• El crecimiento del Pueblo Mágico no se ha traducido en un desarrollo equitativo para la población local.

 

Miguel Ángel Fernández/CAMBIO 22

BACALAR, 27 de septiembre. – Bacalar ha experimentado un auge turístico significativo desde su designación como pueblo mágico en 2006, lo que ha traído consigo un notable crecimiento económico, sin embargo, una parte importante de la población permanece al margen en condiciones de marginación y pobreza.

En 2019, el número de hoteles tuvo su primer gran aumento pasando a 62, siendo que en 1998 solo contaba con tres centros de hospedaje, aumentando también el número de cuartos de 57 a 573 en ese mismo periodo. Sin embargo, este crecimiento que actualmente es mucho mayor no se ha traducido en un desarrollo equitativo para la población local. Según un estudio reciente, la actividad turística ha contribuido a la segregación espacial marcada por franjas de pobreza que afectan a gran parte de la población.

De acuerdo con la investigación Turismo y ¿desarrollo? Franjas de pobreza en Bacalar, Quintana Roo publicado en 2022 por la Universidad Autónoma del Estado de México, Laguna de Bacalar, uno de los principales atractivos turísticos, está rodeada de zonas con altos índices de pobreza.

Las franjas de pobreza identificadas mediante análisis geoespaciales muestran que los hogares más cercanos a la laguna tienen una tasa de pobreza que oscila entre el 18% y 34%. No obstante, a medida que uno se aleja de este núcleo turístico, especialmente hacia el otro lado de la carretera federal, la pobreza se dispara al rango del 70% al 100%, afectando a los residentes que viven en condiciones de extrema marginación.

El estudio también destaca que el auge turístico ha exacerbado las distorsiones en el mercado del suelo y la vivienda. Desde 2010, Bacalar ha experimentado un grado alto de marginación, especialmente debido a problemas de educación y vivienda.

A pesar de los beneficios económicos que el turismo ha traído a Bacalar, la investigación, publicada en la revista El Periplo Sustentable de la Universidad Autónoma del Estado de México, pone en duda su capacidad para generar un desarrollo sostenible y equitativo. El desafío para las autoridades locales es diseñar políticas que no solo impulsen el crecimiento turístico, sino que también combatan la creciente desigualdad y marginación que afecta a buena parte de la población de Bacalar.

 

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM

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