• Apodada así por el lenguaje de la época, Blackwell fue la primera mujer licenciada en medicina y creó el primer hospital con personal únicamente femenino.

 

Redacción/CAMBIO 22

Primera mujer en recibir un título médico en los Estados Unidos y la primera mujer en ser inscrita en el Registro Médico del Consejo Médico General en el Reino Unido. Esos son solo dos de los múltiples logros que Elizabeth Blackwellfue coleccionando a lo largo de su vida. Fiel luchadora por la igualdad de género y los derechos humanos, Blackwell ocupa un lugar privilegiado dentro del movimiento feminista por ser una de las primeras personas en acercar la medicina a las mujeres y, no solo eso, por acercar las mujeres a la medicina.

A través de sus múltiples actos y su impacto se convirtió en todo un referente del movimiento que, a día de hoy, sigue siendo recordado por medio de la medalla Elizabeth Blackwell, otorgada cada año a una mujer que haya contribuido significativamente en la promoción de la mujer en la medicina. Sin embargo, durante sus primeros años, Blackwell no estaba interesada en esta disciplina, ya que se trataba de una ocupación vista como inadecuada para las mujeres durante el siglo XIX. No obstante, el interés de Blackwell surgió después de que una amiga se enfermara y comentara que, si una doctora la hubiera atendido, tal vez no habría sufrido tanto. Esas palabras despertaron en Blackwell la vocación de aportar a las mujeres la educación sanitaria y los servicios médicos que merecían.

UN CAMINO INUSUAL HACIA LA MEDICINA

Elizabeth Blackwell nació en una familia acomodada de Bristol, Inglaterra, en febrero de 1821. Su padre, Samuel Blackwell, era un empresario azucarero muy comprometido con las causas progresistas que incluían el abolicismo y los derechos de la mujer. Creciendo en un entorno tan liberal, Elizabeth gozó de una educación que incluía tutores privados y un enfoque en el desarrollo de sus talentos, algo muy poco común para las mujeres de esa época.

En 1832, la familia Blackwell, compuesta en aquel momento por el matrimonio, las dos hermanas mayores de Elizabeth, seis hermanos menores y cuatro de sus tías, emigró a Nueva York tras perder la refinería familiar en un incendio y vivir la agitación social de Bristol. Este traslado a Estados Unidos cambió la situación de acomodo de Elizabeth, exponiéndola a un entorno de lucha y adaptación. En 1838, todo se complicó debido a la muerte de su padre, la cual dejó a la familia en una situación económica muy complicada y obligó a Elizabeth y a sus hermanas para sostenerse.

Sin embargo, Blackwell prontó desarrolló un interés tardío en la medicina. El origen de ello fue el comentario de una amiga enferma sobre la necesidad de una doctora para aliviar su sufrimiento: Elizabeth podría convertirse en esa figura pionera que ofreciera servicios especializados a las mujeres que lo necesitaran. Sin embargo, se enfrentó a una barrera con la que no contaba: hasta diez universidades rechazaron su solicitud para estudiar Medicina en sus instalaciones. No obstante, la sorpresa llegó en 1847, cuando el Geneva Medical College, en Nueva York, la aceptó como estudiante. Ahora bien, posteriormente se supo que esto fue el resultado de una votación entre los estudiantes varones, que consideraron la solicitud de Elizabeth como una broma.

En el Geneva, Elizabeth se encontró en un entorno completamente hostil. Los profesores y sus compañeros no estaban acostumbrados a la presencia de una mujer en el aula, especialmente en las lecciones de anatomía reproductiva, lo que generaba tensiones, situaciones incómodas y comentarios ofensivos hacia ella. Sin embargo, Elizabeth siguió adelante con su vocación, llegando a graduarse en 1849 y convirtiéndose en la primera mujeren recibir un título médico en los Estados Unidos.

SUPERANDO BARRERAS Y ROMPIENDO ROLES

Tras obtener su título, Elizabeth viajó a Europa para continuar su formación. En París, mientras trataba a un bebé con conjuntivitis, sufrió una infección en el ojo izquierdo que le provocó lapérdida de visión en ese ojo y truncó sus aspiraciones de ser cirujana. Y, aunque esto fue un golpe muy fuerte para ella, no detuvo su determinación. Continuó sus estudios en el Hospital St. Bartholomew en Londres, donde conoció a Florence Nightingale, una pionera en enfermería con quien formó una amistad duradera.

En su regreso a Estados Unidos se decidió a aplicar todo lo aprendido y dar un pequeño paso por cambiar la sociedad en la que vivía: fundó la Enfermería para Mujeres y Niños de Nueva York junto a su hermana Emily en 1857. Esta institución no solo proporcionó atención médica a las mujeres y niños pobre y sin recursos, sino que también ofreció un espacio de formación para toda aquella mujer interesada en aprender sobre medicina.

De hecho, durante la Guerra de Secesión, Elizabeth y su hermana jugaron un papel crucial en la organización del cuerpo de enfermeras y en la asistencia a las familias de soldados y esclavos liberados.

En el año 1868, Elizabeth volvió a dar un paso adelante y fundó el Woman’s Medical College of the New York Infirmary, una institución dedicada a la formación íntegra y formalizada de mujeres en medicina, ofreciendo una alternativa real a todas las mujeres que aspiraban a carreras médicas. En 1869 se trasladó, finalmente, a Inglaterra, donde continuó su labor educativa y médicahasta conseguir, en 1870, coronarse como la primera mujer en ser registrada en el Consejo Médico General del Reino Unido. En esta última etapa, Blackwell también se diferenció como una gran escritora y conferenciante, abogando en sus charlas por la higiene, la salud y la educación sexual.

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: National Geographic

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