Redacción/ CAMBIO 22

Valentín Trujillo, uno de los galanes más emblemáticos del cine mexicano, no solo dejó una huella imborrable como actor, sino también como guionista, director y productor. Nacido como Rafael Valentín Trujillo Gazcón en Atotonilco El Alto, Jalisco, provenía de una familia con una profunda tradición cinematográfica: su abuelo, Valentín Gazcón, fue productor, y su tío, Gilberto Gazcón, director.

Trujillo debutó en el cine a los nueve años en la película “El gran pillo” (1960), compartiendo créditos con Adalberto Martínez “Resortes” y Flor Silvestre. Tras completar sus estudios universitarios, se dedicó por completo a su carrera artística. Su gran oportunidad llegó con el protagónico en “Las figuras de arena” (1969) a los 18 años.

El día que Valentín Trujillo mandó a volar a Lucía Méndez

En los años 70 y 80, Valentín Trujillo se consolidó como una estrella del cine de acción. Además de actuar, produjo la aclamada “Rojo amanecer” y dirigió cintas como “Ratas de la ciudad”, “Cacería humana” y “Secuestro de un periodista”. En total, trabajó en 131 películas, dirigió 20 y produjo varias.

Una faceta poco conocida de su vida fue su relación con Lucía Méndez. Ambos se conocieron durante la filmación de “Cabalgando a la luna” (1972) y mantuvieron un romance de tres años. Sin embargo, su amor se vio truncado cuando Trujillo le dio un ultimátum a Méndez: o se casaban, o buscaría a alguien más. La actriz no aceptó las condiciones y la relación llegó a su fin.

La carrera de Trujillo fue extensa y variada, pero en los años 90, el actor enfrentó una falta de propuestas laborales, lo que le causó gran tristeza. Su vida llegó a un abrupto final en el año 2000, cuando un infarto fulminante lo sorprendió mientras dormía.

El legado de Valentín Trujillo permanece vivo en el cine mexicano, recordado como un galán multifacético que marcó una época con su talento y dedicación.

 

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