Redacción / CAMBIO 22

El Día de Muertos es una de las celebraciones más representativas de México y cada año, el 2 de noviembre, millones de familias se reúnen para rendir tributo a sus difuntos. Los altares llenos de flores, veladoras, fotografías, música y ofrendas son parte esencial de la tradición, al igual que las visitas a los panteones donde se honra a los seres queridos. Pero además de estos rituales, hay un elemento que no puede faltar en las mesas mexicanas: el pan de muerto.

Este pan, de sabor y forma inconfundibles, se ha convertido en un símbolo gastronómico de la temporada cercana al fin de año. Su elaboración está cargada de simbolismo: la forma redonda representa el ciclo de la vida y la muerte, el bulto superior simboliza un cráneo y los cuatro huesos que lo rodean evocan la unión con los difuntos. Tradicionalmente, se prepara con un toque de azahar o ralladura de naranja, se espolvorea con azúcar y se acompaña con una taza de café, té o chocolate caliente, creando un momento de nostalgia y unión familiar.

Receta Fácil de Pan de Muerto Tradicional - Paulina Cocina

¿Cuándo se puede comer el pan de muerto?

Aunque en el calendario la celebración de Todos los Santos y el Día de Muertos corresponde al 1 y 2 de noviembre, desde hace tiempo la venta de pan de muerto se adelantó en muchos lugares. Pastelerías y tiendas comenzaron a ofrecer este producto desde el mes de septiembre, e incluso algunos establecimientos lo ponen a la venta en agosto. Esto permite que las personas disfruten de su sabor mucho antes de la fecha oficial, y año con año la tendencia gana más popularidad.

Actualmente, el pan de muerto ya no se limita a su versión clásica. Hoy en día se puede encontrar relleno de chocolate, cajeta, crema de avellana, nata o incluso helado. También existen versiones veganas, sin azúcar, integrales o decoradas con ingredientes exóticos, que buscan complacer a todos los gustos y necesidades alimenticias. Esta diversidad ha hecho que el pan de muerto sea más accesible y atractivo para nuevas generaciones que buscan reinterpretar la tradición sin perder su esencia.

Pan de Muerto Tradicional Mexicano

El origen del pan de muerto se remonta a épocas prehispánicas, cuando se realizaban ofrendas a los dioses con alimentos muy diferentes a los actuales. Con la llegada de los españoles, la receta fue adaptada hasta convertirse en lo que conocemos hoy. Más allá de su evolución, este pan sigue siendo una muestra de cómo la gastronomía mexicana mezcla historia, cultura y sabor en un solo platillo.

Es importante considerar que, por su elaboración con harina, huevo, leche y azúcar, una pieza de pan de muerto puede aportar entre 200 y 300 calorías. Por ello, se recomienda consumirlo con moderación y disfrutarlo como lo que es: un manjar que, más allá de su valor nutricional, guarda un profundo sentido cultural y emocional para las familias mexicanas.

Con su presencia cada vez más temprana en panaderías y supermercados, el pan de muerto demuestra que es mucho más que un alimento. Es una tradición viva que une pasado y presente, y que cada año nos invita a recordar a quienes ya no están, compartiendo su memoria a través de su inconfundible sabor.

 

 

 

Fuente: informador

redaccion@diariocambio22.mx

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