En Iztapalapa Falta Actualizar Catálogos: Bibliotecas Públicas de CDMX, en Abandono
16 Jun. 2025
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Sufren por acervos sin actualizar, libros viejos y pegados con diúrex, mobiliario desvencijado; les falta Internet y mantenimiento
Redacción / CAMBIO 22
En la Biblioteca Pública Centro Histórico Tepito, por lo menos 50 por ciento de su acervo se tiene que descartar porque es obsoleto, no cuenta con una computadora ni con servicio de Internet. Hay libros deshojados o Libros de Texto Gratuitos de los años 80. Aunque pareciera ser un caso aislado, no es así; otras bibliotecas de la Ciudad de México están en una situación parecida. La constante es la desactualización de los catálogos, la carencia de Internet o el inmobiliario viejo, constató La Razón en un recorrido en nueve recintos, de los cuales uno está cerrado por filtraciones de agua y con los libros en cajas apiladas esperando remodelación y otro es utilizado como salón de usos múltiples, perdiendo su vocación.

Tan sólo en Iztapalapa, 38 bibliotecas y un biblioavión, que dependen de la alcaldía y forman parte de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, requieren “mantenimiento, como pinturas e impermeabilización; renovación de equipo de cómputo y actualización de acervos. Además tienen lámparas fundidas”, de acuerdo con información proporcionada por la demarcación.

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El Dato: Aunque en la Red Nacional de Bibliotecas se menciona que la Centro Histórico Tepito cuenta con servicios digitales, el inmueble no tiene Internet ni computadoras.
“Vamos a hacer una serie de mantenimientos, porque tiene mucho tiempo que no tienen. Vamos a empezar un programa para intervenirlas”, aseguró a este diario Aleida Alavez, alcaldesa de Iztapalapa. Le darán prioridad a la Biblioteca Pública Alonso de Axayácatl; a la Exhacienda El Molino, a la Acamapichtli, a la Jesús Romero Flores y a la Tepozcalli.
Ahora la Biblioteca Acamapichtli se utiliza como salón de usos múltiples: se realizan los Viernes amigables con actividades para hijos de trabajadores del Gobierno de la alcaldía y entre semana, por las mañanas, hay talleres de yoga o música, por lo que si alguien quiere ir a consultar un libro, no hay espacio para que pueda realizarlo y la opción que dan es acondicionar un lugar improvisado para el usuario.

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El Tip: en el registro de la Red Nacional de Bibliotecas, la Fray Bernardino de Sahagún dice estar en operación, pero está cerrada.
“Como tal no vas a encontrar la biblioteca en silencio. Está exhibida una parte del acervo; todo está en resguardo porque esto lo iban a remodelar, hasta la fecha estamos esperando. Las computadoras no las podemos tener, porque con todas las actividades que hacemos no podemos estar metiendo y sacando. Se pretende que el acervo pase a la Dirección General de Bibliotecas y esto se convierta en una sala de usos múltiples, todavía no sabemos qué va a pasar”, dijo Reyna González, quien pasó de ser bibliotecaria a administradora del lugar.

Señaló que de manera informal, el espacio se ocupa para otras actividades desde la pandemia. “Se quedó como un proyecto de una Utopía, tampoco se realizó y hoy estamos con otro tipo de actividades. Hoy es con el Sistema Integral de Cuidados, nada qué ver con cultura, pero tenemos que trabajar en conjunto”, comentó.
Dicha biblioteca originalmente contaba con dos mil 247 libros, pero ahora sólo tiene mil 800 debido a que los usuarios ya no los devolvieron, compartió.
Mientras que la Biblioteca Pública y C.I.O. Club Rotario, en la misma alcaldía, tiene 12 mil ejemplares sin renovación.

“La primera necesidad sería actualizar el acervo, porque vienen a buscar de autores recientes. No tenemos todos los libros de un solo autor, como García Márquez o Franz Kafka. Cuando de nuevo se puso de moda Frankenstein, de Mary Shelley, sólo teníamos un libro, entonces la gente se decepciona. Desde que estoy aquí no han llegado libros nuevos, sólo por donación. Cada año se solicita acervo o necesidades ante la Dirección General de Bibliotecas, pero dicen ‘no hay recurso y no hay recurso’”, dijo Martín García, quien desde 2020 labora en esta biblioteca.

