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Doctora Candy Raygoza/CAMBIO 22

El Senado de la República debería ser símbolo de diálogo democrático. En cambio, vimos a Alejandro “Alito” Moreno y a Gerardo Fernández Noroña en un episodio bochornoso de jaloneos, gritos y empujones. Una escena indigna, un espectáculo que exhibe la miseria emocional de quienes deberían dar ejemplo de responsabilidad pública.

Ninguno es víctima: ambos son responsables

Alejandro Moreno no es víctima. Gerardo Fernández Noroña tampoco. Ninguno puede disfrazar de provocación ni de defensa lo que fue un acto de violencia frente a toda la nación. La verdadera víctima es México. Los ciudadanos somos quienes sufrimos la degradación de las instituciones, la falta de seriedad y la normalización de la violencia como método político.

El historial de Alejandro Moreno

De pendenciero universitario a caudillo del PRI, con denuncias por corrupción, enriquecimiento ilícito y audios donde amenaza y manipula.

Ambición desmedida, egocentrismo y necesidad de control lo definen.

Su carácter es autoritario, pragmático y agresivo: para él, la política es territorio de imposición, no de diálogo.

Rasgo predominante: el poder como obsesión. Control a toda costa.

El historial de Gerardo Fernández Noroña

Inició como activista, pero convirtió la rebeldía en un espectáculo permanente.

Ha insultado a compañeras legisladoras, se ha burlado de opositores, ha lanzado frases misóginas y ha usado la tribuna como escenario de provocación.

No ha dudado en exhibir incongruencias: habla de austeridad mientras presume lujos, se autoproclama defensor del pueblo mientras agrede verbalmente a quienes lo rodean.

Su estilo no es firmeza política, es provocación impulsiva.

Rasgo predominante: la confrontación como bandera, la burla como recurso, el insulto como estrategia.

Dos estilos, un mismo resultado

Moreno y Noroña se presentan como opuestos, pero terminan siendo semejantes:

Uno usa la violencia desde el cálculo autoritario.

El otro desde la reacción impulsiva.

Ambos encarnan lo mismo: la incapacidad de regular emociones, la pérdida de control y el desprecio por la cultura democrática.

Exigencia ciudadana: controles psicológicos ya

Un país no puede seguir gobernado por políticos inmaduros. La ciudadanía debe exigir con fuerza:

Que todos los senadores y diputados se sometan a formación obligatoria en Cultura de Paz e inteligencia emocional.

Que todo aspirante a cargo público pase evaluaciones psicológicas y psicométricas con el mismo rigor que un policía, un soldado o un juez.

Que se establezcan protocolos de sanción inmediata ante cualquier arranque violento en el Senado.

Quien quiera legislar debe probar que tiene estabilidad emocional y madurez para representar a un pueblo entero.

México no necesita legisladores que gritan, golpean o humillan. México no merece senadores que normalicen el insulto, la burla o la amenaza. México exige líderes con dignidad, capacidad de diálogo, inteligencia emocional y compromiso real con la paz.

El Senado no puede ser ring. La política no puede ser circo.
Basta ya de arranques, basta ya de inmadurez.
Quien no pueda controlar sus emociones que se vaya a terapia, que se capacite en Cultura de Paz, que aprenda antes de pretender gobernar.

*Dra. Candy Raygoza Alcocer
Presidenta Nacional de Líderes Juaristas A.C.
Presidenta de la COMNAPAZ en el Estado de Quintana Roo
Doctora en Derecho
Maestra en Psicoterapia Humanista
Maestrante en Derechos Humanos
Licenciada en Derecho.
Política y Activista Social.
Colaboradora del Diario Cambio 22.

 

 

 

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