a cambio de dinero, aprovechándose de la confusión generada por el propio Estado venezolano, que en las cuestionadas elecciones regionales eligió un gobernador en esa zona, pero no designó municipios ni alcaldes.
De manera similar, se ha identificado a personas que fingieron ser funcionarios de diversas instituciones públicas, incluidas las fuerzas militares, registros y notarías.
Análisis de InSight Crime
En Venezuela, los elevados niveles de corrupción y la debilidad institucional han convertido a la administración pública en un terreno fértil para el crimen organizado, facilitando la proliferación de falsos funcionarios en diversas instituciones públicas.

El cobro de sobornos y extorsiones por parte de funcionarios reales facilita que falsos funcionarios imiten estas conductas. Este círculo vicioso se profundiza con la pérdida de confianza en las instituciones, que dificulta aún más a la población la distinción entre autoridades legítimas de los usurpadores.
“El verdadero problema es que se ha normalizado el uso de los cargos públicos para cometer actos delictivos, cosa que es aprovechada por delincuentes”, dijo a InSight Crime el director de una organización no gubernamental bajo condición de anonimato por motivos de seguridad.
A ello se suma también la falta de supervisión estatal y la facilidad en la obtención de uniformes y credenciales en el país.
De acuerdo con un funcionario policial y dos militares consultados por InSight Crime, debido a la falta de dotación por parte del Estado venezolano, deben adquirir sus uniformes en tiendas privadas, de las cuales muy pocas exigen credenciales. En otros casos, los propios empleados los comercializan de forma clandestina. Lo mismo sucede con quienes fabrican los carnets de identificación policial. Incluso detallaron que hay efectivos que venden su indumentaria.
“Ahorita, cualquiera compra un chaleco de policía en la calle y le ponen una etiqueta que diga CICPC u otro cuerpo policial. Hay facsímiles de armas de fuego muy similares a una pistola, y engañan con una credencial falsa”, explicó uno de ellos.
Fuente: In Sight Crime
GPC/RCM




