A pesar de las carencias, en la Biblioteca Pública y C.I.O. Club Rotario, a través de clases de computación o matemáticas, círculos de lectura y funciones de cine, se intenta acercar al público, principalmente infantil, que acude diariamente.
En una situación similar está la Biblioteca Pública Generación del 68, en la alcaldía Cuauhtémoc, que en 25 años de existencia no ha recibido nuevos libros. Su catálogo se conforma de tres mil 293 ejemplares.

“Hace falta la actualización de literatura de nuevos autores; se tienen a los clásicos, pero han surgido muchos escritores nuevos y hace falta que la población los conozca. Esta biblioteca tiene 25 años y es muy poco lo que ha ingresado como nuevo, si acaso tenemos la Colección Bicentenario, que son libros más actuales. Necesitamos que nos actualicen”, comentaron los bibliotecarios Enrique García y Sonia Cantor.

Otro caso es el de la Biblioteca Pública Centro Histórico Tepito, incluso carece de Internet y computadoras y es una demanda constante que se ha hecho, pues tienen a un público cautivo joven, que se ve ahuyentado al no contar con este servicio. Por ahora, la mayor parte de sus asistentes son infancias, principalmente de padres que son comerciantes.

“Nos vienen a pedir mucho los jóvenes Internet. Tenía dos computadoras, pero las tuve que quitar porque no prendían y la gente pensaba que les negaba el servicio. Somos como tres bibliotecas que pertenecemos a la alcaldía que no tenemos Internet ni computadoras. Necesitamos que nos den al menos tres”, comparten a este diario.
En el caso del acervo, la mayoría se tiene que sacar: “No se puede hacer descarte porque se saca casi todo y con qué nos vamos a quedar, la mitad de todo se iría. Tenemos cuentos que los agarra uno y se deshacen”.

La falta de acervos no es la única carencia, en la Biblioteca Jesús Silva Herzog, por ejemplo, el abandono y descuido se aprecian desde que se ingresa al recinto. Da la bienvenida un libro del Palacio Nacional con huellas de humedad y en los estantes varios ejemplares tienen el lomo despegado o incompleto y algunos tuvieron que remendarse con cinta adhesiva. Además, las paredes tienen daños por humedad o un foco es sostenido con un trapeador.

La Biblioteca Pública Fray Bernardino de Sahagún, en Iztacalco, a pesar de no estar abierta al público, no hay ningún aviso. Se encuentra cerrada porque tenía problemas de filtraciones y los libros se estaban dañando. Ahora sólo se ven cajas apiladas con los ejemplares.

“Había filtraciones, algunos libros se estaban echando a perder, tenemos un ratito. Hay que ver los que se rescatan después de todo esto”, dijo una de las encargadas.

En esa misma alcaldía, aunque la Biblioteca Santiago se acaba de remodelar porque también tenía problemas de filtración de agua, todavía hay carencias: hay libros que se tuvieron que arreglar con cinta adhesiva, Libros de Texto Gratuitos antiguos o incluso quienes trabajan ahí tienen que comprar sus materiales para realizar las labores de mantenimiento.

“No hay como un estímulo, aquí más o menos mantenemos el material, no nos dan guantes ni cubrebocas. Hemos tenido que comprar nuestros guantes. Los presupuestos los encaminan hacia otros lados”, comentan en el lugar.

Por su parte, la Biblioteca Elena Garro, que depende del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), es pública, pero los policías del edificio donde se encuentra la Escuela de Iniciación Artística No.4 lo desconocen y señalan que sólo es para los estudiantes del colegio. Sin embargo, al corroborar la información con el personal del espacio, dejan ingresar a los visitantes, lo cual dificulta su acceso.

La mayor parte de su catálogo de cuatro mil libros está conformado por donaciones que han hecho estudiantes o exalumnos, pues está enfocado a temas relacionados con diversas disciplinas artísticas, como música y teatro. Esperan recibir pronto nuevos ejemplares para nutrirlo. Además, al carecer también de personal suficiente, dependen de jóvenes de servicio social para realizar las tareas, entre éstas, la reorganización del catálogo.

Aunque el director general de Bibliotecas, Rodrigo Borja Torres, ha señalado que desde diciembre del 2018 hasta agosto de 2024 enviaron más de tres millones de libros a las bibliotecas públicas del país y que el proyecto continuaría en este sexenio, esperando romper “récord”, las carencias siguen presentes en diversos inmuebles, como los visitados.
Fuente: La Razón
GPC/DSF




















